Sara Abigail Hernández, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Zacatecas, dio a conocer que, en la delegación local, el 40 por ciento de las empresas afiliadas a la cámara son dirigidas por mujeres y el 60 por ciento por hombres. En este sentido, afirmó que lamentablemente también persiste una disparidad salarial donde los hombres suelen percibir mayores ingresos que las mujeres.
Aclaró que esta situación no es propia de Zacatecas, sino que se presenta a nivel nacional y en todo el mundo, pero gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) se busca garantizar una mayor equidad salarial.
No obstante, la presidenta destacó la multifuncionalidad de las mujeres, quienes además de sus roles laborales, desempeñan diversas actividades como la maternidad y la atención del hogar, incluso, algunas de ellas continúan su formación académica.
En este contexto, resaltó la activa participación de la comisión de mujeres industriales en la cámara, donde se reúnen mensualmente y organizan actividades de capacitación y formación, tanto para las empresarias como para sus colaboradoras.
Abigail Hernández, también apuntó que, en el mes de septiembre, 16 empresarias zacatecanas asistieron a la convención nacional de mujeres industriales Canacintra, quienes contaron con la compañía de mujeres representantes de la Canacozac y del clúster minero.
“Las características de nosotras ya de por sí son así, desafortunadamente en el tema laboral pues eso se nos convierte a veces en vallas que no nos permiten avanzar para tener puestos en donde hay toma de decisiones importantes… Hemos avanzado, por supuesto, y tenemos trabajo que hacer en este sentido, pero estamos en ello”, manifestó.
El sexo femenino representa más del 50 por ciento de la población y el 40 por ciento de la población económicamente activa en el país. Es decir, 4 de cada 10 mujeres se encuentran dentro del mercado formal, sin embargo, no cuenta con las mismas oportunidades.
“El ser invisibilizadas, impacta de forma negativa sus vidas. Con los salarios precarios no les alcanza para poder sobrevivir. Ejemplo de ello, son las oportunidades de crecimiento y las de obtener servicios básicos como alimentos, vivienda, vestido y salud. La cultura machista persiste en nuestra sociedad. A pesar de los avances y los triunfos que han logrado las mujeres, aún hay barreras que impiden el desarrollo pleno de las mujeres” dijo.
