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jueves, 25 abril, 2024
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■ Elementos de la Marina manipularon pruebas en basurero de Cocula

Informe del GIEI confirma manipulación de evidencia por el Estado en el caso de Ayotzinapa

■ Infiltró el Ejército a los normalistas de Ayotzinapa; desde días antes de los hechos había una operación de inteligencia ordenada por elementos del Batallón 27

■ Registraron información minuto a minuto a través de informes de inteligencia; un video muestra que se ocultó información y se simuló la investigación

■ Algunos de los estudiantes fueron entregados en barandilla la noche de la desaparición

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Por: La Jornada •

CIUDAD DE MÉXICO. En su tercer informe sobre la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), respaldado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), destacó que desde días antes de los hechos había una operación de inteligencia ordenada por elementos del Batallón 27 del Ejército, semejante a actividades de contrainsurgencia, para dar seguimiento a los jóvenes y a lo que sucedía en la normal; entre los normalistas se encontraba personal de inteligencia encubierto.

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En su exposición, Claudia Paz y Paz dijo que había reportes sobre los normalistas y su actividad incluso en el día de los hechos, había información minuto a minuto a través de estos informes de inteligencia porque en el grupo de los normalistas había dos militares que informaban puntualmente a las autoridades de lo que estaba sucediendo.

Francisco Cox fue puntual en señalar que el espionaje a los normalistas de Ayotzinapa fue ordenado desde el Batallón 27 con sede en Iguala. Se informó que se tenía un seguimiento de las actividades con fines de contrainsurgencia desde el 2010. Se conocía toda la información del desplazamiento de los normalistas desde antes y durante los hechos ocurridos que llevaron a la desaparición

De igual forma, a través del esquema denominado Guerrero Seguro se tenía conocimiento de la actividad delictiva relacionada con el trasiego y producción de heroína y producción de amapola. Se conocía que esta droga era transportada a través de los autobuses que circulaban por la región.

Sin embargo, durante la primera etapa de trabajo del GIEI, dijeron los integrantes, que entonces no se sabía al principio de Guerreros Unidos, del trasiego de drogas en la región de la vinculación con autoridades municipales.

Claudia Paz mencionó que esta información fue posible obtenerla en esta nueva etapa dada la apertura parcial de información. Expuso que la noche de la desaparición se conoció incluso que algunos estudiantes fueron entregados en barandilla.

Cox mencionó que en estos siete años se ha detectado que 22 personas que han declarado dentro de las diligencias han muerto, de las cuales solamente dos fallecieron de muerte natural.

En su informe el GIEI da cuenta que tuvo acceso a 57 informes de seguimiento militar a los normalistas entre 2011 y 2014. “Sólo en 2014 se obtuvieron 12 comunicaciones e informes de inteligencia del Cisen que daban cuenta de las actividades de los normalistas, incluyendo los días anteriores y el mismo día de los hechos. Existe además, el reporte de la 35 Zona Militar sobre actividades de la Normal cuatro días antes de la desaparición.

El documento del GIEI revela que las autoridades militares y de inteligencia conocían y daban seguimiento a las actividades del crimen organizado, particularmente al accionar de Guerreros Unidos. También “conocían de la siembra de amapola y la fabricación de heroína que se enviaba hacia los Estados Unidos. “En seguimiento a esas actividades, la noche del 26 y del 27 de septiembre de 2014 las autoridades militares tenían la intercepción de comunicaciones en tiempo real”.

Es decir, “todas las corporaciones, Ejército, Cisen, y Policía Federal y Estatal hacían seguimiento en tiempo real de todas las actividades de los normalistas”. Incluso, a partir de la nueva documentación presentada, se tuvo conocimiento de la realización de procedimientos disciplinarios al interior del Ejército de miembros que omitieron información relevante sobre su presencia esa noche en barandillas.

“De acuerdo con el documento que se le notifica la sanción a uno de ellos, esta se impuso ‘por haber omitido en su informe que el día 26 de septiembre de 2014 ingreso a barandilla de la policía municipal en busca de una motocicleta propiedad de un elemento de la tropa”.

