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viernes, 19 abril, 2024
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Sentido de orientación, o cualquier cuaderno es los cuadernos. Conversaciones y desastres en ‘Diario pinchado’, de Mercedes Halfon

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Por: DANIEL SIBAJA* •

La Gualdra 573 / Libros

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D/ Tuve la Soberbia a mi lado / Desde un balcón impropio, leí por última vez otro libro argentino / Obtuve mi soledad por mis acciones / Ensimismé mi escritura a un examen crítico y escribí en cuadernos nuevamente / Leí:

M/ Ahora que las tengo al lado (las nubes…) las observo desde hace doce horas / pienso que lo definido no es un espacio / sino una sensación del cuerpo.

Hablar de lo que se acaba pertenece siempre al dolor. Hay muchas vertientes de la literatura realista que lo afirman, o de la autobiografía, pero somos incapaces de aceptar ser dependientes de las generaciones pasadas de escritores, como somos también dependientes de la memoria y la ruptura. Escuchamos nuevamente los motivos del arte, y las voces de la soberbia tanto de una ficción como las de un diario son muchas veces enfermizas. Esto es lo que nos muestra la escritora Mercedes Halfon en su más reciente propuesta Diario pinchado (2020). Antes ella lo había explorado desde sus otras publicaciones, como El trabajo de los ojos (2017). Pero, atreviéndonos a negarnos, la cuestión esta vez es la siguiente: ¿cómo escribir cuando se escribe del recuerdo y se ignora todo lo presente?

D/ ¿Qué significa perderse? Te juro, no lo veía venir / Te di la media vuelta siempre que pude / significaba que a veces yo quería que me dijeras lo que te duele / Para hacerme más fuerte / a suposición mía / Te ignoré.

M/ Cuando quedamos solos comentaste que (aquel…) escribe poesía más bien experimental / que no le interesa el resultado de sus textos / Lo dijiste con admiración / porque entiendo que te pasa lo contrario / estás preocupado por ese resultado.

El libro puede llamarse novela o cuaderno, una bitácora autobiográfica. Mercedes Halfon explora su mudanza a Berlín para vivir con su nueva pareja, otro escritor al igual que ella, con fechas de entrega en una beca residencial; instalada en otro sitio, lejos ya de casa, decide comenzar a escribir su diario.

D/ Toda casa lejos de casa es un extravío / Pongo la cara que no quiero reconocer / y digo / después del desastre y tus heridas provocadas por mi egoísmo / Necesito comenzar de nuevo a orientarme.

H/ Pero mucho más difícil que la distancia es la cercanía.

Para Marcel Duchamp “el propósito de todo artista es expresar sus emociones, para controlar ese lado animal del humano”, esto implica muchas veces enfrentarnos a los errores que cometimos o a la mente misma. Halfon escribe desde la soledad y desde un sitio del que se siente aprisionada, o tal vez, en el reflejo del abandono.

D/ De una parte del Oriente a otra, llevé mis pocas cosas / Una silla mecedora y mi cafetera de expreso / Lo insignificante que mis primeros trabajos me dieron / Cargué medio kilo de café y una lámpara rota / Pensé que eran cosas necesarias para escribir junto una taza con molidos finos / Mentira: en el segundo piso no había ningún escritorio cómodo de ninguna clase.

M/ De Buenos Aires traje pocas cosas / Una valija mediana y una mochila de mano / Lo menos imprescindible y una mochila de mano / Lo menos imprescindible que trasladé fue un paquete de kilo de yerbas y una bombilla / Consideré que esos elementos eran la unidad mínima del mate / Error: en el departamento no hay pava ni termo de ninguna clase.

De cometer algún error se puede retroceder, dice Halfon, lo más difícil es eso: hacerse entender. Los personajes se van delineando entre los objetos de la casa, la ignorancia y soberbia del marido, el preparar un mate lejos de casa, pensar en la familia durante su escritura puede ser lo más parecido a una mañana o una tarde perfecta para aparecer y nacer.

D/ Colgamos la hamaca fuera de la habitación y nos columpiamos los dos / para sobrellevar el calor de la ventana / ¿De dónde viene tu estrés? / “Dinero” / dijiste / Dinero.

M/ Inflamos a tope el colchón y nos tiramos arriba los dos / para intentar escuchar la fuga de aire / ¿De dónde viene el silbido? / “Silencio” / dijiste vos / Silencio.

Los espacios van dibujándose como el ejemplo del error alrededor de la monogamia. Los eventos van construyéndose a medida de sus anotaciones, literatura gris nuevamente, un boleto de avión o los apuntes del diccionario. Un diario o una relación de pareja se asimilan entonces a la necesidad de obtener una simple brújula.

D/ Cuando llegué a casa dibujé “luces” en mi iPad del trabajo y veía / blanco: asteroide, meteorito, planeta enano / verde: plantas, faro, rama / rojo: lágrima, fuego, estorbo / azul: lindura, silencios, expansión.

M/ Cuando llegué a casa busqué “orientación” en mi diccionario bilingüe y decía / die Orientierung: orientación, norte / die Richtung: dirección, sentido, rumbo, derrota, alineación, orientación / Die Aurishtung: alineación, ajuste, orientación, organización.

La escritura de Mercedes Halfon mantiene la manía de la intimidad, la focaliza y nos la comparte. El sentido de “orientación” no es una fuga, sino una liberación, un respiro, para retomar otra vez el rumbo, el que nunca extravió ella en medio del desastre: escribir.

D/ Sí / Ni yo ni ella estamos perdidos / Esta reseña se termina, una novela está al frente y muchas hojas me sobran / la escribiré hasta el final.

M/ No / Ni yo ni vos estamos perdidos / Este cuaderno se termina, le quedan muy pocas hojas / pero lo voy a escribir hasta el final.

Me topé este diario con el diseño de Lecturas ediciones una vez más. Repito, Mercedes Halfon es multidinámica, curadora de arte, periodista y poeta. En 2017 fue publicada su primera obra narrativa en solitario, “El trabajo de los ojos”, tanto en Argentina como España. Martín Kohan señala que el libro “tiene la tristeza suave de lo que se intuye y se confirma”, lo que se encuentra entre sus páginas es la aceptación de una realidad: reencontrarnos. O quizá también de devolvernos la lectura, y para algunos otros, por coincidencia: el trabajo de escribir.

 

 

*Mérida, Yucatán, 1997.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_573

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