La dialéctica social, en el campo de la política, nos enseña que quienes fueron gobierno se convierten en contestatarios de los gobernantes en turno, y que los que ahora detentan el poder defienden el proyecto que buscan imponer denostando a los opositores. Todo al revés volteado.
El chirrión por el palito o contra AMLO y con la Suprema Corte. Ese podría ser el epitafio para calificar la multitudinaria marcha blanco y rosa que convocaron Claudio X. González, los partidos de oposición y las organizaciones de la sociedad civil.
“Banderas, pancartas, gritos con consignas, enojo y hasta furia, reunió a miles de personas el pasado domingo 26 de febrero en el Zócalo capitalino”, (véase a Becerra Acosta, Juan Pablo, “La marcha del eufemismo”, en La Jornada, 1° de marzo de 2023).
La macro manifestación del Zócalo tuvo su réplica en cantidades menores en ciudades de los estados. Donde gobierna el PAN se manifestó más gente.
Pero, no nos engañemos. Los sendos discursos de los dos únicos oradores son el fiel testimonio de que quienes acudieron a la Plaza de la Constitución lo hicieron para confrontar a AMLO y para solicitar la intervención de la SCJ para echar abajo el Plan B, que busca reformar al INE: la señora Pagés muy cercana al PRI, quien la postuló como diputada, directora de la revista Siempre tuvo como único destinatario sus ataques y cuestionamientos al tabasqueño de Macuspana. Por su parte, el exministro en retiro, José Ramón Cosió, cercano al PAN, conminó a la Corte para que declare como inconstitucional la reforma del INE.
Quienes arretacaron el Zócalo de la Ciudad de México fueron, en buena medida, militantes de los partidos anti AMLO, comenzando por sus dirigentes y por ciudadanos clasemedieros, que no quieren y, que nunca han querido, a López Obrador. Lo de “el INE no se toca” y “mi voto no se toca” sirvió como pretexto para manifestar su oposición a Obrador. En los preliminares de esta manifestación, por cierto, el principal propagandista e impulsor fue el propio presidente. Cada día y, en todas la mañaneras, buscaba desalentarla.
Los inconformes antiAMLO creo que, en su mayoría, desconocen las motivaciones del presidente de la república. No reparan en lo costoso que resulta nuestra democracia con un INE ostentoso, comenzando por los consejeros y burocracia dorada con sueldos por arriba de los del presidente. La reforma es, ante todo, un recorte de empleados. Se busca un sustancial ahorro de dinero.
En el ánimo de Obrador pesa el resentimiento de sentirse robado en las dos presidenciales anteriores, pero también el hecho de que para él resulta demasiado oneroso mantener un órgano electoral como el INE; se busca su transformación racionalizando su gasto.
Una conclusión a la que podríamos llegar es la de que las manifestaciones políticas callejeras no son monopolio del presidente ni de la izquierda, quienes eran los únicos que marchaban y ocupaban el Zócalo. Cuando las izquierdas eran oposición y AMLO buscaba en su obstinada lucha la presidencia, como opositores y subalternos eran quienes demandaban por sus reivindicaciones y enarbolaban las banderas de la protesta y de la negación. Ahora, se ha volteado el chirrión por el palito, es la oposición derrotada en el 18, quien asume el rol de forzar el cambio o reinstalar los privilegios perdidos, según sea el caso. Las manifestaciones blanco y rosa, son una prueba de que las libertades y derechos, comenzando por el de expresión y manifestación, siguen vigentes. Lo que no ocurre en las dictaduras y las autocracias.
Posdata. 1. ¡No te acabes UAZ! Se atribuye esta suplica en los días de huelga y suspensión del pago de la raya, a la Güera Aguiñaga, que contrario a lo que se piense no era mujer, sino varón y de izquierda por si algo faltara. De la izquierda uazteca. A esta frase alguien le agregó: “…porque en la calle me verás”. La semana pasada vimos en la calle a la UAZ convocar, por medio de su Consejo Universitario, y su Rector, a docentes, trabajadores y alumnos. El motivo de la marcha y manifestación públicas era la de demandar un alto a la inseguridad e impunidad ante los desaparecidos y asesinados, entre los que se cuentan ya algunos alumnos de nuestra máxima Casa de estudios. Bravo por la UAZ por ese digno y valiente gesto cívico que nos regaló. Y que no se acabe.
2. A Yasmín le llueve sobre copiado. Es toda una dama especialista en hacer tesis de tijeras y engrudo. De copiar y pegar. Como si no bastara el asunto de la tesis de licenciatura que se fusiló en la UNAM con la asesoría y complicidad de su tutora, que estableció una fábrica de títulos en serie, ahora descubierta por el periódico gachupin El País, nos enteramos de que la ministra Yasmín Esquivel, favorita y recomendada por el presidente de la república, es toda una autoridad en plagios. También se fusiló la del grado de doctor. Le robo párrafos completos a eminencias como a los constitucionalistas Burgoa y Carpizo y a Miguel Carbonell; amén de otros distinguidos académicos de la Madre Patria. En la madre. En esas manos está la impartición de la justicia en este mal país.
