■ Opina que el análisis debe realizarse desde diversas disciplinas de conocimiento
■ Opina que la bioética tiene como obstáculo la velocidad con que se desarrolla la ciencia y la falta de colaboración entre personas de disciplinas diferentes y actitudes diferentes
Temas como el aborto, la voluntad anticipada y el suicidio asistido o eutanasia deben reflexionarse desde todas la perspectiva de diversas disciplinas de conocimiento, pero no debe imponerse una visión religiosa, afirmó el filósofo Mark Platts, durante su participación en la Primera Jornada de Bioética, ética y ética médica.
Expuso que, en el caso del aborto, los médicos suelen creer que es un procedimiento sencillo, pero no valoran otras perspectivas como la de los sacerdotes que plantean que el feto es un ser humano desde su concepción, o la del científico que sabe que para considerarlo como tal deben transcurrir 12 semanas.
En relación a la discusión sobre la legalidad del aborto o mantenerlo ilegal, dijo que las consecuencias de la prohibición legal son tan deplorables e injustas que la conclusión es evidente.
Mientras hay señalamientos de que el aborto es inmoral, cuestionó que nadie cuestiona y mucho menos penaliza lo verdaderamente inmoral, por lo que “si somos sensatos, podemos despenalizarlo aunque con ciertas restricciones más o menos obvias en razón de la justicia social, para que la persona pobre en Chiapas tenga la misma posibilidad de un aborto seguro que la esposa de un millonario”.
Platts, adscrito al Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, aseguró que no conoce algún buen argumento contra la idea del suicidio asistido, porque incluso los médicos saben cómo hacerlo sin riesgo alguno de que el proceso termine mal, pero ¿por qué los médicos pueden hacer esto y no nosotros?
Uno de los comentarios comunes contra el suicidio asistido, dijo es que “la vida es un regalo de Dios”, pero aseguró que, frente a una muerte horrendamente dolorosa, cualquier persona preferiría un suicidio asistido. Si esta “prefiere sufrir y sufrir horrendamente hasta que muere, mis respetos, porque es obvio que su convicción religiosa es sincera y no una cuestión de conveniencia”.
Comentó que en Estados Unidos hay la idea que los Comités de Bioética en los hospitales deben incluir a un sacerdote para captar el aspecto espiritual de los casos, pero no es lo ideal. Sin embargo, “hay sacerdotes decentes a pesar de ser sacerdotes, como hay economistas decentes a pesar de ser economistas. Todo es posible”.
“En Inglaterra encuentras la bioética por todas partes, pero sí hay un conflicto entre actitudes mentales, especialmente entre filósofos por una parte y médicos y sacerdotes por otra parte. En el caso de los médicos y de los sacerdotes es por su entrenamiento tan vertical, con estructuras de poder vertical, casi como los militares, cuya verticalidad termina en Dios”.
Por otra parte, Platts indicó que los filósofos son por naturaleza escépticos, es decir, dudan y complican las cosas, al grado de que para elaborar reglas de bioética mucho más simple recurrir a un abogado o un médico.
En ese sentido, la bioética ayuda a analizar y reflexionar sobre temas que a veces se consideran como tabú, como es el caso de la moralidad sexual en el contexto del VIH-Sida hace varios años, o el aborto y la eutanasia en la actualidad.
Por otra parte, comentó que entre los obstáculos que encuentra la bioética está la velocidad con que se desarrolla la ciencia y la falta de colaboración entre personas de disciplinas diferentes y actitudes diferentes, como médicos, filósofos, sacerdotes, científicos, entre otros.