■ El filme “reúne” a tres generaciones de guitarristas; el público disfruta de la función
Una vez más se desbordó el ánimo en el Martes de Documental y Cine de Ficción, aunque esta vez las palabras fueron reemplazadas por un breve silencio seguido de un estruendoso aplauso para dar fin a la proyección de It might get loud.
Este documental, dirigido por David Guggenheim, es una pieza que impresiona por el reto de “reunir a tres generaciones de guitarristas, Jimmy Page con su misticismo, Jack White con su rebeldía, y a The Edge del emblemático U2” –comentaba una de las espectadoras-. Pues esta proyección resultó en lo esperado: una intensa emoción que logró transmitirse a los espectadores reunidos en La Cofradía.
Benjamín Contreras, quien dirige y anima estos espacios, compartió la reflexión de que el director de It might get loud muestra que “los tres guitarristas surgieron de diferentes espacios, The Edge (guitarrista de U2) surge de un ambiente muy difícil en Irlanda, como una protesta ante esa violencia… Es interesante que cada uno desde ahí recorre diferentes caminos y coinciden en la guitarra eléctrica, donde encuentran el medio ideal de expresión, de creación.”
El fin fue perfilado por un entusiasta y colectivo “sí” que respondía a la pregunta de si les había gustado el documental a los asistentes, seguido de una respuesta de risas y expresiones de alegría, lo que se concluyó, una prueba clara de que el arte del cine puede conectar con lo más sensible de las personas, además de que se permite reconocer que en los Martes de Documental se puede crear un espacio para la libertad y expresión de las emociones más vibrantes.
