■ Imparte conferencia La nueva dependencia energética como rasgo estructural de la crisis en México
■ En prácticamente todo el mundo se registran problemas con el mercado eléctrico, advierte
Actualmente la totalidad del abasto energético del país se sustenta en combustibles fósiles, pero estos se agotarán dentro de 50 años. Por ello la viabilidad de este modelo de desarrollo está siendo “severamente cuestionada”, también, por sus afectaciones ambientales. No obstante, la privatización del sector energético asimismo en su apartado de la generación y suministro de energía eléctrica, adelanta el incremento de tarifas “y una etapa muy ominosa”, advirtió Octavio Cortés Gutiérrez, en su conferencia La nueva dependencia energética como rasgo estructural de la crisis en México.
El investigador de la Universidad Autónoma de México (UNAM) observó que bajo los nuevos esquemas y sustentado en las experiencias internacionales documentadas, se presentarán en el país, casos como el del estado de California en los Estados Unidos, que implicó la elevación de las tarifas domiciliarias en 10 veces y dejó a los usuarios sin energía, luego de que muchos no tuvieron los recursos para pagarla.
En el caso inglés que también refirió, éste, uno de los países que de manera ortodoxa iniciaron la privatización de sus activos nacionales estratégicos, como lo es el energético, incluso se ha reconocido que para equilibrar “el mercado eléctrico han llegado a parar las plantas más eficientes para que aumente el precio deliberadamente”.
En España, un análisis crítico de la construcción de su propio mercado, ha exhibido la necesidad de una mejor regulación por parte del Estado, “sobre estos mercados para evitar abusos”. Abusos que todos reconocen que existen, dijo.
En Argentina también expuso, “hubo grandes fallas de abasto porque las empresas españolas que suministraban el servicio no le dieron mantenimiento a las redes”.
Las empresas vinculadas a la generación y suministro de energía eléctrica funcionan en torno a las necesidades de los inversionistas del sector, advirtió.
Y lo que demuestra la transición de lo público a lo privado en este sector estratégico para los países, es que “en prácticamente todo el mundo ha habido problemas con el mercado eléctrico”.
Para el caso del campo mexicano, en que ya se expresa desde las organizaciones agrarias una presión constante respecto a los costos del suministro de energía eléctrica, adelantó, “expectativas igual de ominosas y peores”.
En oposición al término de subsidio, refirió la necesidad para el campo de “tarifas diferenciadas”, toda vez que se dirigen a un interés estratégico, la producción de alimentos para los mexicanos.
Recordó al respecto las políticas de Lázaro Cárdenas del Río, quien obligó a que la Ley en la materia, la energía eléctrica estableciera la cobertura en todo el país y a un mínimo costo “para que fuera un satisfactor para toda la población, la industria, el comercio y los servicios”.
“Esto ya no existe”, apuntó, y se ha cambiado por un control por parte de los inversionistas privados, quienes lo que buscarán no es garantizar un servicio para el crecimiento y desarrollo de la economía del país, sino que tratarán de “maximizar su lucro”.
El modelo mexicano de la industria eléctrica, recordó la historia de México, se formó durante más de un siglo. En 1879 que se inicia el proceso, las empresas privadas monopolizaron la actividad, “insisto mucho en repetirlo porque vamos para allá”.
Refirió que en esta primera etapa el servicio atendía exclusivamente las necesidades industriales “y la capa más rica de la población que vivía en la Ciudad de México, el resto no tenía acceso”.
A finales de los años 30, comienza lo que denominó “el desafío” para llevar energía eléctrica a todo el país.
Hasta 1959 la Comisión Federal de Electricidad, creada por Lázaro Cárdenas, “coexiste con dos empresas privadas extranjeras” para que luego, entre 1960 y 81, la generación y suministro de energía eléctrica se convirtiera en “un sector totalmente nacional y público”.
Esta situación cambió luego de la imposición de una serie de políticas económicas regresivas, propuestas desde el modelo neoliberal, proceso del que situó la fecha, fue el 18 de diciembre de 2013 cuando fue promulgado el decreto de Reforma energética, en sentido amplio, referido no sólo a la petrolera, que dio inicio “a la quinta etapa que vivimos como muy ominosa”.
Antes de esta historia, el modelo mexicano “acompañó con bastante existo las necesidades de desarrollo del país” dijo, sin desconocer que hubo fallas técnicas, los datos son de no menos de 98 por ciento de cobertura de sus necesidades de energía, lo cual es un índice muy alto, observó.
No obstante los señalamientos, a los que agregó que el papel de los hidrocarburos ha sido fundamental para México, pero “hoy es doloroso el hecho de que este recurso quedó gravemente comprometido en manos privadas, sobre todo trasnacionales”, cosa que ya hizo entrar a Pemex en una debacle, el académico recordó la situación cuando Lázaro Cárdenas impulsó la nacionalización del sector energético en los años 30 del siglo pasado.
Dijo “que en condiciones mucho más adversas que las actuales, de mayor carencia de toda clase de recursos, los mexicanos construimos un sector energético. México efectivamente logró aproximadamente medio siglo de avanzar en una senda de desarrollo. Y aun con desigualdades, deficiencias, falta de democracia en el terreno político con el partido de Estado, permitió a amplios sectores de la sociedad mexicana mejorías en su calidad de vida”. Por ello adelantó que las nuevas generaciones van a superar el reto que hoy se presenta.
La intervención del destacado economista se dio en el contexto del seminario “Crisis económica estructural de México. Hacia un proyecto alternativo”, realizado durante los días 5 y 6 de noviembre en la Unidad Académica de Economía de la UAZ. Las temáticas expuestas en esta nota fueron ofrecidas a pregunta expresa sobre las expectativas que tanto para el ciudadano común como para el campo mexicano, pueden esperarse de las reformas estructurales, en el sector eléctrico.
