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viernes, 19 abril, 2024
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A mis queridos alumnos y alumnas de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Estudiante significa muchas cosas, entre ellas, un lucha constante, responsabilidad, sueños y un cúmulo de esperanzas; ser estudiante representa dedicar más de una década a cumplir con tareas, exámenes, exposiciones y hasta caprichos académicos de muchos maestros. Un buen estudiante responde al sacrificio de los padres pues la cobija de la economía familiar no alcanza para todo, incluso, algunos hermanos estudian y otros trabajan para que los demás prosperen. Pagar camiones, rutas, renta, libros, ropa o bien, comprar computadoras, usbs, tablets y demás aditamentos, representa un buen esfuerzo que se hace para sobresalir en esta época donde proliferan los niños bien, los recomendados o los que realmente tienen buenas palancas, así, los estudiantes tienen que ser muy buenos en lo que hacen para poder destacar profesionalmente. Los estudiantes van subiendo peldaños cada semestre, los veo crecer, van cambiando su estilo de peinarse, de vestirse y de comportarse, algunos no dejan ser niños y cuando menos se lo esperan, ya son adultos; al principio se atan espiritualmente a la vida preparatoriana y cuando se hacen a la idea de que están estudiando una carrera, inician los trámites de su graduación, apenas un suspiro; luego se van, el tránsito de estudiantes a profesionistas es apenas un brinco; forman una familia, tienen hijos, trabajan y la inmensa mayoría se hacen mujeres y hombres de bien; más tarde, me los encuentro en sus distintos centros de trabajo, con mucho gusto nos saludamos, a veces un abrazo y la camaradería de ponernos a la orden; ahora somos colegas, amigos e integrantes de un mismo gremio.Le apuesto todo a los jóvenes, a los estudiantes, pues es en ellos donde descansa el espíritu de la patria, donde radican los anhelos sociales de cambio, donde tenemos puestas nuestras más altas miras y, en la medida en que los estudiantes tengan un conocimiento profundo de las ciencias y su aplicación práctica en la solución de nuestros grandes problemas comunes, tendremos mejores escenarios, donde predomine la paz, la armonía y la tan preciada tranquilidad que un día perdimos. Son los estudiantes, los que impregnados de ética y honestidad, abatirán la impunidad y la corrupción, lastres que han generado la caída del estado de Derecho, el incremento de la inseguridad y el peligro latente de perder a toda una generación de jóvenes que son distraídos de las tareas fundamentales para la Nación a cambio de drogas, alcohol y dinero fácil. Ser estudiante significa sacrificio, esmero y mucha fortaleza, pues muchos dejan atrás sus comunidades, personalmente los he visto llegar los domingos arrastrando sus mochilas y sus sueños a sus hogares temporales, extrañando sus terruños, sus amigos, sus amores y ya el lunes, olvidan un poco sus tristezas y emprenden el camino a sus clases, de madrugada, con lluvia, frío o calor. Estudiante es cumplir y ser responsable, con gusto veo en las aulas mucha capacidad, inteligenciay energía; algunos preguntan, participan, otros más reflexionan, se callan y veo en sus miradas las ganas de aprender para ser mejores. Los estudiantes deben ser un sector privilegiado en la sociedad, pues sin ellos no habría ni escuelas ni maestros y, por ellos, debe fortalecerse la universidad pública, sin esta última, los hijos de trabajadores y campesinos no tendríamos ninguna posibilidad de superar nuestra pobreza, aquella que nos heredaron los traidores de la revolución. En mi vida académica he visto pasar cientosde estudiantes pues el destino cruzó nuestros senderos para nunca romper el lazo que nos une: ser universitarios. Cada semestre, los salones se convierten en abrevaderos donde se renueva el agua, llegan nuevos sueños, nuevas energías, nuevos talentos. También, he visto muy pocos casos en donde la vida no ha sido igual para todos y el fracaso llega, tal vez las drogas, la desarticulación familiar o las malas decisiones motivaron sus desaciertos, lo cual, hace que deambulen cerca de su escuela, como si pareciera ser el último eslabón que sostiene sus espíritus, de ahí la importancia de ver a las instituciones no solo como formadoras de nuevas generaciones de profesionistas, también son un refugio, un remanso en medio de las tormentas personales, esa es otra de las bondades de las universidades. Un estudiante, debe ser un revolucionario en ideas y congruencia de acciones, comprometido con sus causas, las de sus comunidades marginadas a donde deben regresar para aplicar los conocimientos adquiridos y ser el orgullo de su gente. Esto y muchas cosas más son los estudiantes; jóvenes, los felicito de todo corazón y que el éxito, la superación personal y profesional sean constantes en su vida.

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*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
[email protected]

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