■ El joven zacatecano participó en el programa The Ultimate Fighter Latinomerica
■ Este deporte es más que golpes y violencia, es algo especial, mágico, señala en entrevista
Es muy común que la gente piense que puedes llegar a ser violento en tu vida cotidiana al practicar deportes como éste, explica José Alberto Quiñones Navarro El Teco, señalando el octágono que, como jaula, está rodeado por una reja.
No obstante, pese a que “te juzguen en base a tu imagen, de los tatuajes, de cómo me visto, pues piensan que ando en la calle golpeando gente, no, al contrario, yo quiero hacer más amigos que enemigos, trato de llevar una actitud positiva a toda la gente (…) guerra en el octágono y paz en la tierra”, resume el joven peleador profesional de Artes Marciales Mixtas.
El Teco, como se le conoce desde niño, se ganó su apodo luego de haber hecho pruebas en las fuerzas básicas del que fuera el equipo de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG): Tecos. Los raspones verdaderos de su infancia y parte de su juventud los consiguió en los campos de Tlaltenango. Como muchos niños mexicanos también tenía el sueño de llegar a ser futbolista profesional.
Y aunque hoy no es conocido por su habilidad con el esférico, su vocación deportiva no estaba lejos de considerar a las piernas como algo más que apéndices útiles para caminar y correr. Patear se convirtió en un verbo común entre sus dos pasiones.
Nació y vivió en Tlaltenango hasta los 16 años, pues luego de la separación de sus padres, él decidió acompañar a su madre a la capital del estado, donde intentó terminar la preparatoria sin conseguirlo. Prefirió el entrenamiento y el trabajo.
Fue empleándose como mesero cuando un compañero lo invitó a practicar boxeo, sin convencerse del todo buscó otras disciplinas. El Muay Thai y sobre todo el Jiu Jitsu terminaron por encantarlo. Una vez dominando la pelea arriba –striking– y la del suelo con las llaves y sometimientos, tuvo la oportunidad de debutar en una pelea de Artes Marciales Mixtas. Hoy tiene 24 años y 5 como profesional.
La primera pelea es con uno mismo
La violencia en este deporte se limita a un espacio de ocho lados y una reja. Tres rounds de cinco minutos por asalto y enseguida se dejan atrás los puños y las patadas. No hay mentiras dentro del octágono, recuerda El Teco que le dijo un amigo boliviano contra el que peleó durante el reality The Ultimate Fighter Latinomerica, espectáculo televisado que llevó a combate ocho peleadores mexicanos contra ocho latinoamericanos.
“En este deporte no hay mentiras”, se me quedó muy grabado en la cabeza, dice El Teco, “porque se suben dos peleadores bien preparados para, en pocas palabras, darse en la madre, a darse con todo, entonces no puedes mentir. En lo único en lo que puedes mentir es cuando te dan un buen golpe y tú demostrar que no te tocó. Entonces se crea esa unión, hasta ese amor entre los dos deportistas que es algo único, inexplicable, el estar dentro del octágono y darse con todo”.
Sin embargo, el campo de batalla siempre se extiende más allá del octágono, y la primera pelea siempre es con uno mismo. Previo a cualquier combate, metaforizando sin querer hacerlo, el primer encuentro “está en tú cabeza”, explica El Teco.
“No hay que estar pensando si me noquea o me somete, no, hay que estar bien concentradito en tu entrenamiento, en lo que hiciste, en el trabajo que has hecho para salir bien. Entonces primero peleas con tu cabeza y es lo que trato de hacer”.
Las Artes Marciales Mixtas son un disciplina que atraen y que, como la mayoría de los deportes de contacto, en lugar de volver violentos a los practicantes, los pacífica, los hace “crecer mental y físicamente”, asegura El Teco, y resume: “este deporte es más que golpes y violencia dentro de un octágono, es algo especial, mágico”.