Claudia Paz y Paz mencionó que el GIEI pudo constatar la presencia de militares en barandillas en la noche del 26 de septiembre.

Asimismo, el informe da cuenta, con base en declaraciones de los mandos del Batallón 27, que la noche misma de la desaparición de los jóvenes, integrantes del Ejército salieron a patrullar Iguala desde las 00:30 horas del 27, “cuando se había producido el segundo ataque a normalistas sobrevivientes y cuando ya los estudiantes desaparecidos habían sido llevados dos horas antes por las policías municipales que los detuvieron.

Nueva documentación obtenida revela que había militares también en la caseta 3 de la salida de Iguala, dichas instalaciones se encuentran a poca distancia del Palacio de Justicia donde ocurrieron los hechos. “El GIEI había pedido reiteradamente las grabaciones de las cámaras de esa caseta debido a la importancia del lugar ya que probablemente por esa zona pasó el quinto autobús que permaneció desaparecido en toda la investigación.

Marinos manipularon pruebas en el basurero de Cocula

Como parte de la construcción con bases falsas de la denominada «verdad histórica» sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) difundió hoy un video sobre la manipulación previa a las diligencias celebradas en el basurero de Cocula.

El video fue entregado por la Secretaría de Marina, cuya participación no se conocía hasta ahora pero que sirvió como “muro” para las investigaciones. Ahí se aprecia que “elementos de la Marina manipulaban bultos que bajaron de dos camionetas» a las 6:00 horas del 27 de octubre de 2014.

Es decir, personal de Marina y la Procuraduría General de la República acudieron al sitio seis horas antes de que llegaran al lugar familiares de los desaparecidos, dijo Angela Buitrago, integrantes del GIEI quien destacó que esto forma parte de una cadena de simulaciones en la investigación del destino de los normalistas de Ayotzinapa, cuyo principal ejecutor es Tomás Zerón.

El GIEI destacó que como parte de su nueva estancia en México a partir de la apertura del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se detectaron documentos donde se evidenciaba que para la pasada administración había sido un error y una falta de valoración de los alcances de la invitación al GIEI por lo que se procedió a tratar de deslegitimar y acotar su actuación.

Buitrago destacó que como parte de la nueva documentación obtenida a partir de 2019 se tiene claro ques e e actas de diligencias falsas., procesos contra funcionarios falsos y un conjunto de elementos para simular una investigación y fabricar la denominada verdad histórica. Entre los hechos de mayor simulación están los conseguidos mediante tortura; se detectaron reportes policíacos falsos; se modificaron el número de las patrullas; se cambiaron los lugares donde fueron detenidos algunas personas e incluso.

Al abundar en torno a las torturas, el GIEI señala que existen elementos de que en 17 casos hay fuertes evidencias de que los detenidos fueron torturados lo cual fue contrastado con consideraciones de dos equipos profesionales internacionales de alto nivel en la investigación.

“La tortura supuso la imposibilidad de que conocer realmente que podría ser cierto o no, un ataque a la consistencia y legitimidad de la investigación, así como la pérdida incluso de posibles pruebas con base a la decisión del Primer Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito. La tortura no sólo operó como un factor de distorsión de la verdad y luego la impunidad en el caso, sino que supuso un obstáculo para la fase posterior de la investigación.

Al censurar la construcción de la verdad histórica, señala que el 26 y 27 de octubre hubo seis aprehensiones y los detenidos revelan que los restos de los estudiantes fueron esparcidos en el río San Juan. “En todas estas actuaciones hubo participación de personal de la secretaría de Marina, Ministerios Públicos, personal de la Procuraduría General de la República y en una de ellas de la secretaría de la Defensa Nacional. Todas estas detenciones ocurrieron sin que aún existiera información en el expediente sobre el río San Juan o el basurero de Cocula y sin que hubieran librado orden de aprehensión, que fue la supuesta base jurídica para privarlos de la libertad por lo que al momento se desconoce cómo se identificaron estos sujetos y como se estableció el vínculo en el caso.

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