En el anexo 21, incluido en el 14, del “Presupuesto de egresos del Gobierno del Estado de Zacatecas” aparece una subsección con el nombre “Universidad Autónoma de Zacatecas”. Se encuentra dentro de la sección “Problemática estatal” y se enmarca en el titulo general de “Descripción de riesgos para las finanzas públicas del Estado de Zacatecas”. Lo primero que debe notarse es que no se define en el documento que se debería entender por “riesgo” pero parece claro que significa caer en la imposibilidad de proveer algún servicio. Sin embargo, en el contexto del análisis de riesgos (e.g. “Risk Analysis” David Vose, Wiley (2008) UK) un riesgo se define como: “un evento aleatorio que puede ocurrir y, si lo hace, tendría un impacto negativo en los objetivos de la organización”. Tiene, entonces, tres componentes: el escenario, la probabilidad de que ocurra y el tamaño del impacto si tiene lugar. Resulta claro que en el documento citado no viene un análisis de este tipo. Lo que aparece es una “descripción” en la que no se elaboran escenarios posibles ni impactos. Para el caso de la UAZ esta consiste en enumerar cuatro adeudos: al SAT, por 340 millones correspondiente a los años 2023 y 2024, la deuda histórica con el ISSSTE generada entre 2008 y 2015 (rectorías del Dr. Francisco Javier Domínguez Garay y el I.Q. Armando Silva Chairez) y, de nuevo, en los años 2018, 2021 y 2024 (rectorías del Dr. Antonio Guzmán Fernández y el Dr. Rubén Ibarra Reyes) que suman 3386 millones de pesos, el adeudo por pasivos contingentes debidos a pensiones y jubilaciones por 100 millones de pesos y un adeudo al Gobierno del Estado de Zacatecas de los años 2023 y 2024 por 300 millones de pesos. Como se aprecia el grueso de la deuda es con el ISSSTE. También es claro que para pagar la deuda con el ISSSTE es irrelevante cualquier tipo de programa interno diseñado por los universitarios. Ante esa suma no hay ahorros que alcancen, por mucho que algunas voces poco informadas, pero pletóricas de ideología, lo pregonen (e.g. Jenny González Arenas “Nuevos datos universitarios” NTR 9/01/25) y menos cuando existe déficit presupuestal. Pagar el adeudo de seguridad social exige que el Estado mexicano proponga una solución o mantenga las cosas más o menos como están, es decir: la solución es no hacer caso de la deuda. Si es así, el impacto del impago es nulo, como pasa en la actualidad. No es lo único que se debe atender, pues las cuotas al ISSSTE son mensuales, y se deben pagar. Si se hace un convenio, este debe incluir un incremento presupuestal para pagar lo que se deba pagar con la periodicidad acordada. De otro modo acontecerá lo mismo que con el IQ Silva Chairez y el Dr. Guzmán Fernández, pues este, en su lucha por la rectoría, desde el SPAUAZ de Crescenciano Sánchez, exigió mediante huelga la firma de un convenio con el ISSSTE. Y cuando llegó a la rectoría no sólo no lo cumplió, sino que incrementó el adeudo. Esto deja una lección: a los grupos políticos les importa poco la deuda, pues la prioridad es hacerse de la rectoría para poder incrementar su capital y lanzarse a aventuras políticas. Lograr ser legisladores para desde esa posición arremeter contra la UAZ por tener las deudas que ellos le crearon. Ejemplo claro de esto es la posición de la dirigente del SPAUAZ, Dra. Jenny González Arenas. Una de las deudas que parece resultarle alarmante en el artículo citado, es la que tiene la UAZ con el gobierno del Estado por 300 millones. Por supuesto, esta genera intereses que irán a todos los zacatecanos, pero bien podrían haber estado en los bolsillos de los agremiados al SPAUAZ, pues en años anteriores, en la dirigencia del Dr. Pedro Martínez Arteaga, esos dineros no los prestaba el gobierno sino la mal llamada Fundación, con lo que los intereses generaban ganancia a los miembros de esta. Ahora, por su posición política, priva a los agremiados de esos intereses. No es nueva esa deuda, es nuevo el deudor y brillantes las gestiones del actual rector. ¿Cuál es el riesgo si no se paga esa deuda? Que el gobierno estatal retenga subsidio y quizá no se paguen algunas quincenas. ¿Y la probabilidad? Este es el punto medular, pues dado el riesgo, el escenario y el impacto es crucial saber qué tan probable es. ¿Cómo calcular eso si parece depender de un acuerdo de voluntades? Pues un rector capaz puede lograr que durante su periodo no acontezca absolutamente nada, es decir, la probabilidad del impago por retenciones del ISSSTE, el gobierno del Estado y el SAT se reduce a casi nada o nada. Dada la evidencia del pasado, es decir, de toda la administración actual, salarios y la mayoría de prestaciones están saldadas y casi sin retraso, por ende, parece claro que podrá seguir con los pagos a tiempo. Otra cosa es lo que presentan de argumentos los asesores sindicales. Tan pobres son que concluyen en sugerir huelgas por la “dignidad” o el “respeto”, sin nada de beneficio directo a los docentes, pero mucha ganancia política para los rufianes. O eso creen, tampoco con mucha argumentación. Queda que elaboren un buen argumento, a ver a cuántos convencen.
El SPAUAZ en su laberinto. Los argumentos.
