■ Asegura ex rector que en su administración había estabilidad; sindicatos no incurrieron en huelga
■ Desincorporar preparatorias y detener el crecimiento institucional habla de falta de inteligencia
El ex rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Francisco Javier Domínguez Garay, afirmó que el problema fundamental de esa institución no es la falta de dinero, sino la falta de gobernabilidad y conducción institucional, contrario a su administración entre 2008 y 2012, cuando había estabilidad en todos los sentidos al grado tal que los sindicatos no recurrieron a la huelga una sola vez.
En ese sentido, opinó que las propuestas de desincorporar las preparatorias, detener el crecimiento de la institución y permitir la intervención de actores externos significarían atentar contra la identidad de la Universidad y evidenciaría una falta de inteligencia e incapacidad de gestión de aquellos sectores universitarios que las plantean.
“He estado atento a lo que han expresado universitarios responsables. Con algunos no comparto en lo absoluto su planteamiento. Lo que no comparto de fondo es quitarle la identidad a la institución, porque la UAZ, a diferencia de otras instituciones de este país, nació con su secundaria y preparatoria”.
Ofrecer educación media superior tiene validez a tal grado que otras universidades tienen casi la mitad de su matrícula en preparatoria, tales como la Universidad de Guadalajara, la Universidad Autónoma de Nuevo León o la Universidad Nacional Autónoma de México
También manifestó su rechazo a la idea de estatizar a la Universidad, porque “esos que opinan que la Universidad debe de crecer sólo si tiene dinero, es llevar a la institución al estancamiento, porque nunca habrá dinero suficiente para cumplir sus funciones. ¿Dónde está la inteligencia, la gestión?”.
Asimismo, Domínguez Garay señaló que estar de acuerdo con el Congreso del estado en su intención de modificar la Ley Orgánica de la Universidad sería equivalente a aprobar la idea de que Estados Unidos atienda los problemas de inseguridad, violencia y crisis económica en México.
“Puede ser que haya que cambiar los requisitos para ser rector, que se modifiquen los mecanismos de
elección, pero lo que no compartimos es que se viole flagrantemente la autonomía universitaria en algo que constitucionalmente está establecido: el derecho de autogobernarse”.
Subrayó entonces que es inaceptable que el Congreso diga cómo debe gobernarse la Universidad y cuáles deben ser sus reglas. Independientemente del contenido de la iniciativa que puede ser aceptable o no, el procedimiento mediante el cual se presentó la iniciativa debe ser rechazado.
Mencionó el caso reciente de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), donde el Congreso quitó y nombró varios rectores sin el consentimiento de la comunidad universitaria y eso no es correcto.
Además, en el contexto de una situación financiera muy desfavorable, conflictos entre los sindicatos e ingobernabilidad, la iniciativa de la Legislatura no resolvería la problemática y por el contrario la acentuaría.
En ese sentido, Domínguez Garay reiteró que el problema fundamental de la UAZ no es la falta de dinero, sino la falta de gobernabilidad y conducción.
Muestra de ello es que durante su administración no se realizó una sola huelga ni paros laborales, es decir, “había estabilidad y de alguna manera conseguíamos la lana”.
“Efectivamente, le quedamos a deber al ISSSTE, pero no a otras instancias. Ahora le deben al ISSSTE, le deben a Hacienda, le deben a los profesores, hay huelgas. O sea, no es el problema de la falta de dinero lo importante, sino la falta de gobernabilidad, estabilidad y conducción”.
Otro problema, refirió, es la fragmentación de la comunidad universitaria, pero “debe haber principios rectores que nos unan, pero no podemos sumarnos con aquellos que dicen que la Universidad no debe crecer, que no debe responder a las necesidades sociales, porque nuestra ideología y filosofía es otra y estamos convencidos de la educación pública”.
El ex rector aseguró que la Universidad es más fuerte que los grupos políticos que hay en su interior y muestra de ello es que ha habido muchas crisis y los profesores, estudiantes y trabajadores han sido capaces de sortearlas mediante discusión y análisis.
Por otra parte, Domínguez Garay expuso que la docencia, la investigación, la vinculación, la cultura y el deporte son los parámetros de la UAZ que deben ser vigilados para el otorgamiento de recursos. “Si esos parámetros no los cumple, me parece que es una Universidad que no tiene el derecho de ser apoyada, pero si eso lo cumple, debe ser respaldada continuamente”.
Comentó que una de las reglas de la Federación para otorgar el subsidio a las universidades es la cantidad de alumnos, motivo por el cual la UAZ vio aumentado su presupuesto paralelamente a la creación de programas académicos de preparatoria y licenciatura en los municipios. “Por eso yo no tuve problemas en eso. “¿Por qué no hubo huelgas en mi gestión? Porque jamás deje de pagar salario y prestaciones”.
Por ello, Domínguez Garay manifestó sentirse desilusionado cuando leyó las declaraciones del ex rector Jorge Eduardo Hiriartt, porque él tenía ciertas referencias ideológicas “y ahora no puede plantear que desaparezcan las prepas. Uno debe tener principios y estar convencido”.
Durante su administración en la Rectoría, dijo que nunca consideró la idea de condicionar el crecimiento de la institución al respaldo presupuestal, pues “si esa hubiera sido mi reflexión, jamás habría crecido en Juan Aldama, Tlaltenango, Nieves, Jalpa o Fresnillo”.
Además, en 36 años de trabajar en la UAZ, “jamás he sabido que la Universidad tenga dinero suficiente. Siempre le falta, pero la reflexión y la decisión es otra. Por eso no comparto con la gente que dice que hay qué crecer si hay dinero, porque entonces el planteamiento es no crecer pues nunca habrá dinero”.
