Desde las primeras horas del día, las familias zacatecanas empezaron a arribar a los panteones de la capital para honrar y recordar a sus amigos y familiares en el marco del Día de Muertos, y fuera de verlo como una ocasión de tristeza, el ambiente era de celebración y festejo por la vida de sus seres queridos.
Algunos celebraron con música, comida y bebidas, otros entre rezos y recuerdos, pero todos con la convicción de recordar sus mejores momentos con sus seres queridos. América Noemí y el resto de la familia González, por ejemplo, se dieron cita en el lugar donde su padre fue sepultado, para limpiar el lugar, poner flores frescas y rezar por su descanso eterno; tradición que siguen desde hace cuatro años. Entre ella, sus hermanos y los niños, se dan cita para honrar a su familiar, antes de irse a sus hogares y prepararse para llevar a los niños a “pedir el muerto”.
Por su parte, la familia de María Inés reiteró en que es importante mantener las tradiciones vivas e inculcarlas en los más pequeños, por lo que su familia entera asiste cada año a visitar sus padres y tíos para rezar y mantener el lugar en condiciones prístinas, además de enseñar a sus nietos a seguir haciendo este tipo de acciones que se han pasado de generación en generación e inculcar la fe en los miembros de su familia.
En un ambiente contrastante con la familia de María Inés, la familia de los Duarte asiste desde hace dos años a visitar la tumba de su madre, quien nació en Zacatecas, pero residió junto a sus hijos en Tijuana por gran parte de su vida. Alejandra, una de las hijas, comentó que junto con sus seis hermanos vienen desde Tijuana para quedarse en la capital durante dos semanas y festejar la vida de su madre entre música, comida y bebida.
Para muchas familias como los Duarte, recordar a sus seres queridos requiere un ambiente de fiesta, porque es así como lo hubieran querido aquellos que ya no están entre los vivos, por lo que la familia Duarte también adorna la tumba de su madre con papel picado, flores de todos colores, guirnaldas y fotos para rememorar los mejores momentos, pero también para recibirlos en un día en el que los muertos conviven con sus familiares.
Esta ocasión es también uno de los días más arduos para aquellos que trabajan en los panteones, porque como comentó Flores, uno de los trabajadores, tienen que llegar desde las 7 de la mañana a abrir y empezar a recibir a las familias y no se van hasta pasadas las 7 de la tarde cuando hay que cerrar; pero no es trabajo de un solo día, porque la afluencia en los panteones comenzó a aumentar desde los últimos días de octubre, mencionando que en especial el sábado 31 recibieron muchas familias, pero el día más fuerte es el 2 de noviembre, por lo que se mantienen en constante movimiento para asegurar que el lugar se mantiene en condiciones y que no hay algún acontecimiento para resolver.
A pesar de la gran afluencia de personas, ambos panteones tenían puntos de sanitización en todas las entradas y todo que entraba debía usar apropiadamente un cubreboca y se vio buena recepción de este requerimiento tanto en los panteones como en el Tianguis de Día de Muertos, donde también se observaron grandes cantidades de compradores y vendedores de productos variados como flores, calaveras de dulce, comida y muchas otras cosas para que los transeúntes se sientan más cómodos en su visita.
