Autor: Néstor E. Alejandro Jaime
Residencia: Guayaquil, Ecuador
La Huesuda llegó al bar,
y un tequila quiso tomar.
Andaba de pésimo humor,
no dejó de beber licor.
Un hombre se le acercó,
y con miedo le preguntó,
con baja voz y temblando:
“¿A quién anda usted buscando?”
La Huesuda le respondió:
“Al ladrón que ayer huyó,
el cual con mucha malicia
engañó a la justicia.
Se llama Pedro Delgado.
Pese a ser muy callado,
su título falsificó,
y al fisco ridiculizó.
Dijo ser economista,
a veces inversionista.
En Costa Rica “estudió”,
aunque jamás se graduó.
Al Banco Central dirigió,
allí su bolsillo llenó.
Llegó a ser presidente,
aunque ilegítimamente.
Tendría que estar en prisión,
pero escapó el bribón.
Me lo tenía que llevar,
mas no lo puedo encontrar”.
El hombre se le acercó,
y con voz fuerte, replicó:
“Al oír mi explicación,
su lío tendrá solución.
Delgado evitó sanción,
por eso tomó un avión.
Lo hizo todo rapidito,
no afrontó el delito.
Si lo desea encontrar,
a Miami debe volar”.
La Huesuda se alegró
y su guadaña agarró.
Bebió licor nuevamente
y susurró suavemente:
“Me despido, fue un honor,
linda tierra su Ecuador”.