25.8 C
Zacatecas
martes, 23 abril, 2024
spot_img

El Calentamiento Global, ¿repercute en los huracanes?

Más Leídas

- Publicidad -

Por: GABRIELA CASTAÑEDA •

La temporada de huracanes en el Pacífico inició oficialmente el 15 de mayo en el Pacífico oriental y el 1 de junio en el Pacífico central, estos finalizarán el 30 de noviembre. Estas fechas delimitan convencionalmente el periodo de cada año cuando la mayor parte de huracanes que se forman en el océano Pacífico. Sin embargo, la formación de huracanes es posible en cualquier tiempo.

- Publicidad -

Los huracanes son como motores gigantes que usan aire cálido y húmedo como combustible. Por eso se forman sólo sobre océanos de agua templada, cerca del ecuador. El aire cálido y húmedo sobre los océanos se eleva desde cerca de la superficie, el aire cálido se eleva causando un área de menor presión de aire cerca del océano. El aire con mayor presión de las áreas circundantes llena el área de baja presión. Luego, este “nuevo” aire se torna cálido y húmedo, elevándose. En la medida en que el aire cálido continúa subiendo, el aire circundante gira para ocupar su lugar. Cuando el aire cálido y húmedo se eleva y se enfría, el agua en el aire forma nubes. Todo el sistema de nubes y aire gira y crece, alimentado por el calor del océano y el agua que se evapora de la superficie.

Las tormentas que se forman al norte del ecuador giran en sentido contrario a las manecillas del reloj. Las tormentas al sur del ecuador, giran en el sentido de las manecillas del reloj. Esta diferencia se debe a que la Tierra gira sobre su eje. Al girar el sistema de tormenta cada vez más rápido, se forma un ojo en el centro. En el ojo todo es muy tranquilo y claro, con una presión de aire muy baja. El aire de presión alta superior baja hacia el interior del ojo. Cuando los vientos en la tormenta giratoria alcanzan 39 mph, la tormenta se denomina “tormenta tropical”. Y cuando alcanzan 74 mph o más, se considera oficialmente que la tormenta es un huracán o “ciclón tropical”.

No es casualidad que esta tormenta que desencadenó el huracán Patricia haya explotado en una zona de elevadas temperaturas de la superficie del mar, que son casi récord, y que aún no habían sido aprovechadas por otras tormentas recientes. Se trata, además, de un área en la que las condiciones atmosféricas fueron favorables para que una tormenta semejante se hiciera más fuerte.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) proyectaba que las temperaturas del Pacífico aumentarían 2ºC por encima de lo normal y los expertos creen que estas condiciones han provocado un incremento en los sistemas de tormentas en el Pacífico. En agosto pasado, cuando comenzó El Niño, se produjeron tres huracanes simultáneos en el Pacífico, los tres de categoría 3.Y se cree que esta actividad atmosférica que ha ocurrido este año continúe viéndose en el futuro.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), en un informe sobre potenciales impactos del calentamiento global en la actividad de huracanes, advierte: “Existen probabilidades a favor de que los números de huracanes muy intensos -de categoría 4 y 5- se incrementen una fracción sustancial” en este siglo. No está claro si el calentamiento global está aumentando la frecuencia de los huracanes, pero cada vez hay más evidencias de que el calentamiento aumenta su intensidad.

Hay dos aspectos diferenciados de la actividad de los huracanes que se confunden a menudo, de modo que es útil considerarlos por separado. Concretamente, ¿el calentamiento global produce huracanes más frecuentes?, ¿y huracanes más intensos? Respecto a la frecuencia, Holland concluyó en un estudio de los huracanes en el Atlántico Norte , que “el aumento del número de ciclones ha conducido a una tendencia clara en el número de grandes huracanes, una que está claramente asociada con el calentamiento del efecto invernadero”, aunque por su parte Landsea afirmó que “la mejora en la monitorización de los últimos años es responsable de la mayoría de, sino de toda, la tendencia observada en el aumento de la frecuencia de los ciclones tropicales”. En otras palabras, la razón de que estemos detectando más huracanes puede deberse a una mejora en la capacidad de detección de los mismos, gracias a aeronaves, radares y satélites. Así pues, el impacto del calentamiento global en la frecuencia de los huracanes es un área que requiere más investigación y más datos.

Respecto a la intensidad de los huracanes, Kerry Emanuel realizó un estudio que comenzó por definir la destructividad potencial de un huracán basándose en el poder de disipación, integrado sobre el tiempo de vida del huracán para determinar si las temperaturas más cálidas afectan. El Índice de Poder de Disipación ha aumentado desde mediados de los 70, debido tanto a tormentas más duraderas como más intensas. La intensidad de los huracanes está también muy correlacionada con la temperatura de la superficie marina, lo que sugiere que el futuro calentamiento conducirá a un aumento del potencial destructivo de los huracanes tropicales. A medida que las temperaturas marinas continúen aumentando, el número de huracanes de categoría 4 y 5 que lleguen a tierra aumentarán inevitablemente. Éste es el consenso. O mejor dicho, lo era hasta la aparición este año de tres estudios que apuntan a que el calentamiento global puede estar teniendo un efecto mucho más importante sobre el número y la intensidad de los huracanes de lo que se había pensado. En uno de ellos, Kerry estudió la intensidad y duración de unas 500 tormentas en el Atlántico y otras 800 en el Pacífico de 1950 al 2004, y halló que estos fenómenos son cada vez más fuertes y duran más tiempo. Para Kerry, la intensificación está relacionada con el calentamiento global. «Podemos decir con confianza que el aumento de la temperatura de las aguas y de la intensidad de los huracanes está conectado con el cambio climático», dijo Judy Carry, del Instituto Tecnológico de Atlanta.

Lo cierto es que en México no se necesita un huracán intensidad 5 para tener desastres en el país, pues con tantas montañas las lluvias ocasionan contigencias. Una depresión tropical débil puede ser más desastrosa que un huracán de categoría 3 con respecto a lluvia. Y regresando al cuestionamiento inicial, “El Calentamiento Global, ¿Repercute en los huracanes?”, si este en verdad fue el principal factor para que el huracán Patricia se volviera tan monstruoso en poco tiempo, entonces estamos ante el principio de fenómenos climáticos más complejos y sobre todo, que no serán tan fáciles de predecir. Patricia es una tormenta que creció a esta magnitud a pesar de ser relativamente pequeña, ¿qué sucederá cuando un huracán mucho más grande incremente de tamaño de la misma forma que Patricia? Los científicos no pueden responder esa pregunta por ahora, lo cual, desde cualquier perspectiva, es preocupante. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -