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viernes, 26 abril, 2024
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Día de Muertos

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ • admin-zenda • Admin •

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La Unesco ha declarado en México esta festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se trata de una de las tradiciones más emblemáticas de origen mesoamericano en la época de los indígenas aztecas, mayas, purépechas, náhuas y totonacas. Se celebra en nuestro país y en América Central, aunque también en Estados Unidos, sobre todo, donde existe población mexicana y centroamericana. Consiste en prácticas para celebrar la vida de los ancestros. En la época prehispánica, era común conservar los cráneos como trofeos para mostrarlos en los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento. Estas festividades, eran presididas por  Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacihuatl, conocida como la dama de la muerte, que actualmente corresponde al personaje de la “catrina” de José Guadalupe Posada.

Esa festividad, no tiene origen religioso.

Cuando los españoles llegaron a América en el siglo XV, se asombraron de las prácticas indígenas. Pues existían los sacrificios humanos que ofrecían a los distintos dioses a quienes adoraban y les daban nombres de elementos naturales o de fenómenos climatológicos. Por ejemplo, dios del fuego, dios de la lluvia, etc., y además, rendían tributo.

Rituales, prácticas, creencias y costumbres de esa naturaleza, debieron ser desterradas por los conquistadores a costa del exterminio. La forma ideológica más eficaz para lograrlo, fue a través de la religión. De esta manera, se explica que de inmediato se hicieron llegar a la Nueva España, frailes y monjas de diferentes congregaciones católicas, para cumplir con una tarea bien determinada: domesticar a los indígenas inspirando el temor de dios para que obedecieran y se conformaran con sus limitaciones y miserias, soportando la condición de la esclavitud para servir a sus amos y generarles riquezas en esta vida terrena, a cambio de la dicha futura en el reino de los cielos en donde habrían de gozar, por toda la eternidad, al morir. De lo contrario, el infierno sería el destino final. Así se impuso la religión católica en nuestro país, durante los 300 años que duró la época del virreinato.

Durante esa conversión, los españoles establecieron el festival a inicios del mes de noviembre para que coincidiera con las festividades católicas del Día de todos los Santos y todas las Almas. Esta fecha, es un día después del Halloween o día de brujas, como una festividad pagana procedente de Estados Unidos donde es también un ritual, alusivo al banquete de los muertos. Los españoles combinaron las costumbres de este último con el festival similar mesoamericano, y de esta forma crearon el Día de Muertos.

Un día anterior a esta fecha, se festeja el Día de todos los Santos. Se trata de una fiesta religiosa que se celebra el 1 de noviembre en muchos países cristianos. Se venera a todos los santos que no tienen una fecha propia en el calendario de la Iglesia.

Tratar de entender la muerte y su significado, es una labor que abarca momentos de innumerables reflexiones, rituales y ceremonias de todo tipo, y esto, ha permitido que cobre importancia la máxima representación de la festividad: el altar de muertos. Tal representación es quizá la más importante de la cultura mexicana y una de las más conocidas internacionalmente. Incluso, así como la fecha del Día de Muertos,  también es reconocida y protegida por la Unesco, como Patrimonio de la Humanidad.

Para colocar el Altar de Muertos: Sobre una mesa o una repisa se colocan niveles que representan los estratos de la existencia. Los más comunes son de dos niveles, que representan al cielo y la tierra. Los altares de tres niveles añaden a esta visión, el concepto del purgatorio. A su vez, en un altar de siete niveles, se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descansar en paz. Este es considerado como el altar tradicional por excelencia. En su elaboración se consideran distintos elementos básicos. Cada uno de los escalones se forra con tela negra y blanca y tienen un significado distinto. En el primer escalón, se va colocando la imagen de un santo, del cual sea devoto. El segundo, se destinan a las ánimas del purgatorio. En el tercero, se coloca la sal que significa la purificación de los niños del purgatorio. En el cuarto, el elemento principal de la festividad del Día de Muertos: el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan. En el quinto, se coloca el alimento y las frutas preferidas del difunto. En el sexto, se ponen las fotografías de las personas  ya fallecidas y a las cuales se recuerda por medio del altar. En el séptimo, se coloca una cruz formada por semillas o frutos como el tejocote y la lima, etc.

A pesar de que se ha convertido en un símbolo nacional y de que se enseña en las escuelas del país, la celebración del Día de Muertos  no es propia de todos los mexicanos, pues algunos prefieren  celebrar el Día de todos los Santos, y otros optan por la fiesta del Halloween que cada año se celebra con mayor frecuencia en un gran número de hogares mexicanos. ■

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