La Gualdra 658 / Entrevistas / Literatura
[No soy el único, de Daniel Hurtado]
Daniel Hurtado es un joven poeta michoacano que actualmente vive en la Ciudad de México donde se desempeña como editor en Los libros del perro, editorial liderada por la escritora Zel Cabrera y que ha logrado un equilibrio en su propuesta a los lectores presentándole voces consagradas, pero también tendiendo la mano a las nuevas y jóvenes propuestas literarias, como es el caso de No soy el único, el debut literario del autor del que hoy compartimos esta entrevista y algunos de sus poemas.
Beatriz Pérez Pereda: El título de este tu primer libro publicado es No soy el único, si bien no somos los únicos que escribimos poemas, la experiencia creadora y poética es altamente subjetiva, qué comparte este libro de hechura autobiográfica con sus posibles lectores:
Daniel Hurtado: Este libro está dedicado a los rotos, debido a que es una miscelánea, una resistencia. Escribo por necesidad, en este momento me encuentro en una búsqueda por entenderme, por seguir explorando las maravillosas posibilidades que la poesía nos permite. El “No” del título funciona como una construcción conjunta entre autor y lector, no como una negación per se. El yo poético en estos poemas engloba la soledad de quien decide ser fiel a sus ideales, a la incapacidad de encajar en un molde y por supuesto, vivir con la valentía y el peso de las consecuencias. En este mundo, donde no nos detenemos a observar, el analizar por qué hacemos lo que hacemos, es muy importante. El desarrollar una personalidad en un mundo de influencers, es crucial; y para ello, tomé la decisión de mostrarme tal cual soy.

BPP: El tema de la identidad y su relación con la aceptación y/o rechazo social y familiar sigue muy vigente en la literatura mexicana, una ruptura que todavía es rito de iniciación, tú eliges un tono irónico como recurso para contar esta experiencia, platícanos un poco más de tu poética:
DH: Actualmente las mesas de novedades están repletas de libros que señalan alguna violencia como punto de partida. Esto es lamentable, porque representa lo que vivimos, pero creo que muchos de estos textos caen en posturas maniqueas, por mucho que se cuide la forma, y es justo donde la ironía, que es uno de los recursos que se han empleado como mecanismo de defensa, le dan un giro, una vuelta de tuerca, al camino fácil.
Pienso en nuestra tradición: en Sor Juana, en Salvador Novo, en Renato Leduc, en Rosario Castellanos, en Sandra Cisneros, en A. E. Quintero, por mencionar algunos autores, claro. La música también me parece fundamental en mi búsqueda, porque soy un fiel creyente de la interdisciplina como nutriente poético y porque también nos regala fuerza, nos protege, nos llevan a mundos auténticos de salvación, amor y creatividad.
BPP: ¿Es difícil publicar un primer libro de poemas cuando también se es editor? Te exiges más, eres más crítico, cómo dialoga el poeta con el editor.
DH: Esto es importantísimo, pienso que ha sido un camino largo y complejo porque nunca se termina de aprender; es algo que me ha enriquecido mucho y me siento profundamente agradecido por ello. Por un lado, la experiencia que otorga el proceso de edición de un libro, desde el desarrollo de un ojo crítico, la relación con el medio literario, hasta la manera en que se construye la unidad de un libro, resultan sorprendentes y claro que confluyen notablemente. Hablando de mi proceso como poeta, ha sido una construcción individual de poemas, que de manera dual, se fueron empapando de diferentes lecturas y todo eso me ha permitido enriquecer y conocer su alcance y posibilidades; ya que el desprenderme del libro como editor, mostró de manera crítica mi propia poética, es como si mi sensibilidad se hubiera agudizado mucho más, a pesar de estudiar letras.

BPP: Después de tu debut literario, ¿en qué temas, géneros o formas estás interesado ahora, qué te gustaría explorar en tus próximos poemas o libros?
DH: No descarto la posibilidad de explorar otros géneros, me gustaría incursionar en el ensayo o la narrativa, aunque me siento muy feliz en la poesía. Ahora trabajo en un poema de largo aliento sobre las aves. Algo muy diferente a lo que he hecho, me está exigiendo mucho; sobre todo porque el reto es aprender de la naturaleza y ponerme en su resguardo, para atender su pureza y agradecerle por ello.
No soy el único, Daniel Hurtado, Los libros del perro Editorial
[Fragmentos]
Desperdicio
Qué desperdicio, dicen los expertos
qué desperdicio, el potencial
qué desperdicio,
no ser como ellos, unos cuantos.
La naturaleza nos regaló eso
que parece espejismo:
un corazón hinchado
como inflable de fiesta infantil,
un cuerpo débil,
cargado de infancias que gritan a tu oído
que llegada la mancha del éxito
no parece haber enmendadura.
Una suerte de lealtad ensombrecida,
alucinación y pócima
que a los treinta,
cuando ves tus oblicuos
o a tu amigo el más joven
quien te podría quitar la atención
del mejor partido
que has tenido en años
con un mensaje,
nos deja humillados,
en la ruina,
en el peor de los castigos,
mantenidos en la conmiseración
de la lástima.
Habitantes
Un día de tantos pasa
acontecimiento peculiar.
Recuerdo:
lo conocí en fiesta temática.
Hola, mucho gusto, dijo.
Deseo
afecto-medicina.
Misterioso fotógrafo
vestimenta negra
una suerte de artista visual
incomprendido.
La inexperiencia.
Un bombardeo de amor.
No hace falta conocer el desenlace,
ya lo saben
rompe, molesca.
Debería hacer una lista de humillaciones:
El horror
puede ser gracioso,
la codependencia,
triste destino,
consecuencia
del abuso en la infancia.
La sobreprotección
también destruye.
Los recuerdos son heridas
que nos habitan.
Imagino los recuerdos de mi madre
dibujándome en su centro,
nutriéndome nueve meses,
agotando las posibilidades
entre el comportamiento adecuado
y sentirse en desecho.
Abrazo cada intento, ese amor
de madre soltera.
Mi cuerpo se rompe
en cada intento.
El miedo, me consume,
me envicia.
El dolor,
las endorfinas
de adorar
a una bestia
que carcome
por dentro.
La primera vez que vi a mi madre resistirse al amor
conocí a la verdadera.
Madre:
montón de huesos,
carne,
trabajo duro,
belleza, corazón
bruja disciplina,
hormiga obrera.
Las similitudes
emocionales,
el cansancio acumulado
en su semblante.
Resistir violencia es
un deber ser,
un status quo,
una militancia,
un mandato divino
me habita
nos habita.
La fantasía es un mecanismo de defensa.
II
Bajé a desayunar:
mi plato faltaba en la mesa.
Se quedó en el trinchador,
prisionero y sin fianza.
¿El crimen?: pedir un abrazo,
levantar el meñique,
besarme con hombres,
no ser el varón que la abuela quiere.
Aquí los platos son blancos
y el mío es de colores,
no combina,
desentona en su comedor de parota.
Mi familia dice
que si tengo hambre
coma parado,
o espere a que ellos terminen.
Daniel Hurtado (Michoacán, 1996). Es egresado de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Sus poemas han sido publicados en antologías como Entalpía: muestra de poesía (2022) y Los conductos del fuego (2023).