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viernes, 29 marzo, 2024
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Fidel Castro Ruz

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Por: DANIEL SALAZAR M. • admin-zenda • Admin •

La isla caribeña está de luto. El pasado viernes 25 de noviembre murió a la edad de noventa años, el comandante en jefe de la Revolución Cubana y una de las figuras más controvertidas del siglo 20: Fidel Castro Ruz.

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Dirigida por un grupo de “barbudos” desde la Sierra Maestra entre los que se encontraban el Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Raúl Castro… la Revolución Cubana triunfante del 1 de enero de 1959, se transformó en el acontecimiento más relevante del siglo en la Historia de nuestra América Latina.

Es un hecho ya conocido, que durante su infancia Fidel estudió en un colegio de jesuitas del que seguramente recibió las primeras enseñanzas que lo sensibilizaron frente a los problemas de la pobreza y la lucha por la defensa de los trabajadores.

Años más tarde, ya graduado en la facultad de derecho, reivindica abiertamente su pertenencia al pensamiento de José Martí que sería desde entonces y hasta el final de su vida, fuente inquebrantable de su visión antiimperialista que tanta dignidad y resistencia diera a su pequeña gran nación.

En 1952, estando registrado Fidel como candidato al parlamento de su país, el general Fulgencio Batista rompe el orden constitucional y derroca al Gobierno de Carlos Prío Socarrás (antes de las elecciones presidenciales) para instalar una nueva dictadura militar con el apoyo de los Estados Unidos.

Obligado por los acontecimientos y no sin antes haber interpuesto una demanda contra Batista “por haber roto el orden constitucional”, el 26 de julio del año siguiente, Fidel encabeza una expedición de 131 hombres para atacar la segunda fortaleza militar de la isla –el cuartel Moncada en la ciudad de Santiago– con el objetivo de llamar a la rebelión en todo el país y derrocar al dictador.

Pero la operación fracasa y seis rebeldes mueren mientras otros son torturados y asesinados por el ejército; Fidel Castro es capturado días más tarde. Condenado a 15 años de prisión, es liberado en 1955 después de la amnistía lo que le permite fundar el Movimiento 26 de Julio –M26-7– y mantener la lucha contra la dictadura militar antes de exilarse en México.

Ya en México, Fidel conoce al Che Guevara con el que organiza la expedición del Granma junto a otros 80 rebeldes. Contrariamente a lo que se piensa, el programa sostenido entonces por ellos, no era socialista ni lo fue durante algunos meses luego del triunfo de la revolución. Enarbolaron, eso sí, la reforma agraria, la prohibición del latifundio, reformas económicas y sociales a favor de los desheredados, la industrialización de la isla, construcción de viviendas, nacionalización de los servicios públicos de teléfono, gas y electricidad, de educación y de cultura para todos.

Cuando desembarcan –el 2 de diciembre de 1956— el ejército y la aviación de Batista los esperaban con 2000 efectivos fuertemente armados gracias al apoyo norteamericano porque, a toda costa, “tenían que impedir la victoria de Castro”. Iniciaba la guerra de guerrillas que duraría 25 meses.

Batista, con más de 10.000 soldados movilizados, no pudo vencer a la guerrilla compuesta de 300 hombres. Por eso la “victoria estratégica” de los “barbudos” reveló a los ojos del mundo el genio militar de Fidel. El 1 de enero de 1959, cinco años, cinco meses y cinco días después del asalto al cuartel Moncada del 26 de julio de 1953, triunfó la Revolución Cubana.

Vendría entonces todo un largo y penoso proceso contrarrevolucionario fomentado por EU que obliga a Fidel a acercase a Moscú y, a Washington a promover, por lo menos, 637 intentos de asesinato contra el revolucionario.

Tras los bombardeos de los aeropuertos por la CIA y la Invasión de Bahía de Cochinos el 16 de abril de 1961, el pueblo cubano  inflige una severa derrota a 1,500 exilados financiados por la CIA norteamericana. Fidel al frente de su ejército, alcanza notoriedad universal anunciando el carácter “socialista” de la revolución.

Con todo y el prestigio internacional, Castro y los dirigentes cubanos cometieron errores –si se quiere sometidos bajo circunstancias económicas severas– como el de aliarse acríticamente a la burocracia mundialmente contrarrevolucionaria que dirigía la Unión Soviética, o el de la creación de un Partido Único “que transformó en Partido Comunista e identificó a éste con el Estado, en vez de mantenerlo separado y como control crítico” (Almeyra).

No obstante y gracias a la revolución, Cuba es una nación soberana e independiente, respetada en la escena internacional; con innegables logros sociales en los campos de la educación, la salud, la cultura, el deporte y la solidaridad internacional.

Contrariamente a quienes consideraron a Fidel correligionario del culto a la personalidad, será difícil con su muerte, encasillar su figura. El ícono de “la revolución de Fidel” es, en todas partes, el Che Guevara

Fidel, a diferencia de tantos, se negó a arriar las banderas del socialismo aún en momentos en que se desintegraba la Unión Soviética y desaparecía el campo socialista. “Hasta el final de sus días, siguió con la, firme idea de dejar atrás la larga noche neoliberal y retomar el camino hacia “nuestra segunda y definitiva independencia”. ■

 

Fuentes: Salim Lamrani / G. Almeyra

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