Tendría 31 metros de altura; superaría por 11 metros al “Cristo Rey de Guanajuato”
Estiman que tendrá un costo de 20 millones de pesos, aportados por el Gobierno estatal, ayuntamiento, la comunidad migrante y ciudadanos católicos
Afirmaron que uno de los objetivos es detonar la economía del municipio
En riesgo, el Estado laico; una vez más pretende destinar presupuesto público para fines religiosos, como sucedió en Guadalupe, donde se pretendía edificar una mega-virgen
El secretario del Campo, Adolfo Bonilla Gómez, en conjunto con el Obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, compartió en sus redes sociales, el proyecto del “Cristo de la Paz”, obra que quedaría a cargo del escultor Miguel Romo Santini.
Según se informó, la escultura tendrá 31 metros de altura, convirtiéndolo en el Cristo más alto del país, superando por 11 metros al “Cristo Rey de Guanajuato”. Dicha obra contempla áreas verdes, capilla, avenidas de acceso, explanada, mirador de cristal de 6 metros de altura, entre otros espacios.
De acuerdo con autoridades de Tabasco, ‘El Cristo de la Paz’ tendrá un costo de 20 millones de pesos, aportados por el Gobierno estatal, ayuntamiento, la comunidad migrante y ciudadanos católicos del municipio.
Aunque las autoridades afirmaron que uno de los objetivos de la obra es detonar la economía del municipio de Tabasco, también pone en riesgo el Estado laico y una vez más pretende destinar presupuesto público para fines religiosos, lo que reabre el debate que se dio cuando un proyecto similar, pero en honor a la Virgen de Guadalupe, se planeó en octubre del 2018 en el municipio de Guadalupe.
En ese entonces, José Enciso Contreras docente investigador jubilado de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas, señaló que, con respeto de las creencias religiosas de la población guadalupense y zacatecana, era un deber cívico manifestarse en contra de que el ayuntamiento utilizara “recursos del erario municipal para la construcción de infraestructura y la efigie de la virgen de Guadalupe”.
Esto argumentando que es “un propósito extraviado ocupar recursos y esfuerzos del municipio en proyectos de exaltación y proselitismo religioso cualquiera que sea su signo”, sobre todo argumentando la promoción del ‘turismo religioso’, como si fuera éste el único proyecto turístico posible para el desarrollo de dicha actividad económica o de desarrollo económico-social”.
En cuanto al Estado laico, aseveró que se pierde con obras de este tipo, y le recordó en su momento a los funcionarios que su deber es “no sólo respetar, sino velar y garantizar la vigencia de dicho Estado laico, evitando alimentar los fanatismos y fundamentalismos religiosos que tanto han dañado históricamente a la humanidad y a nuestra nación, bañándola de sangre inútilmente derramada”.
La reflexión y las circunstancias son las mismas, sólo cambian el venerado y el tiempo, puntualizó.
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