Marco Torres Inguanzo, docente investigador de la Unidad Académica de Gestión Pública de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), dio a conocer la Estrategia Estatal de Prevención del Delito y Seguridad Ciudadana, en la que explicó “qué hacer, cómo hacerlo y con qué estructura de acción” ejecutar un modelo que busca contribuir a la Estrategia Estatal para la Construcción de Paz, Prevención y Convivencia Ciudadana.
El docente mencionó, en el Foro de Consulta para la Integración de la Estrategia Estatal para la Construcción de Paz, Prevención y Convivencia Ciudadana, realizado el pasado lunes, que dicho modelo se ha comenzado a validar con diferentes instituciones y dependencias gubernamentales, sin embargo, quedan aún ocho meses para que el mecanismo pueda ser mejorado.
En primer lugar, explicó, se debe de tener una articulación de los tres ámbitos “que luego separamos mucho” que son: Prevención Social, Seguridad Ciudadana y Seguridad Pública, pues deben encontrar las interfaces y cómo es que se pueden relacionar uno con otro en una estrategia sistémica.
“En los territorios, el tema de focalizar, y encontrar los focos rojos, causa que fragmentemos los territorios, fragmentamos la acción pública y fragmentamos la acción de las instituciones con sus causas”.
En ese sentido, enfatizó en que “tenemos que resolverlo”, pues se necesita tener territorios unificados, más que focalizados y encontrar factores que actúan “no de manera dispersa, sino junta y de manera simultánea, y sobre todo, con una gran coordinación interinstitucional que no disperse o desfragmente la acción pública”.
Asimismo, explicó que los principales problemas en el estado son la incorporación de jóvenes al delito, en medio de un ambiente general de incremento de las violencias; el control del territorio por parte de organizaciones delictivas, y la captura de los gobiernos locales.
Por lo que, los principales objetivos, para evitar dichos problemas, deben ser un sistema de protección de los jóvenes, de sus riesgos a la vinculación delictiva, en medio de la gestión sistemática de comportamientos de paz; el control social del territorio (imposible hacerlo policiaco), y el nuevo rol de los cuerpos de seguridad municipal, respectivamente.
Aseguró que la mayoría de los planes estratégicos carecen de un modelo de intervención, es decir, el cómo llevarlos a cabo, por lo que, para poder ejecutar los anteriores objetivos, se necesita al menos de cuatro ejes fundamentales.
El primero que se propuso es la Coordinación Interinstitucional y “proponemos que lo encabece la Secretaría General de Gobierno y la BUAZ, además de estar integrados los municipios participantes, las dependencias gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y las instituciones de educación superior”.
En segundo lugar, conformar un Equipo Técnico integrado por especialistas en prevención; posteriormente, ejecutar el Modelo de Intervención que tiene como componentes una Constelación de proyectos de protección (acción simultánea de todos los objetivos protectores); una estrategia de detonación territorial (desde un epicentro a todo el territorio); una ruta de cambio verificable; un plan de capacidades relacionales, y un acuerdo detallado de la coordinación interinstitucional. Y finalmente, establecer Polígonos Territoriales.
Dicho modelo, explicó Marco Torres Inguanzo, consta de cuatro proyectos de intervención: la prevención desde la escuela, que consiste en fusionar prevención y aprovechamiento, así como alumnos con activadores sociales y calidad de vida en familias y hogares. El segundo consta de una Protección Situacional, el cual es un mater-plan por colonia y llevar a cabo un mejoramiento participativo.
El tercero, una Apropiación Social del Territorio con un enfoque de ingeniería de la cohesión social, mapeo de actores, estudios censales, certificación de ‘colonia liberada’ de riesgos mayores, reglamentos sobre arrendamiento y autoprotección vecinal. Y finalmente, una Gestión de Capacidades Institucionales y de Agencia para la Prevención.
