Resucitado

Resucitó. Aunque no estaba del todo muerto parecía borrado de la contienda. El órgano rector y vigilante de las elecciones le quitó el registro como candidato a la gubernatura. Lo que el INEE hizo no fue otra cosa que aplicar la ley. Dejó que el órgano fiscalizador la interpretara, que por lo general no faltan los casos en que además de interpretarla, la tuercen.
En su visita a Zacatecas José Woldemberg, invitado por el IEEZ para hablar sobre los desencantos y realidades de la democracia, embrionaria califica a la mexicana, en una de las tantas preguntas que respondió al interesado auditorio que acudió a escucharlo mencionó al resucitado, señalando: “La legislación establece con todas sus letras que, si un precandidato a cualquier cargo de elección popular no entrega un informe, el Instituto Nacional Electoral no lo puede registrar. Y entiendo que eso fue lo que hizo el INE”. (La Jornada Zacatecas, 21 de abril de 2016)
Justamente yo también creo que eso hizo. Mientras no se conozca otra versión contraria a la que Jorge Alcocer público en su artículo de Reforma, “Por el bien de todos”, el 12 de los corrientes, él que se había dado por muerto, primero se hizo el despistado y no acudió en tiempo y forma a entregar el informe requerido, cuando acudió ante el órgano electoral mintió según dice Alcocer, después entregó el informe, pero fuera de tiempo y negando lo que había gastado. La excusa que dio fue que parte de lo que gastó lo hizo antes de la precampaña cuando todavía no era precandidato. Seguramente este argumento, aunque debió de pesar el peso y presión política ejercidos por sus padrinos que lo empujan y respaldan, lo que influyó en el ánimo de los magistrados electorales para reinstalarlo en la palestra de la campaña política y resucitarlo al devolverle el registro.
Sin embargo, el revivido como todo político que en nuestro tiempo mexicano se precie de serlo, aprendió de su pariente y maestros a conjugar muy bien el verbo madrugar. Resulta que desde hace siete años está en campaña. ¿Cuánto ha gastado en ese tiempo y de dónde ha salido el dinero? En la contienda anterior la jugó y perdió quedando en tercer lugar. Eso no le quito el sueño. Perdiendo ganó pues encontró como refugio, o más bien premio un escaño en el senado. De ahí siguió en su labor proselitista de seguir buscando cumplir con el destino manifiesto de la familia consistente en que más de uno de sus miembros ocupe la casona que fuera del rico minero Saldívar y posteriormente del Conde de Bernárdez.
Con el registro restituido no la tiene fácil. Cierto que se le victimizó al sacarlo por unos días de la jugada. Pero ha regresado y lo ha hecho con nuevos bríos. Veremos si la aureola de mártir y con la bandera de víctima de la mafia del poder le alcanza para lograr su sueño y alcanzar su meta. No la tiene del todo fácil. Más fácil sería sacar al PRI del poder si hubiera sido el abanderado de la oposición y echarle montón a los tricolores. Con un voto fraccionado y polarizado, aunque son varios los contendientes, la lisa electoral se reduce a tres y entre estos, los candidatos con posibilidades reales son dos, el tricolor y el resucitado. Uno buscará aprovechar ser el representante del partido gobernante con todo y las ventajas que esto tiene, el resucitado por su parte buscará capitalizar el arrastre del mesías tropical con toda su carga simbólica, figura de la que se ha colgado para hacer carrera en la política y del poder e influencia que tiene de su hermano con amigos, paniaguados y compadres por todo el territorio zacatecano. Como gran reto personal está el romper el estigma y resolver el dilema de que hasta antes de este proceso electoral era el tirador-candidato a la gubernatura más conocido pero el menos votado, según llegaron a manejar las encuestas. Así que “no andaba muerto, andaba de parranda”. ■