Con la finalidad de divulgar los resultados de los trabajos de investigación de la comunidad internacional en el área de humanidades, surgió a finales de 1994 e inicios de 1995, “Saber Novohispano”, órgano de difusión de la Maestría en Estudios Novohispanos de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). La publicación editada por la Facultad de Humanidades con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la UNAM, contemplaba tres principales áreas de interés: filosofía, historia y letras, lo que se desprendió del editorial del Anuario, en el que también se señalaba que podrían incluirse artículos, notas, documentos, reseñas y noticias.
Por ese mismo tiempo, concebida como un espacio plural, abierto a diversas líneas de pensamiento, surgió “Sigma”, revista de Psicología, Psicoanálisis y Psiquiatría. La publicación emergió por iniciativa de un grupo de docentes de la Escuela de Psicología y constituía un esfuerzo –fundamentalmente orientado a los estudiantes–, pretendía que todos los pensamientos críticos científicos se expresaran. Con Sigma se pretendía dar a conocer trabajos sobre psicología, psiquiatría y psicoanálisis, que propiciaran un debate académico y reflexivo a través de textos inéditos, artículos, traducciones, reseñas de libros, resúmenes de textos clásicos, reportes de investigación, noticias e información de actividades relevantes.
La revista de periodicidad cuatrimestre, incluyó en su número cero (el de inicio), trabajos relativos a la familia, a la influencia de los padres en la constitución psíquica de los hijos, a la salud mental, a la educación y a los términos “curar” y “sanar”, así como una nota sobre el Plan Sistémico Modular de la Escuela de Psicología, además de dos reseñas, una sobre el Congreso de la Asociación Psiquiátrica de América Latina y otra sobre el libro Maltrato al Menor.
En el año de 1995 se resaltaba que México requería de cambios profundos ante la nueva realidad mundial y regional, se consideraba que de no efectuarse se ponía en riesgo el futuro mismo del país en su conjunto. Las trasformaciones requerían de instituciones y grupos de personas que promovieran, orientaran y asesorarán científica y tecnológicamente el desarrollo. En el caso del estado de Zacatecas (en aquel tiempo de ubicaba en el cuarto lugar a nivel nacional en cuanto a índice de pobreza), ese papel le correspondía a la UAZ, ya que ella conocía la realidad del estado y estaba condicionada a asumir una posición.
En ese contexto los días 27 y 28 de abril del mismo año, se realizó el “Segundo Foro Regional de Docencia, Investigación y Servicios en el Medio Rural”, con la finalidad de capacitar líderes que ayudarán a generar un desarrollo comunitario integral. El programa operaría con la perspectiva de la administración del desarrollo integral endógeno, complementado con un liderazgo democrático y participativo.
Por la misma época era escaso el apoyo a la investigación, lo que contrastaba con la importancia de intercambiar experiencias y conocer nuevas formas de allegar recursos a las instituciones. Para subsanar esta situación los días 23 y 24 de julio de 1995, se realizó el seminario “Alternativas para el Apoyo de Proyectos Estratégicos en Corresponsabilidad Universidad – Sociedad”, con la participación de 11 universidades del país e integrantes de los distintos sectores productivos de Zacatecas.
La exigencia para los universitarios era implementar la creatividad en el diseño y aplicación de proyectos que, en vinculación con la sociedad civil y el sector productivo, redundaran en la obtención de ingresos significativos para las instituciones de educación superior. Con lo que se impulsaría la formación de un organismo gestor, organizador y ejecutor de un proceso de interrelación universidad – sociedad, en donde el estudio riguroso de esa articulación condujera a un conocimiento científico de la naturaleza de las instituciones participantes.
En el evento se precisó que el financiamiento a la investigación se había conseguido al cambiar el punto de vista de sus actividades (aunque no era usual), a un enfoque de mercado. Si bien no era del agrado o habitual en los investigadores, aprendieron a cobrar, a vender y a promoverse entre los posibles usuarios de su trabajo.
El programa de la Carrera Docente versión 1995, tuvo como antecedentes la experiencia de la aplicación de tres versiones del Programa de Estímulos a la Productividad y el Rendimiento del Personal Académico y la aplicación de los tres años previos del Programa de la Carrera Docente; cumpliendo los requisitos, normas reglamentarias y un riguroso y transparente proceso de evaluación, donde sólo participaban quienes se dedicaban exclusivamente a la institución y eran poseedores de los mejores parámetros de escolaridad y productividad académica. En ese año, fue indispensable la adecuación del artículo 10 del Capítulo II, dado que un número importante de docentes había alcanzó por quinta ocasión su permanencia en los programas, pero de manera discontinua.
Por este motivo la Rectoría de la Universidad solicitó ante la Comisión Nacional de Evaluación de la Educación Superior (CONAEVA, creada en 1989), la modificación del artículo correspondiente, quedando de la siguiente forma:
Articulo 10.- A fin de mantener la vigencia del estímulo, el interesado deberá someterse a la evaluación anual correspondiente y cumplir con los requisitos que se establecen en el presente reglamento. Quienes hayan calificado durante cinco años consecutivos permanecerán en forma definitiva en el programa en la categoría de “profesor distinguido”, gozando del nivel del estímulo obtenido con mayor incidencia o bien el nivel del último año (lo que favoreciera más al docente), siendo evaluado cada cinco años. Se realizó el siguiente agregado: este artículo también será aplicable a los docentes que hayan calificado en cinco programas aún sin ser de manera continua, siempre y cuando el motivo por el que no fueron incluidos en el programa no contravenga a alguno de los requisitos establecidos en el Artículo 5 de este reglamento.
De la aplicación del artículo antes comentado, 118 docentes accedieron a la categoría de profesor distinguido, de ellos 82 serían evaluados hasta 1999 y los 36 restantes el año de 2000. Evitando con esto la molestia de presentar cada año su solicitud y documentación correspondiente, al otorgarles la UAZ un voto de confianza por ser docentes cumplidos y con un desarrollo académico constante y que por lo tanto no requerían demostrarlo mediante una evaluación.
En ese año se recibieron 281 solicitudes y de éstas, 258 reunieron los requisitos establecidos en el reglamento y que eran los siguientes:
- Ser docente de tiempo completo de base.
- Tener tres años de antigüedad como mínimo en la institución.
- No dedicar más de 10 horas a otras actividades adicionales a las del tiempo completo.
- Dedicar de manera habitual su tiempo completo a actividades docentes.
- Obtener el aval del órgano académico del centro de adscripción.
- Quieres reuniendo los requisitos anteriores tuvieron descarga para actividades administrativas, de investigación o extensión, deberían impartir mínimamente un curso de cinco horas/semana/mes.
El total de beneficiarios del programa fue de 376 distribuidos por nivel educativo de la siguiente manera: medio superior 70, superior 272 y posgrado 31. El mayor porcentaje en el nivel superior se debía a que este nivel contaba con el mayor número de docentes de tiempo completo de base.
¡Cuánto falta conocer sobre nuestra Máxima Casa de Estudios!
Esta ignorancia es la que ha permitido que se le menosprecie o que se tergiverse su historia.
Se parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes:
http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ;
https://twitter.com/LumatUaz.
1Docente Investigador de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT