■ Su obra se inspira en el concepto prehispánico de la dualidad, la relación entre contrarios, dice
La poeta y traductora veracruzana Maliyel Beverido (Xalapa, 1964), presentó ayer por la mañana en la Biblioteca Central Mauricio Magdaleno, su poemario Decir, que propuesto como un libro objeto, pero también para su lectura como cartel, ofrece mediante las posibles combinaciones de sus hojas de gran formato, diferentes lecturas.
El material editado por Dragón Rojo, tuvo un tiraje de mil ejemplares y fue expuesto en voz de su autora ante un auditorio conformado por alumnos del Colegio de Bachilleres, el Centro de Actualización del Magisterio y el internado número nueve del Centro de Educación Básica para Alumnos de Alto Rendimiento (Cebare), estos últimos, quienes ofrecieron en formato coral, una interpretación a ¿Qué puedo decirte yo de las hormigas?, obra perteneciente a la compilación Cientos de veces.
Ante la expresión de los jóvenes, Beverido se mostró agradecida por ofrecerle dijo, sobre su propia obra realizada en dedicatoria a su hijo, “una lectura impresionante, una resonancia”.
Más tarde en un ejercicio de interacción respondió preguntas que revelaron su convicción acerca de que “la poesía es la vida pública de las emociones” y que en su caso personal forma parte de una necesidad de decir las cosas de forma distinta a una descripción, por lo que bromeó con los jóvenes, no pudo convertirse en narradora.
Su obra se inspira en el concepto prehispánico de la dualidad, la relación entre contrarios pero en constante movimiento y que da por resultado la vida misma, dijo.
Decir, “el poemario de pared” o “el libro para colgar”, se propone en Decir convicción, Decir voluntad, Decir surco y Decir firmamento, obras cuyo contenido conforma “un arte poética”, expuso Maliyel Beverido.
“Un tipo de libros donde la poesía habla de sí misma, del cómo y por qué se hace (…) Lo que es importante para mí es la palabra escrita”, concretó.
La presentación de ayer, también fue un ejercicio a fin de proponer, a modo de invitación dirigida a los maestros, formatos no tradicionales de comunicar la poesía.
Entre ellos también mostró una hoja similar a las que se pegan en lugares públicos de las ciudades, como postes y cabinas de teléfono, y que piden a los interesados recortar un pequeño fragmento con los datos de algún empleo, pero en este caso se la leyenda decía: “A quien corresponda. Tome un verso y hágalo suyo”.
Al finalizar su lectura y exposición, Maliyel Beverido recibió por parte del coordinador estatal de Bibliotecas, Agustín Veyna Trejo, un reconocimiento.
