Max y el muñeco de nieve
Había una vez una familia que vivía en el bosque, en una cabaña. Eran siete integrantes de la familia. Sus nombres eran Crisol, Max, Rena, Fer, Mirs, Izel y Meño. Llegó la Navidad y todos, muy felices y contentos, comenzamos a poner el arbolito de Navidad y también adornaron su casa. Los niños prepararon sus cartas para el Niño Dios, y cuando todos dormían y el Niño Dios trajo los regalos, Max, que era el más inquieto, se levantó temprano y fue a jugar afuera.
Como había caído mucha nieve el día anterior, Max comenzó a hacer un muñeco de nieve. Su mamá le llamó para que fuera a desayunar y, al abrir los regalos, observó por la ventana que el muñeco de nieve se movió, pero pensó que había sido su imaginación. Siguió abriendo sus regalos: un arco de juguete con cinco flechas y un garfio volador. Max, muy emocionado, salió a jugar con sus regalos al patio y vio nuevamente que el muñeco se movió. Max, en ese momento, tuvo una idea para ver si tenía vida el muñeco de nieve; se escondió y vio que sí se movía el muñeco; lo saludó con una sonrisa; le dijo que tenía que ir a la montaña de nieve porque ahí estaba su familia, y si no llegaban en cuatro días, él se derretiría y moriría, a lo que Max decidió acompañarlo. Él no sabía todas las aventuras que les esperarían.
El primer día tuvieron que usar el arco con una soga para amarrar una de las flechas, para salir de una corriente muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy fuerte. El segundo día tuvieron que usar el carro de control remoto para que los lobos se fueran, y el tercer día tuvimos que usar Humo, Chot y Peluche, que son mis perritos; nos acompañaron ellos; asustaron al monstruo de la nieve, el cual apareció para atacarnos. El cuarto día tuvimos que usar mi garfio volador para escalar una montaña, y llevé al muñeco de nieve, al cual llamé Olaf. A la montaña, al llegar, le dieron una nube de nieve, lo llevé a su casa y sus papás lo estaban esperando.
Todos fueron muy felices.
Fin
Autor: Maximiliano Aguero Saucedo
Edad: 8 años
Guadalupe, Zacatecas
