Como podemos ver, las cosas poco han cambiado después de casi siglo y medio de una mediocre democracia y de un pésimo Poder Legislativo. Esto nos lleva a los tiempos actuales, donde amenacemos con la noticia de que un par de legisladores reportaron – y por supuesto cobraron – un gasto de alrededor de 100 mil pesos mensuales, por concepto de consumo de gasolina; uno, 94 mil, y el otro – por cierto reelecto – 106 mil pesos, como si tuvieran una flotilla de vehículos a su disposición, según el reporte ASE-INV-036/2022, comunicado por la AUDITORÍA SUPERIOR DEL ESTADO, que por cierto tendría que existir a su vez una instancia que la investigara, ya que el señor auditor tiene propiedades inmobiliarias en la Ciudad de Guadalajara, que requerían cinco vidas, al servicio público, para poder adquirirlas.
La pregunta necesaria es, no porque estos señores abusan como lo hicieron sus pares hace siglo y medio, lo que tendríamos que preguntarnos es por qué lo aceptamos quienes pagamos impuestos de donde estos señores se sirven con la cuchara grande, los tarugos – y perdonen pero debí utilizar un adjetivo más contundente – somos todos, una sociedad civil, una ciudadanía apática y poco interesada, que dejamos que nos roben en despoblado y, que por nuestra culpa, habitamos uno de los estados más pobres y mal gobernados, donde no nos sorprende ya estar en los últimos lugares de todas las listas que salen a diario sobre el desempeño económico, competitividad, aportación al PIB nacional y lo que ustedes gusten y manden.
Esta misma semana nos enteramos que una diputada local, ZULEMA SANTACRUZ, copiando los usos y costumbres perfectamente documentados de la ESTAFA LEGISLATIVA, de la legislación pasada – valga la redundancia – que por cierto, quedó ahí en el aire, sin investigaciones que llevaran realmente a nada, volvió a hacer de las suyas, nos referimos claro a ZULEMITA, quien encargó una propuesta legislativa – que por cierto servía para maldita la cosa – y pagó por ella con los dineros de todos, es decir, claro, que no de su bolsillo, dos bonitas cantidades cada una de 272 mil pesos, que fueron pagados a una empresa fantasma, según los usos y costumbres de nuestra clase política – claro – y cuando las autoridades investigaron el caso se encontraron con una dirección falsa – de fachada – donde habitaba la persona a la que supuestamente se le pagaron los recursos por la iniciativa, el señor se dedicaba a lavar los coches de los vecinos, y finalmente nos enteramos que ya murió.
Esto solo para darnos una idea del tipo de legisladores que tenemos y a los que se les pagan honorarios que se calculan en el doble de lo que gana el presidente – hecho que es de por sí ilegal y anticonstitucional – por conceptos de salarios y prestaciones, háganme ustedes el refabron cabor, como diría el paisano.
Y con todo y esto que sale a la luz sin que nadie haga – hagamos – absolutamente nada, salen por ahí a decir que nuestro estado se encuentra entre los 5 con menor corrupción, y claro que tendríamos que estar de acuerdo porque tenemos diversas instancias e instituciones – que insisto sirven para maldita la cosa – comenzando con la SECRETARÍA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA en donde, quien la encabeza, se atrevió a afirmar que su secretaría era ya referente nacional en la lucha contra la corrupción – sí como no – y ya ni hablar de la FISCALÍA ANTICORRUPCIÓN, que por ley repitió en este sexenio y que tampoco ha hecho absolutamente nada, fuera de señalar – y hasta ahí – a peces menores, y no nos olvidemos que existe también una organización gubernamental en contra de la corrupción, cuyos integrantes, en su mayoría simples ciudadanos y sin conocimiento de nada, que perciben honorarios por arriba de los 30 mil pesos mensuales, que ya de por sí los descalifican en una lucha contra una corrupción que podríamos decir ellos encabezan porque reciben honorarios del erario sin hacer absolutamente nada para desquitarlos.
Y los peces gordos como BENJAMÍN MEDRANO, felices en algún lado del mundo, sin comentar personajes como JULIO CÉSAR, cuyo asunto es de otro tipo. Seguimos pensando que no tenemos corrupción porque tendríamos que entender que las autoridades encargadas de combatir la corrupción son, en principio, ellas mismas corruptas.
Podemos asegurar que ninguno de los sexenios pasados se libró de la terrible enfermedad de la corrupción, pero con el NUEVO PRI de PEÑA NIETO, en el escenario nacional, y MIGUEL ALONSO, en el local, se saltaron todas las bardas, pero claro, tuvieron la precaución de cuidarse las espaldas en estos rumbos, dejando a un personaje cercano que se las cuidara y claro nos referimos a ALEJANDRO TELLO, sin decir que no hubiera habido corrupción en su gobierno, pero suponemos que no en el nivel del previo donde pasar por el CENTRO – auditorio – CULTURAL que quedó como un centro educativo para fuerzas policiacas – según entiendo – nos debe provocar a todos una PROFUNDA NÁUSEA, la misma que nos provoca cuando estamos frente al ADEFECIO ARQUITECTÓNICO conocido como la ESTELA DE LUZ (PUZ), que solo afea la hermosa entrada a CHAPULTEPEC y que tendría que derribarse, pero que, por otro lado, nos da la utilidad de que nos recuerda el mundo de corrupción en el que vivimos.
Y así, de esta forma, las corruptelas de una LEGISLATURA LOCAL que deja mucho – todo – que desear, que ha sido improductiva en extremo, que no ha podido sacar asuntos tan vitales como la DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO se siga sirviendo con la cuchara grande y viendo la cara de una sociedad pobre en extremo con sus dispendios en gasolina o en pagos – ¿? – por iniciativas banales que no sirven para nada.
¿LLEGARÁ EL DÍA EN QUE LA CIUDADANÍA HAGA ALGO AL RESPECTO? Es solo una pregunta.
