■ Efectos aún no pueden ser calculados, pero muchos trabajadores perderán sus derechos, dice
■ La clase política preparó el terreno para la iniciativa con el desprestigio de los maestros
La Reforma Educativa implementada en México no fue improvisada, sino gestada, consensuada y preparada por la clase política, los empresarios y los organismos internacionales durante más de 30 años, y cuyo impacto a largo plazo será la privatización, aseguró Raúl Enrique Anzaldúa Arce, profesor de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).
Durante una conferencia impartida este sábado en el marco del 25 aniversario de la Unidad Académica de Docencia Superior de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), el especialista indicó entonces que la Reforma Educativa no es sexenal, como muchas otras políticas, debido precisamente a que se preparó paulatinamente, luego de instaurar el modelo neoliberal.
Informó que en educación superior las políticas neoliberales se han implementado desde hace mucho tiempo con la deshomologación de los salarios, lo cual se aplica mediante las becas de desempeño o los ingresos que los docentes obtienen al ser parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), los cuales duplican o triplican su sueldo.
En ese sentido, afirmó que hay la intención de trasladar esa política a la educación superior, al grado de que la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) ya acordó con algunas de ellas la implementación de mecanismos de permanencia de los docentes.
Anzaldúa Arce manifestó que “lo que nos viene ahora con esta reforma son los exámenes estandarizados para la permanencia en la educación superior. Es decir, habrá una problemática igual que con los maestros de educación básica, porque en marzo de este año la Anuies empezó a negociar eso con algunas universidades”.
Coincidió en que la Reforma Educativa es en realidad una reforma laboral porque el ingreso, la permanencia y los estímulos dependen de las evaluaciones, pero el problema es que su impacto no quedará ahí, sino que se extenderá a los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Señaló que los efectos de la reforma aún no pueden ser calculados, pero de inicio se van a perder los derechos laborales de una gran cantidad de trabajadores de la educación, y aunque el presidente Enrique Peña Nieto y el secretario Aurelio Nuño lo niegan, “la ley establece que aquel maestro que no resulte idóneo después de tres evaluaciones, será retirado del grupo, no podrá dar clases”.
“Yo me pregunto, si no van a dar clase, ¿qué van a hacer? ¿Le van a pagar por hacer qué, si no van a dar clase? Lo que yo pienso que va a pasar es que los van a despedir”, advirtió Anzaldúa Arce.
Por último, explicó que la manera en que los empresarios, los organismos internacionales y la clase política mexicana preparó el terreno para aplicar la Reforma Educativa fue en gran medida con campañas de desprestigio de los maestros, sobre todo después del surgimiento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en 1989.
