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martes, 23 abril, 2024
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Inexistente, equidad en cargos directivos de la BUAZ

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ En la administración central universitaria no hay mujeres

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■ Sólo la tercera parte de las Unidades Académicas es dirigida por mujeres

■ La planilla recientemente electa sólo incluyó a una mujer: Samantha Bernal Ayala, quien sería la secretaria administrativa

■ Trascendió que será removida para nombrar como “encargado de despacho” a Agustín Serna Aguilera, ya que no cumple con los requisitos para ocupar un cargo de primer nivel

■ En 2019 la equidad de género se elevó a rango constitucional y entre los entes obligados están los organismos autónomos, como las universidades: Verónica Aguilar, activista

 

A pesar de que la equidad de género ha sido establecida en la Constitución como una obligación de los organismos autónomos, la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ) no ha implementado los procedimientos para garantizarla; en este momento, ninguna mujer ocupa un cargo de primer nivel y sólo la tercera parte de las Unidades Académicas es dirigida por mujeres.

La planilla recientemente electa para ocupar los diversos espacios de la administración central sólo incluyó a una mujer: Samantha Bernal Ayala, quien sería la secretaria administrativa. Sin embargo, trascendió que será removida para nombrar como “encargado de despacho” a Agustín Serna Aguilera, ya que no cumple con los requisitos para ocupar un cargo de primer nivel.

Es decir, la planilla Vanguardia Universitaria incluyó en su planilla a Bernal Ayala de manera improvisada y momentánea, debido a que Serna Aguilera no cumplía con el tiempo de antigüedad que establece la norma para contender por un cargo de primer nivel.

Entre los espacios o departamentos de coordinación, aparentemente sólo una mujer ocupará una de ellas: Gladis Olvera Babún, quien fungió en el periodo anterior como directora de la Unidad Académica de Artes.

En lo que respecta a las unidades académicas, únicamente 11 de un total de 32 están dirigidas por mujeres: Estudios de las Humanidades, Historia, Letras, Matemáticas, Ciencias Biológicas, Ciencias Químicas, Enfermería, Medicina Humana, Odontología, Preparatoria y Secundaria.

Destaca la elección de una mujer en la Unidad Académica de Medicina Humana, Rosa Martha Covarrubias Carrillo, ya que es la primera mujer que ocupa la dirección de este centro en toda su historia.

Verónica Aguilar Vázquez, docente y activista de la Máxima Casa de Estudios de la entidad, expuso que en el 2019 la equidad de género se elevó a rango constitucional y entre los entes obligados están los organismos autónomos como las universidades.

“En 2019 se elevó a principio constitucional, en el artículo 41, y en la Constitución del estado en el artículo 35. Sin embargo, lo que tenemos presente es que no basta que haya sido elevado a rango constitucional, porque los órganos autónomos estamos lejos de verlo como una realidad”, puntualizó.

Refirió que el argumento de las autoridades es que la equidad de género no está en la normatividad interna, pero desde su perspectiva la única limitante en la normatividad interna es que no se puede ir en contra de la Constitución misma, pero a pesar de ello “no se respeta el principio de paridad”.

Si ese es el obstáculo, hizo un llamado que se promueva una convocatoria de foro de reforma a la Ley Orgánica para incluir no solamente el principio de paridad y equidad de género, sino también la transversalidad de la perspectiva de género y un enfoque de derechos humanos.

Aguilar Vázquez detalló que en el pasado proceso electoral un grupo de académicos exhortó a que se implementara la equidad y paridad de género en la integración de las planillas, pero hubo caso omiso de parte de las planillas contendientes.

“Ahora el problema que advertimos es que la única mujer que iba en la planilla que ganó la elección se va a retirar del cargo y lo va a asumir otra persona. Desconozco las razones del contexto, pero si es una decisión personal, debería entrar en su lugar otra mujer, porque de lo contrario no solamente se violenta el principio de paridad, sino los principios electorales para evitar esta simulación o manipulación en la participación política de las mujeres en los cargos de elección”, enfatizó.

Agregó que “es muy grave que se dé en la universidad porque el mensaje que mandamos a la sociedad puede ser negativo porque es la forma en que estamos educando a la sociedad y se supone que la universidad debe ser el eje rector del avance y progresividad de los derechos humanos que impacten en el cambio cultural y social”.

Consideró que, luego del tránsito del Instituto de Ciencias a Universidad Autónoma, la institución ha evolucionado y se han logrado avances en el tema de género, entre ellos que más mujeres han accedido a la institución a tal grado que la población estudiantil está prácticamente en una condición igualitaria.

