4 hermanas mágicas
Hace mil millones de años, en el castillo Gutman, vivían cuatro hermanas mágicas; la más pequeña de las hermanas tuvo una hija y a los diez años aparecieron sus poderes, sus poderes eran diferentes a los de su madre y de las hermanas Gutman, los cuales eran: fuego, tierra, viento y agua, pero, la niña tenía el poder de convertir las cosas en otra cosa diferente.
Desde los diez años, Camila comenzó a usar su magia para el mal. Usando polvo de duendes, sus tías la corrieron del castillo, al ver que ella usaba sus poderes para el mal. El polvo de duendes le fue escondido y guardado en un lugar secreto en el sótano de la mansión. Camila juró que tendría su venganza y desapareció en una nube de humo.
Después de 2 años, Silvia, Renata y Fernanda preparaban la fiesta de su Dana, la cuarta hermana; era su cumpleaños número 30. Ese día, al despertar, Dana se puso a cambiarle el agua a su pececito con magia; empezó a traer cosas con un movimiento de su mano. Después, sus hermanas la sorprendieron y tiró la pecera. Silvia, la hermana mayor, recogió al pez y lo llevó a la bañera; Fernanda unió las partes de la pecera; Renata recogió el agua y todo con mucha rapidez y magia. Le dijeron a Dana que tenían que ir al sótano, ya que siempre procuraban revisar el polvo de hadas que siguiera guardado y protegido de Camila.
Recordaron que tenían que festejar el cumpleaños de Dana; le cantaron Las Mañanitas y después corrieron al sótano; se metieron a un escondite secreto donde tenían el polvo de hadas; había un círculo en el suelo en el que tenían que poner las manos sobre él para que se abriera y saliera el polvo de hadas. En ese momento se abrió el círculo con el polvo de hadas y, después de tanto tiempo, ahí seguía.
Tenían que acudir a un concurso de canto donde participarían y salieron corriendo, olvidando cerrar el círculo donde tenían escondido el polvo de hadas. Llegaron al concurso y ya era su turno. Anunciaron a los ganadores, y las ganadoras fueron las hermanas Gutman; muy emocionadas con su premio, regresaron a la mansión.
En la mansión llegó una mujer y tocó la puerta; era una anciana que no tenía donde dormir. Las hermanas la invitaron a pasar y, cuando éstas se descuidaron, la ancianita bajó al sótano y encontró el polvo de hadas, el cual tomó en sus manos. Cuando las hermanas se dieron cuenta, descubrieron que era Camila disfrazada para robar el polvo de hadas; lanzaron un escudo invisible para que no se lo llevara y lo usara para el mal.
Luego, las hermanas, con sus poderes, derrotaron a Camila, arrojando al abismo del universo el polvo de hadas para que ya nunca Camila pudiera usarlo para el mal. Camila, al verse sin el polvo de hadas y sin poderes, les pidió perdón a sus tías y a su mamá; éstas la perdonaron y todas vivieron felices para siempre.
Fin
Autora: Zoé Renata Aguero Saucedo
Edad: 10 años
Guadalupe, Zacatecas
