Será un proceso inédito. Los profesores, personal manual y administrativo de las dos secciones del SNTE en Zacatecas se aprestan a votar para elegir a sus dirigencias sindicales. Las elecciones, programadas para el 13 de diciembre tendrán como novedad el que cada uno de los sindicalizados votarán por primera vez mediante el sufragio universal, directo y secreto depositándolo en urnas por la planilla con los cargos sindicales que les llenen el ojo.
Superada la etapa de la validación de los padrones, a las respectivas contiendas se han inscrito los candidatos que encabezan y demás integrantes de las planillas en cada una de las secciones. Algunos de ellos ilustres desconocidos para el grueso de los agremiados. Van sus nombres por si los tienen de vecinos, laboran o cobran en sus centros de trabajo o son parte de su Delegación o zona escolar. O bien, si saben de ellos por ser grillos y haber participado en algunas movilizaciones o luchas sindicales abanderando algunas demandas de los afiliados.
Por la Sección 58 que reúne en su padrón a 5, 500 integrantes se inscribieron cinco planillas encabezadas por: Marcelino Rodarte (el más mediático a raíz de su lucha contra la reforma de la nueva aprobada reforma del ISSSTEZAC y otras luchas), Leopoldo Rodríguez, Indolfo Juárez, Guillermo Varela y Adrián Velázquez.
Por su parte en la Sección 34, la más numerosa, pues rebasa los 32 mil miembros; se registraron seis planillas representadas por: Aida Ruíz Flores Delgadillo, que al haberse desempeñado los ocho anti estatutarios años de la gestión de Soralla Bañuelos es la candidata de la oficialidad y de la propia Soralla; Jerónimo Sarmiento, Rosendo Arturo González (el más conocido y toreado y con mayores tablas por ser este el tercer intento que busca dirigir a la Secc.); Antonio Jacobo, siendo este el más institucional pues lo mismo ha estado en varios comités seccionales como en la Secretaría de Educación del estado, Miguel Marchant y quien representa al todavía existente aunque ya muy mermado MDMZ: el tabasquense y maestro multigrado la mayor parte de su ejercicio sindical, Filiberto Soto, a quien llaman el “profe Fili”.
Varios de estos candidatos también tendrán una participación inédita pues al ser poco conocidos y con poca presencia entre los agremiados, están destinados a jugar un papel testimonial. Con todo y esto, ya tendrán que platicarles a sus nietos.
Además de que los sindicalizados se estrenaran con el voto personal, directo, universal y secreto acorde con los nuevos estatutos, pero también mandatado así por la reformada Ley del Trabajo, será también nuevo el método para elegir a los representantes. Por primera vez no se elegirán en un Congreso. Se acabaron las sesiones maratónicas y desgastantes y los arbitrarios recesos en los que en plenas madrugadas iban a levantar de sus habitaciones a los delegados ya previamente maiceados con promesas de préstamos, créditos hipotecarios promociones, cargos y de otro tipo. Desvelados, cansados y atarantados los levantaban para que reanudados los trabajos y en el pleno del congreso a mano alzada con “mayoría visible” votaban por el “candidato y planilla de unidad” que ya les habían ordenado.
Cuando había problemas para conformar la “planilla de unidad” o porque existía el riesgo de que los opositores e alzaran con la victoria y les arrebataran el botín seccional, entonces repentinamente mediante el clásico charrazo el charro del CEN del SNTE procedía al cambio de sede y acarreo de los delegados. Una vez ya solitos y en secreto, clandestinamente pues, sin oposición ni estorbos en una encerrona, a veces en lugares alejados de la sede original se imponía a al nuevo líder sindical. Así se las gastaban los charros. Ahora todas las maniobras a las que recurren lo hacen mediante el papeleo y las trabas burocráticas que les ponen a los opositores.
En estas elecciones resultará básico para poder alzarse con el triunfo que, quienes encabezan las planillas sean conocidos, tengan presencia y sean aceptados por las bases magisteriales. Quien no cumpla con estas condiciones, ni yendo a bailar a Chalma, ni ofreciéndole mandas al Santo niñito de Atocha gana.