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8M2021

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Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN •

Editorial Gualdreño 469

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Dice la organización ONU Mujeres, que “el Día Internacional de la Mujer de este año es un clamor a favor de la generación de igualdad, a fin de actuar para conseguir un futuro igualitario para todas y todos”;[i] sin embargo, lejos de ver que eso pueda ser alcanzado en un futuro próximo, pareciera que no podemos salir de una especie de juego perverso en el que cuando parece que por fin vamos llegando a la cima de una tortuosa montaña, alguien arroja piedras para hacer retroceder a los participantes.

Las condiciones de desigualdad e inequidad persisten; la violencia intrafamiliar continúa y los feminicidios van en aumento. Existe la evidencia de que actualmente el sector femenino gana menos que el masculino desempeñando el mismo tipo de trabajo, incluso estando en el mismo puesto. Esa situación no está superada. Hace muchos años, en uno de los primeros trabajos que tuve al egresar de mi carrera profesional, me di cuenta de que mi antecesor en el puesto ganaba casi el doble que yo; fui con mi jefe y le pedí que me aclarara los motivos y él, amablemente y sumamente convencido, me dijo algo así como “Usted para qué quiere ganar más, si no tiene hijos…”, recuerdo que le contesté que esperaba fuera una broma y que quería que el mismo sueldo del trabajador anterior se me diera a mí también, que lo de no tener hijos era una decisión personal y que yo estaba ahí por mis capacidades, no para justificar mi desempeño reproductivo. Mi exjefe se sorprendió, tenía tan culturalmente asumido el pensamiento machista que ni siquiera se percataba de lo ofensivo que había resultado su argumento. Sí me igualaron el sueldo, pero yo no duré mucho tiempo trabajando ahí. En el artículo citado al principio, se afirma que en “un análisis de equipos de trabajo sobre la Covid-19 de 87 países, solamente el 3,5 por ciento de estos tenían paridad de género”; las notas en la prensa e informes de organismos internacionales dicen que los actos violentos de todo tipo, en contra de las mujeres, siguen aumentando.

Tendríamos que asumir de ya que la violencia no es una sola. Hablemos claramente y con todas sus letras de “las violencias” para que sean asumidas como algo que no se debe repetir, que por el contrario nos queda mucho por hacer para desaparecerlas. Démosle nombre a cada una: la económica, la sicológica, la física… porque el machismo y la misoginia van ganando terreno y ahora, hasta pareciera que se premian sin ningún tipo de pudor.

Un hombre que es acusado de violación quiere ser gobernador y el aparato y sistema políticos muy probablemente se lo permitirán en Guerrero. Las acusaciones no bastan, las pruebas tampoco, la organización y el repudio en todo el país para que esa candidatura no fuera concedida en Guerrero no fueron suficientes. Este ha sido un tema recurrente en diferentes círculos de discusión; la indignación, sin embargo, parece quedar otra vez solo en eso: en un sentimiento nada más y sin consecuencias; porque lo cierto es que la información sobre este tipo de casos no permea en todas las capas de la población mexicana; y porque muchos, quienes conocen la verdad sobre este individuo, han callado, por interés o por no meterse en problemas, por disciplina partidaria, por lo que sea… quienes son testigos de una infamia y callan, se convierten en cómplices del delito. Y eso aplica para todo, para todo tipo de normalización de violencias contra las mujeres en términos amplios y difundidos: quienes callan ante la ignominia están de acuerdo en que continúen la misoginia y los actos violentos derivados de ella. Y son muchos. Sirva esto para señalar que no solo los hombres violentan a las mujeres; lo más triste del caso es que existen también mujeres cuya misoginia es tal que han hecho de las redes su mejor aliado para proferir agresiones, para dañar y denostar. La historia es la misma, aunque los perpetradores del daño y las víctimas sean diferentes. Nos queda mucho por trabajar en cultura de paz.

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en La Gualdra presentamos el testimonio de un grupo de mujeres, que, pese a todo, se desempeñan exitosamente en el ámbito de la cultura y las artes en varios estados del país y en el extranjero. No son todas, pero son una muestra representativa de lo que se hace bien en el país. Va mi reconocimiento para aquellas mujeres que luchan todos los días para generar, con su trabajo, un ejemplo de vida. Gracias Marxitania, Nidia, Reyna Marely, Maliyel, María Helena, Tere, Cissi, Judith, Laura, Adela, Irma, Maritza, Julieta, Rosy, Pilar y Mariana; y a todas las mujeres que siguen trabajando para hacer de este mundo un lugar más justo, amable e igualitario.

Que disfrute su lectura.

 

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    https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_469

 

 

 

[i] https://www.unwomen.org/es/news/in-focus/international-womens-day?gclid=CjwKCAiAkJKCBhAyEiwAKQBCkn9Qt8uC99PaHIpuEBcLzGD1D-AinjsJeylpnbU7D–0MH-p36JFpBoCoMYQAvD_BwE

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