¿Cuántos mares debe una paloma blanca navegar?
¿Antes de que duerma en la arena?
Sí, y cuántas veces deben volar las balas de cañón
¿Antes de que estén prohibidos para siempre?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento
La respuesta está en el aire.
Bob Dylan
El cantautor Bob Dylan recibió días pasados el premio Nobel de literatura, mucho se critico la decisión de la academia sueca tras galardonar al cantante americano por sus poéticas canciones; registrado al nacer como Robert Allen Zimmerman músico, cantante y poeta estadounidense y ahora premio nobel de literatura, es una de las figuras más prolíficas e influyentes de su generación en la música popular del siglo XX y de comienzos del siglo XXI, canciones como: Like a rolling Stone, Just like a Women, Master of War, Simple Twist of Fate y Tangled up in Blue, son algunas por las cuales la academia sueca decidió postularlo y al fin galardonarlo con el máximo premio que cualquier escritor o amante de las letras pueda recibir en vida.
El Premio Nobel de Literatura es uno de los cinco señalados en el testamento del filántropo sueco Alfred Nobel, el cual suscribía que fueran entregados dichos reconocimientos cada año a quien hubiera producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección ideal, seleccionados por la academia sueca. La noticia de la elección de Dylan para el premio causo cierto descontento entre la comunidad literaria y la artística ya que dicho galardón es comparativo con los grandes literarios de la historia mundial, solo por mencionar algunos que he leído de habla hispana: Octavio Paz ganador del premio en el año de 1990, García Márquez con sus cien años de soledad en el 82, el peruano Vargas Llosa en el 2010, entre otros más. Con esta colaboración no pretendo demeritar las grandes canciones de Bob Dylan, pero si cuestionar la decisión del comité,
y es que haber dejado detrás autores que más habían sonado como posibles ganadores del Nobel de Literatura, de los cuales se encontraba el escritor superventas japonés Haruki Murakami, era motivo suficiente para replantear el sentido real del premio Nobel.
La concesión del premio a Bob Dylan, no obstante, ha desafiado el ámbito del premio, obligándonos a replantear qué es la literatura, la Academia recordó que, en la antigüedad, los bardos transmitían sus versos a través del canto, como el propio Homero. Pero para la reconocida academia sueca había elementos más fuertes y más determinantes para elegir a Dylan como ganador, el haber creado un nuevo sentido poético dentro de sus versos musicales, y haber replanteado y afrontado con sus letras lo que muchos no se atrevían en aquellos años con ensayos o escritos fueron elementos sustanciales por los cuales la academia se decidiera por él. Sin duda de ahora en adelante las futuras postulaciones para este galardón darán pie a un gran debate y una gran polémica para que otros cantantes o artistas del medio se inscriban como máximos exponentes de la literatura mundial.
Para finalizar:
Para muchos expertos de la literatura creen que lo que hace Dylan está lejos de lo que se puede considerar literatura, grandes exponentes como Dylan también les gustaría ser reconocidos con un premio de tal envergadura como Joaquín Sabina, George Harrison, John Lennon o incluso Jim Morrison quien tiene una obra literaria, son artistas que han traspasado fronteras de una manera inimaginable que también deberían ser considerados con tal distinción. Sería extraño ver a un chaman ganar el premio nobel de medicina porque históricamente así inicio la práctica médica el premio nobel de economía a un usurero ya que así iniciaron los bancos, postular o premiar bajo los parámetros de la hoy moderna academia sueca del premio Nobel es demeritar el verdadero arte que no traspasa ventas pero si traspasa barreras de la imaginación y contemplación del buen razonamiento humano . Nunca olvidaremos todos los zacatecanos que fue en marzo del 2008 cuando el grandioso Dylan llegaría a Zacatecas para ofrecer un concierto como parte de la celebración del festival cultural; haber tenido la irrepetible oportunidad de ver en persona al ahora premio de literatura en una de las ciudades más representativas culturalmente de México, fue sin duda una experiencia única para todos nosotros.
“Las canciones están ahí. Tienen una existencia propia, y lo único que esperan es a que alguien las escriba”. Bob Dylan ■
