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domingo, 19 mayo, 2024
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■ Historia y poder

Argentina popular, callejera, milenaria

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

A 9 mil kilómetros de México, Argentina tiene 45 millones de habitantes, 10 de ellos pueblos originarios, naciones indígenas que fueron asombrados por la técnica inca para el cultivo en terrazas de la papa, el frijol, la calabaza y que desde hace 2 mil años fueron ejemplo de diversidad cultural, afán de sobrevivir y la magia por todos lados.

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Desde la primera incursión profesional que Magallanes hizo junto al cronista italiano Antonio de Pigaffeta, constataron a los gigantes patagones de la tierra del fuego y de centenas de pueblos que los saludaban como los locos portugueses que le darían la primera vuelta al mundo.

Argentina tiene muchas caras, como México, como cualquier pueblo latinoamericano.

Yo vi a prostitutas peruanas siendo seducidas por el sobrino nieto de Eva duarte de Perón, el beodo de 75 años, Aquiles Duarte, un pelirrojo muy afán de sacar plata y comodidades con una red de prostitución en la ciudad de Buenos Aires; los paraguayos surten de mariguana, los peruanos de cocaína y mota más alucinante, los colombianos y ecuatorianos a estafar como curanderos y hechiceros y las iglesias evangélicas cómo parapeto del CDS para el ingreso de sus planes siniestros desde Sinaloa y eso desde hace -,minino-25 años.

En 2019 y 2020, como corresponsal de  la Jornada Zacatecas,  supe por medio de la prensa radical Argentina, – la prensa diaria con articulistas profesionales,- cómo los cárteles mexicanos utilizan sus puertos para expandir sus negocios de tráfico de drogas y de armas a cualquier parte del mundo, copadas las autoridades, las policías federales y locales, Mendoza, por ejemplo, tiene ya las prácticas sangrientas típicas de Zacatecas o Guerrero en donde el destazamiento de cuerpos y la atrocidad del crimen se enseñorean capitaneados por los carteles mexicanos, considerados como los más poderosos del mundo y con  presencia en más de 150 países y 100 ciudades de los Estados Unidos de Norteamérica donde negocian armas, seres humanos, carros, joyas, etc.

Yo vi una argentina desmenuzada en la prostitución a gran escala de ojiverdes paraguayas que se vendían en masa en auténticas orgias, vi a las argentinas menores de edad embarazadas por miles, prostitución, enajenación, pederastia. 

Al ser cartomanciano pude saber -leyendo cartas, leyendo manos, haciendo limpias- las historias de miles de familias que desde Argentina callejera, tierra adentro, muy pobre y necesitada desde siempre, separaban lo bueno de lo malo, lo ruin de lo fantasioso, lo marro de lo solidario.

Yo vi a los veteranos de la guerra de Malvinas sentirse traicionados aunque centenas de sus compañeros junto a ellos perdieron la vida defendiendo a su patria mientras escuchaban a León Gieco sólo le pido a Dios nunca les fuera indiferente y a los soldados cascos azules argentinos que fueron enviado a la guerra turco chipriota y después ser olvidados con pensiones risibles y hasta encarcelamientos injustificados, a trabajadores en la artartida que durante 6 meses en tierra y otros 6 vivían episodios aterradores de fríos y disciplinas militares nunca antes aplicadas en la formación de sus hombres y mujeres.

Hambre, violencia familiar en extremo, males incurables, albinas esculturales, enfermedades mentales toleradas, dejadas al garete, consentidas en la familia, casorios entre familiares -no el enclave gitano, que suman más de 3 millones de ellos en diversas provincias nacionales y en donde la boda es entre clanes no directos en la consanguineidad- y una multitud que sólo engendra el morbo, lo malhablado, el disturbio emocional.

De las cosas buenas que vi es el gran fortalecimiento solidario, el respeto a los sindicatos, la izquierda trasquilada, “el peronismo ha de ser revolucionario o nunca lo será”, vi en una pinta en Zárate, emblemática ciudad del gran buenos Aires donde están 3 plantas nucleares, la sede del Monsanto, la fábrica de cervezas Quilmes y la puerta a tres países por la vía fluvial donde el Mercosur es el bastón de mando donde miles de trabajadores exportan lo inimaginable en productos alimenticios, apartados de insumo, hidrocarburos y minerales a escalas gigantescas.

De las grandes hazañas que vislumbré del pueblo argentino es sin duda su gran comadrería, todos y todas se quieren en extremo, es impresionante como se abrazan y se besan y se consienten y se invitan a fiestas y excursiones, el derecho de los niños es impecable pero también son muy duros en su educación, nada de shows, nada de misoginia, sino el descaro, la sorna, la diversión al doble, los programas televisivos inimaginables, el respeto a las culturas, programas de tv donde las comunidades amplísimas de judíos, musulmanes, budistas y un gran etcétera coinciden en sus multitudes y enseñan y pergeñan en su cultura, su hablar, su ironía.

Ante todo, la creatividad, aunque pocas bibliotecas o parques dominicales por cada millón de habitantes, es de cuestionarse los medios de sobrevivencia varían en el capitalismo salvaje, en la oratoria sagrada del neoliberalismo, en el sálvense quien pueda desde ahora que el loco Milei aparece en la escena.

Vamos a seguir desentrañando, desde muy abajo, lo extraordinario de este país que nos pertenece a todos, pero ante todo a ellos mismo que le saben a la historia.

Desde 1546, El adelantado Pedro de Mendoza, vio en el puerto del buen aire las variedades del maíz mexicano, mercado por los incas con los querandíes, asombrados, mencionaron lo magnifico de un continente sin fronteras que desde miles de años atrás trajinaban hasta las piedras preciosas de los pueblos del altiplano mexicano.

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