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viernes, 29 marzo, 2024
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Menores de edad con familia migrante muestran mayor nivel de rezago educativo

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

Los menores de edad cuyos padres han migrado muestran un mayor nivel de rezago educativo, más carencias alimenticias y mayor necesidad de trabajar, respecto a aquellos que no están vinculados a familias migrantes, afirmó Mónica Chávez Elorza, docente de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Por ejemplo, expuso que 12.3 de los menores que pertenecen a una familia con vínculo migratorio, es decir, donde está ausente uno o sus dos padres por causa de la migración, no asisten a la escuela y sus condiciones de alimentación no son buenas, cifra mayor que en familias no migrantes.
“Debería haber un impacto más potenciador de las remesas hacia el logro educativo porque esperaríamos que los hogares donde reciben remesas han logrado alcanzar un mayor logro educativo, pero no se ve tanto”, indicó.
Asimismo, expuso que 14 por ciento de los menores entre que viven en hogares con vínculos migratorios, de entre 12 y 17 años de edad, trabajan, pero “lo grave de este problema es que no se encuentran insertos en un plan educativo y tampoco están empleados”.
Al respecto, dijo que los jóvenes que no estudian ni trabajan es un problema que se presenta en toda la población, pero en aquellos que pertenecen a familias vinculadas a la migración es más recurrente.
Chávez Elorza mencionó que en el estudio que realizó también abordó el tema de la alimentación y en la encuesta cuestionó si en los últimos tres meses las personas de cada vivienda dejó de comer una vez en el día o si algún día se quedaron sin comida.
El resultado en ese sentido arrojó que los menores que viven en hogares no migrantes tienen mejores condiciones de alimentación respecto a aquellos que viven en familias con vínculo migratorio.

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Manifestó entonces que la inasistencia escolar y el rezago educativo siguen siendo altos pero es diferenciado en los dos tipos de hogar, con o sin vínculo migratorio. En este último es donde los menores muestran desventajas.
Asimismo, explicó que la intensidad de trabajo infantil es más alta en hogares con vínculo migratorio en relación con el resto de los hogares, lo cual sorprende porque se puede pensar que estas familias tienen más acceso al dinero, por el envío de remesas, y por lo tanto reduce la necesidad de trabajar, pero no es así.
Chávez Elorza concluyó que el Estado mexicano debe potenciar sus programas y políticas públicas para mejorar y eficientar la calidad de la vida de los mexicanos, especialmente de los menores de edad cuyos padres han migrado.

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