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martes, 23 abril, 2024
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De la Toma de Zacatecas a nuestra cotidianeidad actual

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Por: JOSE DE JESUS REYES RUIZ •

Apenas el día de ayer jueves, conmemoramos, no sólo los zacatecanos sino los mexicanos todos, el día de la TOMA DE ZACATECAS, donde las fuerzas de la DIVISIÓN DEL NORTE, bajo el mando de PANCHO VILLA y la artillería de FELIPE ÁNGELES, pusieron la estocada final al RÉGIMEN HUERTISTA, mientras que los ejércitos de occidente, al mando de ÁLVARO OBREGÓN y del oriente – que sirvió para maldita la cosa – hacían demasiado poco pero seguían dependiendo y eran de alguna forma ellos – NO VILLA – los consentidos de quien encabezaba la rebelión VENUSTIANO CARRANZA.

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Lo que motiva estas líneas es el hecho de que hace ya varias décadas, durante la realización de mi maestría en FILOSOFÍA e HISTORIA DE LAS IDEAS, escribí un ensayo sobre – EL DÍA DESPUÉS – es decir, lo que nuestra comunidad vivió el día posterior a la rápida victoria de VILLA en la batalla de ZACATECAS.

Debieron haber sido tiempos – está en mi relato – difíciles en extremo, las calles estaban sembradas de cadáveres cuya putrefacción comenzaba a hacer estragos en espera de que las fuerzas de un ejército victorioso los levantara y los llevara a las fosas comunes que apenas se comenzaban a abrir en diferentes puntos de una ciudad que antes había sido boyante gracias a la minería, y que recién había contabilizado más de 100 mil habitantes, pero el día posterior a la TOMA había sólo 10 mil, además de las fuerzas de la DIVISIÓN DEL NORTE, que se habían concentrado en los terrenos al sur de la VILLA DE GUADALUPE, entonces unos huertos instalados al sur del CONVENTO FRANCISCANO, erigido un siglo antes, y de donde partieron los que hoy conocemos como los civilizadores del norte, los franciscanos, que junto los jesuitas, llevaron la FE y la “civilización” a tierras lejanas de lo que antes se llamaba LA ALTA CALIFORNIA.

Es importante recordar que la gran victoria sobre el reducto del ejército huertista causó la ruptura tan anunciada entre el JEFE de la REVOLUCIÓN, VENUSTIANO CARRANZA, y su supuesto subalterno, FRANCISCO VILLA, que desobedeciendo sus órdenes, atacó ZACATECAS.

Dos proyectos diferentes de una REVOLUCIÓN que en ese momento era única, la de VILLA con el camino abierto a la ciudad de México, donde se reuniría con las fuerzas del SUR de EMILIANO ZAPATA, y la de un VENUSTIANO CARRANZA que resentido se apoyaría con todo desconociendo la CONVENCIÓN DE AGUASCALIENTES llamada por las fuerzas revolucionarias reales, a las que combatiría con ÁLVARO OBREGÓN al frente y derrotaría tiempo después en el BAJÍO.

De todo ello resultó el MÉXICO que vivimos y claro que sufrimos durante el siglo XX, un México resultado de las instituciones creadas por la revolución vencedora de CARRANZA-OBREGÓN-CALLES etc. Un México alejado de DIOS y de la DEMOCRACIA que adquiriría una estabilidad ficticia en la segunda mitad del siglo XX con un crecimiento económico importante en lo que se dio por llamar EL MILAGRO MEXICANO bajo una PRESIDENCIA IMPERIAL llamada por VARGAS LLOSA como una DICTADURA PERFECTA.

