"Perros, perros y más perros. Perros en el campo y la ciudad. Perros en nuestra casa y el espacio público. Perros moviendo la cola, bien cariñosos, recibiendo al desconocido o a quien nos cae requetemal. Perros, pobrecitos, encerrados en el traspatio y sin comer, ladrando a cual rayo de sol se refleje en las ventanas. Perros en el baño y la cocina. Perros en la sala de espera del veterinario. Perros aullando a la luna o al carrito de los tamales. Perros lanudos, déjenme estar solo con mi novia. Perros que te corretean media cuadra, tú arriba de una bicicleta". Mauricio Flores
"Decía Brook también que 'La forma siempre es temporal, y esa es la esencia de la muerte. La muerte no es una tragedia, sino el reconocimiento de que la forma, en su naturaleza misma, desde la más minúscula partícula, es pasajera'. Vayan también desde aquí nuestras condolencias a la comunidad artística zacatecana por el fallecimiento, la semana pasada, de la maestra Blanca Alatorre Sánchez, quien dedicó 70 años de su vida a las artes escénicas, nuestra solidaridad con su familia. Telón final. 'El resto es silencio'”. Jánea Estrada Lazarín
"Las personas bailan cual poseídas, bajo la tierra. Clara aprieta el mapa entre sus manos y comienza a preguntar por Eva, las indicaciones que le dan la llevan a un piso más abajo. Llega a una especie galerón lleno de libros. Huele a papel y humedad. Unos autómatas los secan y los cuelgan en cordones". Mariana Flores
"Aunque quizá sea uno de los más grandes pensadores de Iberoamérica, Jorge Luis Borges no es un filósofo, en todo caso es un intelectual bastante atípico, tampoco es un escritor de grandes narraciones, sus fabulaciones están muy lejos de lo que se suele denominar 'boom' latinoamericano. Sin embargo, nadie deja de admirar su inquisitivo genio creador. Los más grandes lo admiran: Paz, Savater, Steiner, Bloom, Cioran, Deleuze, Derrida, entre muchos otros".
"Mientras se encuentra encerrado en un sótano, el joven protagonista recibe llamadas de quienes parecen ser las víctimas anteriores del asesino a través de un teléfono negro colgado en la pared. Voces que no recuerdan sus nombres ni su pasado, y que tampoco saben en dónde se encuentran exactamente, pero que están dispuestos a ayudar a Finney a salir de ese lugar con vida". Adolfo Nuñez J.
"'¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la Rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti...', así comienza la reseña que J. J. Sampedro publicó en la revista trimestral 'Cambio' número 5, (1975) y que tuvo la particularidad de introducir a la lectura de esta novela a los que conformamos la generación de los setenta de Zacatecas. Coincidimos en señalar que es la obra que más nos ha transformado". Miguel Ángel de Ávila González
"Stivaleit Guerrero se define nómada por vocación, de igual forma la escritora transita de un género a otro, de la poesía al cuento breve, del cuento realista al fantástico y hasta el ensayo. Esa errancia, no solo geográfica sino de intereses e ideas, hace que Stivaleit pueda escribir sobre Lupita, una muchacha que vive el acoso y la precariedad que la industria del petróleo ha dejado en las ciudades del sur, pero también una fábula taxidermista en Noruega". Beatriz Pérez Pereda entrevista a Stivaleit Guerrero
"El teatro es un acontecimiento que reajusta los sentidos y la concepción del cuerpo, que logra la reflexión sobre el trabajo actoral y también sobre el acto escénico frente al acontecimiento social. Artaud sobrevive a dos guerras mundiales, al dolor, a la enfermedad y al encierro en diferentes hospitales psiquiátricos. La barbarie crea cicatrices que dejan en su mente y en su cuerpo rasgos de un prolongado sufrimiento, mismo que lo llevó hacia un acercamiento a lo religioso y al mundo metafísico". Rossalina López
"Seguro recordará, estimado lector, que cuando Manuel Felguérez venía a Zacatecas -lo hacía frecuentemente- siempre estaba acompañado de Meche. No había un solo acto, por más sencillo que fuera, en el que él no la hiciera partícipe. Eran, los dos, un gran equipo; y parafraseando a Benedetti, 'en la calle, codo a codo' fueron 'mucho más que dos'. [...] El evento protocolario fue breve, puntual. Después, la urna con las cenizas fue depositada con la ayuda de los trabajadores del museo mientras la Orquesta interpretaba el 'Pequeño adagio para cuerdas', de Javier González. La lápida. Un silencio denso. El cristal. Meche observando todo y Manuel, seguro, observando todo también". Jánea Estrada Lazarín
"Rodeaban a mis sienes las luces de Lutecia
y los aires mortuorios que emana un cementerio,
muy cerca de la barda se alzaba un baptisterio:
era un cuerpo de mármol como labrado en Grecia
que al pulso campanario de una ojival iglesia
expulsaba cabellos cual un crespo sahumerio
y ahogaba en largos llantos su torso tibio y pierio;
un sátiro pintaba gritos en sinestesia
conforme los tacones de la contigua calle
paseaban como ninfas huyendo de un centauro.
Era aquel el sepulcro de quien con tinta un valle
pobló grotescamente los pétalos del lauro…
en él reposa el polvo de algún pintor impío,
en él yace la vida, en él yace el hastío".
Alejandro Carnicero