No obstante, Aguilar Vázquez señaló que no se han implementado políticas para evitar el sesgo de ingreso a carreras determinadas. Es decir, no hay acciones que permitan que más mujeres se integren a las Ciencias Básicas, Ingeniería o Tecnología.

Asimismo, refirió que hay mujeres muy destacadas en la academia, pero con una participación en la vida política de la universidad es limitada, mientras que las mujeres que ocupan cargos de nivel medio, como las responsables de programa, es porque han sido designadas, pero no electas.

Manifestó que la paridad de género está ausente en los órganos de colegiado como los Consejos de Unidad, el Consejo Universitario, la Defensoría Universitaria, entre otros.

Recientemente en la elección del nuevo Comité Ejecutivo del Sindicato de Personal Académico se implementó un procedimiento de equidad de género, pero no la hay en la Coordinadora de Delegados y de sus comisiones. Concluyó, entonces que “nos falta mucho y el trayecto es largo para poder hablar de paridad dentro de la universidad”.

Por su parte, Hans Hiram Pacheco García, secretario Académico de la BUAZ, opinó que en los últimos años se han generado avances importantes, pero prevalece el reto de garantizar la equidad de género y erradicar toda forma de violencia contra las mujeres en los pasillos y aulas de la Universidad.

“Ha habido avance, pero hay oportunidades para que las mujeres sigan posicionándose. Sin embargo, me parece un gran logro que hoy la Presidencia Colegiada del Consejo Universitario, que se constituye por cinco personas, por primera vez en la historia tres sean mujeres”, indicó.

Consideró que ese ejemplo evidencia cómo las mujeres han alcanzado espacios importantes por su trabajo y capacidad, pero persiste el reto de que eso se extienda a otros cargos de la administración central y en las unidades académicas.

Recordó que en el Spauaz ya se implementaron procedimientos para que hubiese paridad de género en el Comité Ejecutivo y a nivel institucional consideró que podrían impulsarse políticas similares para la Rectoría.

Para ello, dijo que “se necesita plantearlo con los y las universitarias en general, discutirlo, reflexionar y a partir de ahí, desde el ámbito normativo, poder implementarlo para que eso se formalice. Creo que así podemos encontrar una equidad en la cuestión de los espacios”.

Pacheco García detalló que, en el proceso electoral pasado, al no haber una norma institucional que establezca procedimientos para implementar la equidad de género, no hubo la posibilidad de hacerlo, por lo que es necesario que se genere el espacio de reflexión para ello.

Reiteró que la normatividad en ese sentido debe discutirse y analizarse por la comunidad universitaria y a partir de ello incluir los procesos necesarios en la Ley Orgánica y en la reglamentación de la BUAZ.

Para ello, indicó que se puede tomar como referencia el caso del sindicato, donde se postularon planillas de 20 personas para que hubiese un hombre y una mujer postulados para alguna de las carteras, pero deberá ser una discusión de toda la comunidad universitaria a fin de propiciar, desde la estructura normativa, la paridad de género en los espacios de primer nivel en la administración central.

“Esta reflexión y discusión entre los universitarios nos ayudará a ver de qué forma esto se puede replicar con la particularidad de nuestra universidad. Me parece que es una posibilidad viable”, dijo.

Pacheco García subrayó que en la Universidad hay mucho trabajo por hacer y “lo primero es que debemos reconocer nuestras fallas como institución, con esos huecos o vacíos legales, y reconocer que hay conductas lamentables en las aulas, en los pasillos, donde las estudiantes, las maestras y las trabajadoras no son ajenas a alguna forma de violencia”.

Luego de reconocer el problema, opinó que ese será el punto de partida para establecer una política y un protocolo para dar seguimiento a los casos que se presenten, y aunque hay avances en ese aspecto gracias al trabajo de la Coordinación de Equidad de Género, es importante fomentar la cultura de la denuncia y una mayor eficiencia en los cauces institucionales.

Es decir, “debemos estar conscientes del problema, pero no basta sólo con protocolos. Si bien la institución cuenta con ellos, también se requiere darlos a conocer y sensibilizar, informar a las y los estudiantes sobre las vías institucionales para impulsar la cultura de la denuncia”.

Concluyó que la administración que encabeza el rector Rubén Ibarra Reyes tiene el compromiso para erradicar completamente con todas las formas de violencia contra las mujeres y brindar el acompañamiento y respaldo adecuado a las víctimas de la violencia de género.

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