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martes, 16 abril, 2024
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Recortes psicoanalíticos sobre el amor

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Por: ÓSCAR GARDUÑO NÁJERA •

En la historia de la literatura mexicana hay muchos casos así, debemos aceptarlos tal y como vienen porque de entrada su carta de presentación es la calidad, aportan algo, tienen aliento y voz propias y eso es punto importante cuando te dedicas a la literatura. Por eso se aceptan si tienen con que sostenerse en el panorama literario. Si cuentan con ganchitos. Y tampoco es que su propuesta vaya a marcar tendencia en la literatura mexicana, pero muchos sí llegan a llamar la atención de los lectores, quienes son siempre los mejores jueces de las propuestas literarias. 

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En cambio, hay algunos autores que llegan y ni siquiera saben poner acentos, toman cursos de literatura, talleres de literatura y borracheras de literatura con autores y ni así alcanza a superarse su obra, a sostener una calidad literaria. Supongo que porque no hay trabajo tras de esa obra, quiero decir, vienen con otra formación intelectual, pongamos por ejemplo economía, y entonces todos sus poemas hablan de economía, pero sin que sean poemas: son manuales económicos para quien quiera pasar el examen. Pero eso definitivamente no es poesía y no es literatura y hay que dejarlo claro sobre todo entre lectores jóvenes que en ocasiones se dejan engañar. 

No voy a entrar en controversias ridículas y ancestrales de cuándo si es literatura y cuando no. Pero el texto se desvanece a las diez páginas. Son textos terriblemente teóricos e insoportables. Como si ustedes copiaran un manual de medicina general y lo transformaran, o presumieran, que es poesía solo porque fueron agarrando las frases más entretenidas o divertidas y las acomodaron en versos. 

Yo no sé lo que es la poesía, pero sé identificarla cuando la leo. Y admiro a los que la escriben porque me parece uno de los géneros literarios más complicados. Debe ser que durante mis clases de poesía en la universidad quedé muy impresionado con las estructuras poéticas, con la métrica, con las figuras retóricas. A mí me da un miedo terrible escribir poesía. Y cuando lo he intentado fracaso, soy malísimo, mis poemas no llegan a ser ni siquiera emociones vertidas en el papel. Por eso mejor no lo hago. Pero sí sé reconocer un buen poemario, y este que hoy les presento lo es… aunque hay un apunte importante que veremos a continuación. 

Por eso el caso de Elí Evangelista es emblemático: porque supongo que en el fondo él no quiere escribir literatura, es decir, literatura en el sentido más estricto, no busca hacerla, la literatura, y puede que hasta conozca pocos autores de la literatura mexicana del siglo XX. No lo sé. Pero se avienta a soltar la pluma con todo y que él está enfocado en el trabajo social, en actividades que están muy lejanas de la literatura. Elí Evangelista trabaja paralelamente sus dos propuestas: por una parte escribe acerca del trabajo social y de su importancia (y coordina proyectos importantes tanto editoriales como conferencias, presentaciones, él mismo da conferencias); por otra parte escribe poesía, crónica (tiene un libro buenísimo de crónicas de la colonia Doctores en la Ciudad de México). 

Vamos directamente a la propuesta de Elí Evangelista: de entrada el título. A mí definitivamente no me llama la atención, quiero decir que si lo veo en la mesa de novedades de una librería ni de broma lo tomaría, mucho menos lo leería: “Recortes psicoanalíticos sobre el amor”. ¿No les suena como una locura? Sin embargo, en esto de la literatura de vez en cuando surgen locuras que conviene seguirles la pista, que uno aprende a quitarse los prejuicios respecto a los títulos. 

¿De qué trata “Recortes psicoanalíticos sobre el amor”? Sería tan fácil decir que trata acerca del amor y del psicoanálisis y punto, nos vamos a tomar un café y nos olvidamos del libro. Pero no es suficiente: en sus páginas encontramos un amor íntimo que se desarrolla conforme algunos términos del psicoanálisis. Y abundan las referencias sociales porque Elí Evangelista viene de esta escuela. Vamos bien: amor íntimo (creo que no debo explicar esto), términos psicoanalíticos y referencias sociales y ya está: tenemos algunas pistas de “Recortes psicoanalíticos sobre el amor”. 

Ahora vamos por una prueba, un bocadillo: “Te quiero en el presente y te querré toda la existencia, juntos o separados, porque nada que siento por ti puede esfumarse a otros mundos, porque lo vivido a tu lado no se puede destruir, sino solo transformarse”. ¡Pero, esperen, hablábamos de poesía, cierto?, pues la propuesta de Elí Evangelista parte de esa rica mezcla literaria que se llama prosa poética. Y todo el libro corre sobre esa línea, y quizás una aproximación a su desarrollo y su planteamiento sean la búsqueda de un amor, el encuentro, la alabanza, la añoranza, la melancolía y la relación que tiene ese amor con el otro mundo, el social, el revolucionario, el político. 

Cuando tienes una formación literaria se te facilita más escribir (hay terribles excepciones, pero ya he hablado de ello), jugar con los géneros literarios, las temáticas, las estructuras, tener un producto literario final y quizás meterlo a un concurso (ahora que hasta se revocan premios), a una editorial. No obstante, Elí Evangelista tiene una formación social, por lo que se admira aún más sus propuestas literarias. Debo insistir: hace literatura, escribe, desde la óptica de lo social, y por eso su propuesta es original, se defiende, se abre paso… incluso con los errores gramaticales u ortográficos que pueda tener (para eso están los correctores de estilo y no les vamos a quitar su chamba).

Yo tengo una grave deficiencia literaria: cada que quiero escribir de amor me salen textos cursis, melosos y mal escritos. No sé, me dejo llevar por la pasión, por el pensar que la mujer de la que escribo me va a leer y entonces le doy más importancia al mensaje que a las palabras, y claro que me lee, pero luego me reclama o me manda a la mierda de tan malos que son mis textos: soy un mediocre Amado Nervo, un pésimo López Velarde y un malísimo Bécquer. En cambio, la formación académica que tiene Elí Evangelista le sirve para llegar al amor desde otras perspectivas que no son las cursis, otras propuestas muy distintas a las que estamos acostumbrados como lectores de poesía amorosa (y hay muy buenos autores jóvenes); construye desde el entorno de su yo para ofrecer una prosa original que bien vale la pena leer. 

Hay una nota importante aquí: “Recortes psicoanalíticos sobre el amor” es difícil de conseguir, y supongo que es mucho más difícil de conseguir en Zacatecas. Les propongo que busquen a Elí Evangelista en Facebook, que le digan que se enteraron de su libro, que lo quieren… y si dicen que se enteraron de él en una reseña en la “Jornada Zacatecas” que escribió un perfecto desconocido igual les hace un descuento. Otra observación: Elí Evangelista tiene más libros que realmente valen la pena. Síganlo, son de esos autores que en algún momento (estoy seguro) darán de que hablar.

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