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jueves, 18 abril, 2024
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■ El Péndulo

Las tareas de AMLO en el continente americano

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

Durante diciembre de 2022 y enero de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tendrá varias actividades importantes en materia de su política exterior en el continente americano. La primera será una visita a Perú con el propósito de entregar la presidencia de la Alianza del Pacífico (AP), al presidente anfitrión, Pedro Castillo. La AP es un mecanismo de integración regional integrado por Chile, Colombia, México y Perú. Aparte de tratar los temas de la AP, es muy probable que su visita a Sudamérica sea una oportunidad para sostener pláticas, presenciales o a distancia, con varios de los mandatarios del subcontinente sobre lo que algunos expertos ya están denominando proceso de construcción de un nuevo orden mundial. 

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Alfredo Jalife-Rahme, articulista de La Jornada y experto en geopolítica, sostiene que el conflicto actual entre Rusia y Ucrania se puede denominar primera guerra híbrida mundial, singularidad donde se condensan varias guerras en una: civil, tecnológica y alimentaria, así como las de carácter financiero y económico. Afirma que “en Ucrania se está jugando el nuevo orden mundial”, en virtud de que el actual orden de la globalización neoliberal, que encabeza Estados Unidos con sus aliados de la angloesfera, sobre todo la OTAN y la Unión Europea, ya es caduco y está siendo sustituido. La contraparte está conformada por Rusia y su asociación estratégica con China. “Esta complementariedad pesa mucho y ellos están en favor de la multipolaridad soberanista, a la que se ha sumado India, sin romper con la angloesfera, y a la que se están sumando varios países”. De acuerdo con Jalife, lo que se observa es que el nuevo orden multipolar soberanista está ganando terreno. La unipolaridad, el mundo de la globalización de Davos se ha venido abajo.

Recordemos que en la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada el día 18 de septiembre de 2021 en la Ciudad de México, a la que asistieron 17 presidentes de la región, el presidente mexicano a invitó a actuar unidos para sustituir la política de bloqueos y de malos tratos de Estados Unidos por «la opción de respetarnos, caminar juntos y asociarnos por el bien de América sin vulnerar nuestras soberanías», «a pasar la página del divisionismo y del acoso que se ha instaurado en América Latina, especialmente contra Venezuela, Cuba y Nicaragua”. Es altamente probable que AMLO subraye que el escenario internacional, hoy, es más favorable que en 2021, lo que ya se nota en un nuevo trato a Venezuela, y que las recientes elecciones presidenciales en Honduras, Colombia, Chile y Brasil, sin duda favorecerán las tendencias unitarias por el objetivo de un nuevo trato, y debilitarán las acciones divisivas del Grupo de Lima.

Otro propósito de la visita de AMLO a Lima podría ser la transformación de la AP en un mecanismo de integración regional más grande, manteniendo sus tres objetivos estratégicos (1) construir un área de integración profunda con libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas; (2) impulsar el crecimiento, desarrollo y competitividad de sus economías para lograr un mayor bienestar, superar la desigualdad socioeconómica, e impulsar la inclusión social de sus habitantes; y (3) convertirse en una plataforma de articulación política, integración económica y comercial, y proyección al mundo, con énfasis en la región Asia-Pacífico.

Es relativamente fácil entender que la acción conjunta de una región más grande, puede servir como una palanca formidable para impactar tanto a América del Norte, como a China, Rusia y sus aliados, y convertir a Latinoamérica y El Caribe en un actor mucho más importante que hoy, de manera que su inserción en el nuevo orden global sea cualitativamente superior. Sin duda que es una apuesta arriesgada, pero hay que intentar el aprovechamiento máximo de la presencia de México en el TMEC y de Brasil en el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) así como las crecientes inversiones de China en Sudamérica. Cualquiera que sea el derrotero del proceso de construcción de un nuevo orden mundial, es claro que una acción conjunta de los países de la CELAC influirá para obtener mejores precios de sus energéticos y materias primas, y atraer las inversiones para irrumpir en los procesos de innovación tecnológica.

Es fácil deducir que los diálogos de AMLO con sus pares sudamericános también serán un insumo para preparar su participación junto con el predidente Joseph Biden y el primer ministro Justin Trudeau, en la cumbre de América del Norte que, tentativamente, se celebrará en la Ciudad de México durante dos días de enero próximo. Será sin duda muy relevante que el presidente mexicano complemente sus propuestas anteriores con la visión y perspectivas de algunos presidentes latinoaméricanos, como la del presidente Gustavo Petro, de Colombia, en materia de lucha contra el narcotráfico, o las de varios de ellos en la lucha contra el calentamiento global. Sería muy importante que AMLO convenza a sus interlocutores de la necesidad de reformar a la OEA y al BID, para que dejen de ser instrumentos para el intervencionismo. 

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