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lunes, 6 mayo, 2024
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8 Concurso de Cuento Corto (QUINTO LUGAR)

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Por: La Jornada Zacatecas •

La amistad mágica

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Había una vez tres buenos amigos: uno se llamaba Ángel; él era muy atrevido. Otro se llamaba César, quien era buen atleta; y el otro se llamaba Carlos; él era muy inteligente.

Un día, estaban viendo la televisión, cuando de repente salió un anuncio que decía: “estén prevenidos, porque una terrible enfermedad está a punto de llegar”. Al escuchar esto, la mamá de César se alarmó.

Al día siguiente, César se encontraba muy triste y Carlos le preguntó por qué, -es que por culpa de esta enfermedad mi mamá se quiere mudar, contestó César. Pasó una semana y César se mudó. Sus amigos Carlos y Ángel hicieron un plan para ir a ver a su amigo, ya que se acercaba el Día del Niño. Les pidieron permiso a sus papás y sí se los concedieron.

Al día siguiente, se fueron; cuando llegaron se sorprendieron porque la ciudad era muy grande y bonita. Antes de llegar a la casa de César, decidieron hablarle por teléfono (mientras tanto, las mamás fueron por comida). César brincaba de gusto, bajó de inmediato para darles un gran abrazo a sus amigos y proponerles ir a hacer su actividad favorita, que era bucear.

Cuando andaban buceando, vieron a lo lejos algo que brillaba, se fueron acercando y se dieron cuenta de que era un cofre. Al abrirlo, encontraron dentro de él varios collares, pero no eran cualquier tipo de collares, sino que eran mágicos. Junto a ellos había una nota que decía “éstos son collares mágicos; quien los use podrá pedir lo que quiera”. Cada uno de los niños pidió superpoderes; luego se fueron a escalar una montaña y, cuando estaban en la cima, se encontraron con un dragón. Entonces, Ángel usó el poder de congelar y lo congeló; luego, César utilizó el poder para crear y creó una jaula para encerrarlo; Carlos, con el poder de lanzar, lo mandó muy lejos.

Luego se fueron a la feria para divertirse, pero un monstruo quiso atacar a todos los que estaban ahí, así que Ángel, con el poder de destruir, logró desarmar la rueda de la fortuna y la lanzó sobre él para que lo persiguiera. Cuando la rueda de la fortuna lo alcanzó y dejó agotado al monstruo, Carlos utilizó un poder para paralizarlo y César creó un cohete para mandarlo hasta la Luna.

Después se fueron a un centro comercial y se toparon con unos ladrones que querían robar, así que Carlos, con el poder de velocidad, logró marearlos; César se hizo invisible y les quitó lo que se habían robado, y Ángel, con un superpoder para estirarse, los llevó hasta la cárcel.

Luego de haber salvado a todos, se encontraron a sus mamás, quienes no estaban muy molestas y angustiadas. Se los llevaron a la casa y César les dijo, al despedirse, “gracias amigos, muchas gracias”. Se dieron un fuerte abrazo entre los tres. Por la magia de los collares, la enfermedad desapareció. César pudo regresar y vivieron felices por siempre. FIN

 

Autor: Carlos Alberto Ruiz Fernández

Edad: 10 años

Mimbres, Valparaíso, Zacatecas

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