Pero regresemos al día posterior a la batalla, muchos saben que lo que FELIPE ÁNGELES había pedido a VILLA después de la reciente TOMA DE TORREÓN era que persiguiera a los reductos de las fuerzas federales, pero LA DIVISIÓN DEL NORTE estaba agotada después de una batalla mucho más cruenta que la TOMA DE ZACATECAS, donde la resistencia fue mínima y rehusó a las recomendaciones de ÁNGELES, pero un error no lo cometería dos veces y en ZACATECAS se fue al otro extremo y emboscó – literalmente – a las fuerzas federales que en miles – se calcula que de 10 a 20 mil soldados – huían por la cañada que comunica la ciudad capital con la entonces VILLA DE GUADALUPE, ahí los que huían fueron masacrados por las fuerzas villistas, lo que provocó una protesta enérgica por parte de FELIPE ÁNGELES, que ante todo era primero un humanista que un soldado.

Tendremos que entender que después de la BATALLA, la mayor parte de la población, sobre todo la que tenía las posibilidades económicas, huyó casi toda ella a la ciudad de México, la población que se calcula se quedó – porque no le quedaba de otra – no era mayor a los 10 mil habitantes, y las fuerzas de la DIVISIÓN DEL NORTE no sobrepasaban los 15 mil efectivos. Pero la historia nos dice que hubo 6 mil bajas de parte del ejército federal y alrededor de mil de las fuerzas villistas, 3 mil soldados federales capturados, muchos de los cuales fueron fusilados, sobre todo los de rango mayor, pero algunas crónicas hablan de que en las calles de nuestra ciudad había alrededor de 20 mil cadáveres, de los cuales la mitad estaba en la cañada a Guadalupe donde las fuerzas federales que huían fueron emboscadas.

Ese día 24 de junio fue un día difícil, Villa ordenó sacar de los hospitales a todos los federales sobre todo de rango importante, para ser fusilados sin mediar juicio alguno, porque él sabía que dejarlos libres solamente haría que rápidamente huyeran – no había forma de alimentar y cuidar a los prisioneros – y se reintegraran a un ejército que volvería a darles pelea más adelante, no olvidamos cuando EL DR. LÓPEZ DE LARA bloqueó la entrada de un hospital que estaba en lo que hoy conocemos como OFICINAS DEL TELÉGRAFOS para que no tocaran a los heridos bajo su cuidado, y por este hecho VILLA lo envió al paredón de fusilamiento en el lugar donde hoy en día conocemos como 3 cruces, ahí por fortuna y por intercesión de muchas personas que hablaron con VILLA, sobre todo mujeres, el fusilamiento del médico se suspendió y quedó el relato como uno de los pincelazos que se dieron ese día posterior a la GRAN BATALLA.

Pues bien, ese México salvaje, ese Zacatecas salvaje, lo estamos viviendo de nueva cuenta en eventos que se dan todos los días y que ya han dejado de sorprender a muchos, hace una semana envié a la redacción de La Jornada algo que experimenté el viernes, hace apenas una semana, pero no fue publicado, llegaba a mi consultorio en 3 cruces a las 3 y media de la tarde, veía a mi primera paciente cuando escuchamos de 7 a 8 detonaciones que inicialmente ubiqué como cohetes pero había sido a sólo unos metros bajo mi consultorio, que se encuentra en el primer nivel, me asomé a la ventana y vi un sujeto tirado muerto en las puertas de CARNE MART, asesinado en el estacionamiento donde yo dejo mi vehículo y donde en ese momento de los disparos estaba el vehículo del esposo de mi paciente con dos de sus hijos, la fuerzas policiacas llegaron a “tapar el pozo” a los 5 minutos, y ocuparon el lugar, y todos hemos experimentado la prepotencia de las fuerzas del poder cuando a toda velocidad se dirigen al lugar de los hechos cuando saben que siempre llegan demasiado tarde, más les valdría no exponer a la ciudadanía y llegar a hacer lo que tengan que hacer con calma que los hechos casi siempre están ya consumados.

Y mientras esto sucedía a plena luz del día en Guadalupe, a un lado de la NISSAN asesinaban a 3 jóvenes más, y un día más tarde en la PLAZA INDEPENDENCIA a otros tantos, este es el ZACATECAS que vivimos a más de 100 años de los acontecimientos que conmemoramos los de la TOMA DE ZACATECAS.

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