■ Los que tienen el control de la organización son los países poderosos: Bueno Sánchez
■ Analizan reducción de la pobreza; líderes sólo se enfocan en la extrema, señala profesor
En los objetivos del milenio planteados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) relacionados con el abatimiento de la pobreza hay una ausencia fundamental en el análisis que hace que las reducciones en este sentido sean “un milagro” más que una realidad.
Tiene que ver con la falta de cuestionamientos en torno al modelo de sociedad actual que implica una alta concentración de la riqueza en pocas manos, provocando así que la gran mayoría de la población no tenga acceso a una distribución equitativa de los recursos.
Así lo expuso Eramis Bueno Sánchez, profesor de la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), durante su ponencia Pobreza y vulnerabilidad en México en el contexto de los objetivos del milenio, impartida en el marco del Seminario Internacional Estado, Academia y Sociedad.
La propia ONU “hizo la trampa” en cuanto a estas mediciones y el planteamiento de la reducción de la pobreza, señaló, porque esta organización “es una institución que no puede separarse de los intereses que representa cada país y cada potencia”.
Al respecto, agregó que quienes tienen el control de la ONU son los grandes países, “los países poderosos”, y el control de estas naciones no lo tienen los gobiernos sino “esos llamados poderes fácticos, la gente que tiene la lana y es la gente que maneja a los gobiernos, que maneja la economía, que maneja a la sociedad, que lo maneja todo”.
Por ello concluyó que “las propias Naciones Unidas no se pueden cuestionar (la concentración de la riqueza) porque sería cuestionarse a ellos mismos”.
El académico mencionó que el pasado viernes inició una reunión de los líderes mundiales integrantes de la ONU para hacer una revisión de los avances que se han tenido en torno a la reducción de la pobreza. No obstante, señaló que este análisis únicamente se centra en la disminución de la pobreza extrema, por lo que “el resto de pobres no importa”.
En este sentido, hizo referencia a los datos que serán presentados por México en los que se hablará de la reducción a la mitad desde 1989 hasta 2014 del número de personas en situación de pobreza extrema.
Sin embargo, resaltó que pese a estas cifras expuestas por el Gobierno Federal es innegable que ha habido un incremento de la población en pobreza de manera general. De ahí, devino una crítica del académico a los sistemas de medición que se tienen en la República y que en muchos de los casos sesgan la situación real que se vive.
Mencionó, como apunte de la gravedad de la pobreza alimentaria, que desde 1998 en México han muerto más de 129 mil personas por problemas de desnutrición, lo que hace que la cifra de muertes anual por esta causa sea superior a las 8 mil. Por ello, concluyó que los resultados obtenidos “no son para felicitarse”.
