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martes, 19 marzo, 2024
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Novela de ajedrez, de Stefan Zweig

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Por: Miguel Ángel De Ávila González •

La Gualdra 544 / Libros

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Esta novela nos fue sugerida por el maestro Alejandro García en el Seminario de Literatura Mexicana Siglos XX y XXI, en la Escuela de Letras de la UAZ (diciembre de 2018). Comencé su lectura con prejuicios. Me imaginé que era un libro ligero sobre el tema del ajedrez. Estaba totalmente equivocado. Me encontré con una novela durísima, capaz de ejercer una crítica implacable de suprema profundidad intelectual y psicológica. Buscaba una lectura amable y en su lugar me encontré frente a una abrumadora sacudida.

En sus primeras páginas mis expectativas se estaban cumpliendo; el relato ofrece una agradable historia ubicada en la época de la Segunda Guerra Mundial, sobre un joven campeón de ajedrez que viaja desapercibido en un trasatlántico. Eventualmente, los turistas le descubren y tratan de convencerlo para jugar una partida multitudinaria, a la que el engreído campeón accede de mala gana, cobrando una tarifa desmesuradamente alta. Tal encuentro no le supone ningún placer ni desafío, hasta que espontáneamente aparece un adversario de su talla, el verdadero protagonista de la novela, el único que podría zarandear el inflamado orgullo del campeón.

Sin embargo, ese contrincante tiene una traumática y dolorosa historia que contar: se trata de un abogado austriaco hecho prisionero por la Gestapo durante la invasión alemana de 1938. ¿Cómo es que este recluso logra escapar de su cautiverio para tomar un barco y convertirse en el digno contrincante de un campeón mundial de ajedrez? 

Súbitamente la historia se centra en la condición mental del protagonista. A estas alturas los lectores comprenderemos que el verdadero tema no es el ajedrez, sino la tortura. Con una simple vuelta de hoja, la novela se convierte en un testimonio trágico, pues se sumerge profundamente en la psique de la víctima, describiendo una suerte de trance esquizofrénico provocado por la necesidad humana de anular el aislamiento. Se describe todo lo que pasa por la mente de una persona recluida, sin contacto humano y alejado de toda fuente de información y distracción. Un estudio prodigioso y al mismo tiempo, macabro.

La novela contiene un solo capítulo que podría leerse en dos partes. Si en la primera el libro es fácil y agradable, en la segunda se vuelve espeso y agobiante. La historia es narrada en primera persona por uno de los personajes secundarios; sin embargo, su punto de vista parece muy objetivo y no genera dudas. La dificultad radica en lo complicado de ese tramo espeluznante narrado por el propio protagonista; las honduras de su trastorno van más allá de los sentimientos de un alma torturada, sino que llega hasta donde los procesos mentales defensivos, obsesivos y compulsivos llegan al límite de la cordura.

La novela constata el autoritarismo y los abusos de un poder desatado y enloquecido. La literatura no necesita inventar sórdidos escenarios fantásticos para crear suspenso y poner al lector con los pelos de punta. Tan solo basta con evocar los escenarios históricos y las tiranías de cualquier época para encontrarnos con el verdadero terror. Con solo cien páginas esta novela nos sacudirá emocional e intelectualmente. Esta es una obra maestra de la novela psicológica.

***

Stefan Zweig, Novela de ajedrez, Acantilado, decimonovena edición, México, 2008.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra544

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