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viernes, 29 marzo, 2024
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Zacatecas y los primeros pasos hacia el progresismo

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Por: JORGE ADÁN HERNÁNDEZ LÓPEZ •

En algún momento de la historia, no solo de nuestro país, sino de todo el mundo, los temas sobre el matrimonio igualitario, el derecho al aborto, la legalización de la marihuana para uso lúdico, entre otros, se volvieron bandera de los gobiernos y las causas progresistas. En ese sentido, si se toma en cuenta cultura conservadora, machista y cerrada que se ha heredado a las familias generación tras generación, nuestro país ha dado importantes avances en temas denominados progresistas. Aun dicho lo anterior, se debe reconocer que México va unos cuantos pasos atrás, a comparación de otros países, pues, cuando se trata de temas como los anteriormente mencionados, abundan debates o mejor dicho discusiones, en donde la argumentación está basada en tabúes, miedos y desinformación.

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Tan solo la palabra progresista, o el concepto de gobierno o partido político progresista, genera debate, confusión o posturas encontradas; el término nos puede hacer imaginar una postura política de izquierda radical, una actitud de la sociedad de libertinaje, de poco control; escuchar decir que un gobierno es progresista no hace pensar en políticas improvisadas o impartidas desde la concepción de la novedad y la libertad. Pues bien, el progresismo es todo, menos lo anterior.

El Progresismo busca lograr principalmente reformas sociales, es decir, reestructurar la vida en sociedad para tener una vida más plena, feliz y con garantías de parte del Estado y la justicia. Es preciso comentar que ser progresista no debería significar tomar una postura política de izquierda o de derecha, aunque esta forma de pensamiento es practicada más por quienes se ostentan con una ideología de izquierda. Lo que si podemos decir con toda seguridad, es que el progresismo se opone totalmente al conservadurismo y sus posturas políticas y sociales arcaicas.

En el caso de México, quizá habrán notado que el conservadurismo está perfectamente representado por los partidos del viejo régimen, es decir, por el PAN, un partido completamente conservador, de derecha e impulsado en sus inicios y actualmente por las cúpulas católicas del país; y el PRI, que aunque se autodenominen ser un partido de “centro-izquierda”, el conservadurismo corre por sus venas. Es por eso, que todo discurso, actitud, pensamiento o intensión con tintes progresistas en nuestro país, automáticamente es contrario al viejo régimen y sus representantes.

El martes 14 de diciembre del 2021 ha sido un día importante para los derechos humanos y para la lucha progresista en Zacatecas, pues, siendo uno de los Estados de la República más católicos, se logró aprobar el derecho al matrimonio igualitario, el cual, regula la vida en matrimonio entre personas del mismo sexo. Con esto, Zacatecas se suma a la lista de entidades que han dado paso a esta progresista reforma. Como era de esperarse, el debate de los diputados locales que se oponían a la aprobación de dicha reforma, fue con argumentos sin sustento legal o científico; poniendo como eje de su debate, la familia y la moral; no han entendido que el tema se trata de derechos humanos y ya. Una vez aprobada la reforma cada quien decidirá si ejerce o no su derecho, como es el caso de todos los demás.

Sin duda la aprobación del matrimonio igualitario en Zacatecas es muy importante para toda la sociedad y sobre todo para el sector de la diversidad sexual; con ello Zacatecas deja de estar en el obscurantismo, pero no se ilumina por completo, faltan temas importantes como el derecho al aborto; es por eso que apenas el Estado ha dado sus primeros pasos hacia el progresismo; falta mucho y no será fácil hacer entender a la gente, que los temas progresistas se tratan de derechos humanos que a nadie afectan ni benefician, más que a quien decide ejercerlos.

Cada día la sociedad va cambiando, las necesidades son diferentes y las exigencias son mayores; la globalización, la economía, la cultura, la familia, en fin, todo influye para que como personas vayamos más allá de lo que somos ahora (en un sentido positivo); un gobierno que entiende eso y que aplica sus políticas tomando en cuenta las necesidades de todos los sectores sociales, es un gobierno progresista y ser progresista no significa perder valores o corromper la moral.

No podemos dejar pasar el hecho de que la iglesia católica a través de su Diócesis de Zacatecas, emitió un comunicado rechazando tajantemente la aprobación del matrimonio igualitario en Zacatecas; como si estuviéramos en la época de la conquista, queriendo influir en las decisiones del Estado; bendito sea Benito Juárez y sus Leyes de Reforma. La iglesia, si así lo quiere, no necesita entender los temas progresistas sobre derechos humanos, simplemente los tiene que respetar.

Bien sabemos que México hoy en día tiene un gobierno progresista, no solo lo decimos quienes vivimos en este país, sino que es un reconocimiento que se ha ganado nuestro gobierno por la comunidad internacional; ojalá, las causas más justas y progresistas, pronto se estén discutiendo y aprobando en las distintas legislaturas.

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