A ciencia cierta nadie sabe cómo, cuándo y a qué costo, el último quintil (medida para ubicar la distribución de la riqueza) que alberga a los más desprotegidos, habrá de emigrar del transporte colectivo al coche particular; y después, a un vehículo eléctrico libre de combustibles fósiles.
Mientras eso no suceda, la soberanía y/o independencia energética de nuestro país, beneficia hasta a los que no tienen coche, por una lógica y sencilla razón: se habrá de abaratar el costo de los combustibles, y por ende, el pasaje de transporte colectivo. Aunado a ello, la visión muy general de AMLO, y la capacidad para llevarla a la práctica, por parte de Rocío Nahle García, provocará un sistema económico movido por la autosuficiencia y será la base del crecimiento.
Dos o tres décadas de soberanía y de una economía boyante en la que los coches híbridos son accesibles al mercado mexicano, serán de muchísimo beneficio para los mexicanos en general, pero en especial para los más pobres. La gran proeza recapitulada en el zócalo entonces, cuando llegue a su concreción final, traerá consigo estabilidad económica, trabajo y bienestar.
De ese tamaño el reto y de ese tamaño el trabajo que se desarrolla desde las oficinas de Insurgente Sur que comanda la Secretaría de Energía.
Las mujeres están hechas de retos, su vida, en un México contextualizado en hogares machistas, pero dirigidos por mujeres patriarcas (válgame la expresión) ha sido de constantes desafíos para todas y en todos los niveles. Cuando una de ellas, en este caso Secretaria de primer nivel, y cercanísima del Presidente, se pone una meta, la cumple porque la cumple.
La Ingeniera Nahle sabe que se juega mucho en la culminación de Dos Bocas, se juega su futuro político y en gran medida, el del propio Presidente. Pero qué mayor certeza de saber que el reto está próximo a ser cumplido, cuando en el acto popular, convocado por el presidente, y tal vez el más representativo del sexenio, es la propia Rocío quien soberanamente toma el micrófono y arenga:
“La política energética para esta Cuarta Transformación requería un cambio radical tal como lo hizo el General Lázaro Cárdenas del Río hace 85 años, y precisamente eso es lo que este gobierno ha hecho, coordinados por nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador quien, como un capitán de barco, nos conduce a puerto seguro”.
“Después de haber pasado por tormentas y vendavales en estos cuatro años de gobierno, se ha trabajado con una visión nacionalista y soberana buscando en todo momento la autosuficiencia energética”.
El reflector, la mención continua de las corcholatas y la campaña anticipada arrancada por el propio AMLO, al interior de MORENA, han permitido saber de qué está hecha la Secretaria de Energía, porque ni sufre ni se acongoja, sabe sus tiempos, se mueve a su ritmo, le ha aprendido al Macuspano, el bajo perfil le va bien, se siente cómoda siendo la mujer más poderosa del gabinete, y seguro estoy que cuando le acercan las encuestas del Estado de Veracruz, sonríe con su naturalidad característica.
La Soberana Rocío, entonces, es parte presente y fundamental del sueño más ambicioso de Andrés Manuel, la reactivación económica por medio de la autosuficiencia energética vista como un legado del tamaño del de Cárdenas con la expropiación petrolera. Pero, además, Doña Rocío es parte del futuro del país porque brilla con luz propia. Es astuta, sabe su ruta, sabe que la forma es fondo, es respetuosa de acuerdos y es ajena a los escándalos. Es una mujer normal de Coatzacoalcos, solo que con una responsabilidad tremenda en su espalda.
La Soberana es el ejemplo que más me gusta para hacer referencia a lo que debe ser el nuevo político o política; sencillo, ajeno al escándalo y al reflector, trabajador, echado para adelante y patriota. El reconocimiento del que escribe se lo ha ganado a pulso, en un ejercicio de honestidad, es de lo mejor que hoy en día tiene la clase política.
¡Adelante, Doña Rocío!
