■ México, en una brecha social al confrontar la “inclusión digital frente a la realidad social”
■ El valor de la tecnología reside en la posibilidad de reorganizar los sistemas de enseñanza
No se puede hablar de que un país está inmerso en el mundo globalizado cuando todavía tiene, en su territorio, escuelas que no cuentan con los recursos básicos, como el mobiliario y los servicios de agua y luz, o no tiene disponibles los elementos tecnológicos, como computadoras o Internet, entre otros aspectos.
Así lo expuso la doctora Blanca Patricia Silva García, docente investigadora de la Universidad de Barcelona, España, quien este martes impartió la conferencia magistral Formación e innovación docente en el uso y aprovechamiento de la tecnología, en el marco del cuarto Coloquio Internacional de Educación, celebrado en Zacatecas esta semana.
Durante su intervención, aseguró que en muchos países, incluido México, existe un problema clave derivado de los avances tecnológicos y se trata de la brecha social que se genera al confrontar “inclusión digital frente a la realidad social”.
En este punto fue cuando aseveró que corresponde a los gobiernos dotar a los centros educativos del material y los equipos necesarios para la correcta formación de los alumnos, por lo que este hecho debe ser “parte de la política educativa, intentar cerrar las brechas”.
La conferencista señaló que, para que las autoridades puedan centrarse realmente en la innovación de la metodología educativa, primero deben buscar la forma de reducir al máximo las diferencias causadas por la brecha digital que hay entre las escuelas. Posteriormente, puntualizó, ya se podrán enfocar con mayor precisión a la urgente tarea de innovar en el sector de la educación.
No obstante, por parte de los maestros comentó que ya hay acciones que se pueden implementar, con el objetivo de incorporar poco a poco y de manera atractiva las nuevas tecnologías en las aulas.
Por ejemplo, Silva García explicó que los profesores tienen que empezar a diversificar sus sistemas de enseñanza y utilizar programas digitales sencillos, que ayuden a realizar las actividades que hasta el momento han desarrollado sus alumnos pero utilizando tecnologías. Enumeró una serie de programas para hacer redacciones ilustradas en la computadora o esquemas y gráficos en la red, por ejemplo.
“Es una forma sencilla de innovar y en la cual nosotros, para reducir esta brecha digital, tendríamos que trabajar en intentar compaginar el conocimiento de los niños con nuestro conocimiento como maestros”, concluyó.
También expuso que, en el caso de los gobiernos, no es suficiente con cambiar el discurso, es decir, “no es suficiente, si nosotros no tenemos prácticas pedagógicas que ayuden a desarrollar este tipo de políticas. (…) El valor de la tecnología reside en la posibilidad de reorganizar los sistemas de enseñanza”.
Al exponer casos de éxito en otras naciones, como Francia, España, Guatemala y Chile, entre otros, comentó que en la mayoría de estos países se tenía ya una experiencia de 25 años en la materia tecnológica en las escuelas, lo que les permitió pasar a una nueva etapa de innovación y desarrollo.
Al respecto, añadió que México también lleva un cuarto de siglo desarrollando diversos programas en el ámbito digital para la enseñanza en las escuelas. No obstante, comentó que en la República todavía no se ha logrado avanzar al siguiente nivel y este paso continúa constituyendo un reto para gobiernos y trabajadores educativos.
