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miércoles, 24 abril, 2024
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Notas para el debate sobre el humanismo mexicano.

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Por: Erik Herrera •

Durante una visita de funcionarios de la URSS a China, a principios del gobierno de Deng Xiaoping, quien en diciembre de 1978 asumió el poder del Comité Central del Partido Comunista de China, le preguntaron que cómo denominaba le política económica que estaba aplicando, porque les parecía que no era nada parecido al modelo que en esa época aplicaba el gobierno soviético; su respuesta fue: “No importa el color del gato, sino que coma ratones”. Todavía hoy, entre los expertos sobre China existe una polémica alrededor del mismo asunto, algunos dicen que es un capitalismo de Estado, y otros, que es un socialismo estilo chino. Lo cierto es que las reformas aplicadas en el gigante asiático desde principios de los años ochenta, permitieron la construcción de una gigantesca estructura económica basada en una mezcla de empresas privadas, nacionales y extranjeras, que generan la mitad del producto nacional, y coexisten con una constelación de empresas públicas propiedad del Estado nacional, o de las fuerzas armadas o de los gobiernos subnacionales, que en su conjunto producen la otra mitad del PIB de ese país. Podríamos decir, simplificando mucho, que es una especie de economía mixta como la que existía en México hasta mediados de los años ochenta, cuando iniciaron las privatizaciones neoliberales. Es una gigantesca estructura empresarial que funciona en un sistema de partido único, de acuerdo con las reglas establecidas por el partido comunista, y que de acuerdo con un informe conjunto de China y el Banco Mundial, durante los últimos 40 años en el gigante asiático salieron de la pobreza extrema casi 800 millones de personas.

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Lo anterior viene a cuento porque ayer, sorpresivamente, el presidente AMLO incluyó en su discurso pronunciado en el Zócalo de la Ciudad de México, el concepto de Humanismo Mexicano (HM) para referirse a la doctrina que guia a la 4ª T que ha venido aplicando desde hace cuatro años. De manera que podemos suponer que ese concepto incluye la rectoria del Estado en materia energética, donde Pemex y la CFE son sus instrumentos, y que su función principal debe ser garantizar los derechos humanos básicos en especial la salud, la educación y el trabajo decente (OIT dixit). 

Afirmó el presidente que en lo político, el HM no acepta el derrotismo y se refirió a la frase del padre de la patria, Miguel Hidalgo y Costilla: ‘El pueblo que quiere ser libre, lo será’. En el terreno de la democracia, el gobierno no debe justificarse a sí mismo con el beneficio de la paz y la prosperidad material, pues esa paz no descansa en el derecho sino en la fuerza y esa prosperidad sólo beneficia a una minoría, no al pueblo ni a la nación. De este criterio, añadió, se desprende también el fundamento de política económica del HM: el progreso sin justicia es retroceso. “Se debe desechar la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función de indicadores de crecimiento que no necesariamente reflejan las realidades sociales… nosotros consideramos que lo fundamental no es cuantitativo sino cualitativo, es decir, la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza, el fin último de un Estado es crear las condiciones para que la gente pueda vivir feliz y libre de miserias y temores”. «La estrategia del gobierno en el terreno de la política social descansa en respetar, atender y escuchar a todas y a todos, pero otorgando preferencia a los pobres y humillados. Asimismo, recordó su lema de campaña por la jefatura de Gobierno de la CDMX en el 2000, que «por el bien de todos, primero los pobres». «Esta frase debiera ser la esencia de la actividad política porque dijo, es sinónimo de humanismo y una forma distinta de entender la importancia del poder, cuyo ejercicio solo es puro y virtuoso cuando se pone al servicio de los demás». 

Será muy importante que en las próximas semanas AMLO aclare si las futuras empresas públicas que nacerán próximamente, bajo la tutela de las fuerzas armadas, serán permanentes y, en ese caso, si los soldados y marinos que desempeñen esa tarea pasarán a ser trabajadores administrativos permanentes; también debe aclararse el carácter de la empresa que explotará el Litio recientemente recuperado para la nación. Es evidente que el presidente decidió tomar distancia del concepto de socialdemocrácia, que durante las tres últimas décadas se contaminó, sobre todo en Europa, de demasiadas coincidencias con los dogmas y prácticas neoliberales, con el resulado de que se incrementó la desigualdad. Y lo mismo ocurrió en Estados Unidos bajo la conducción de gobiernos de ambos partidos. 

Como es fácil de entender, será muy importante aclarar durante los próximos meses el contenido del concepto de Humanismo Mexicano, para que pueda ser incluido en los documentos básicos de Morena y aplicado en las plataformas ideológicas y programaticas de sus candidatos, recordando que iniciarán campañas en alrededor de un año. 

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