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jueves, 18 abril, 2024
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Nuevos gobiernos: cambiar las preguntas

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Por: La Jornada Zacatecas • Admin •

El delito está imparable, y por tanto los factores que lo provocan siguen creciendo. La pregunta central no es por qué están débiles las corporaciones policiacas y qué se puede hacer para contar con corporaciones policiacas fuertes, como lo supone la política de seguridad del gobierno; sino, mucho antes que eso, la pregunta es, ¿porqué, sobre todo los jóvenes, han desarrollado comportamientos delictivos de carácter violento? Y claro está, ¿qué puede hacerse para remediar eso? Del mismo modo que debemos cambiar las preguntas sobre el problema, también hay que modificar la pregunta sobre el camino de la solución: no es, ¿cómo el gobierno va a solucionar el problema delictivo? Esta pregunta solamente expresa ingenuidad (o demagogia): el gobierno no puede solucionar el problema, eso ha quedado reiteradamente constatado. La pregunta debe ser, ¿qué se puede hacer para que la sociedad se cure a sí misma con ayuda de sus instituciones de Estado?
Así, de entrada, es importante que las nuevas autoridades se hagan las preguntas correctas para emprender caminos que lleven a la paz. Si seguimos haciendo lo que ya fracasó, es evidente que los resultados serán los mismos. Y en cada renovación de autoridades los nuevos alcaldes o gobernadores, inician su mandato prometiendo que cumplirá sus promesas de campaña (y sin dudarlo) repite las acciones del anterior alcalde o gobernador. Así la historia se repite como un eterno retorno de la misma maldición. En campaña se les escucha proponer una solución universal para todos los problemas: “elevaremos el presupuesto para…” cualquier problema con el que se topan, le enfrentan la misma receta: crear un departamento administrativo para atenderlo y asignarle presupuesto. Puras ilusiones de humo negro.
Lo primero que se necesita, por tanto, es un correctivo de humildad: un sentido fuerte de humus, tierra o realidad. Con ello saber que su trabajo de gobernantes es detonar y coordinar la acción colectiva de la sociedad en sus múltiples formas organizativas para que ella soluciones sus propios problemas. Esto es, los comportamientos violentos y delictivos debe llevar a las autoridades a construir estrategias para que los colonos generen formas de organización para la autoprotección, la detección de comportamientos de riesgo y creación de formas de convivencia que generen realidades sociales sanas. Resolver un problema es construir una nueva realidad social: nuevas relaciones y posibilidades para las personas. Y para eso, se necesita tejer redes de colaboración de diferentes grupos, instituciones y gobiernos. El nuevo gobernante es una araña: un tejedor social. Un gestor. Si llega con la idea de ‘ejercer el mando’ o de ‘probar el poder’, estará enfilándose al fracaso: dichas representaciones son fantasmas viejos que enloquecen burócratas. Esperamos ver a esta generación de gobernantes modificar la misión con la que llegan al puesto público. Sin embargo, no hay muchos motivos para estar optimistas. Es probable que la delincuencia continúe destruyendo los tejidos sociales, la economía y al propio Estado. Pero el beneficio de la duda es propio de cualquier administración que empieza.

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