Varios son los personajes que con su paso por la Máxima Casa de Estudios influenciaron ideológicamente y definieron el rumbo académico, administrativo y político de una cambiante institución educativa que trataba de adecuarse a la reestructuración política del país y a la intensa oleada filosófica generada principalmente en la Europa pos guerra. La Escuela Preparatoria (EP), la simiente de la formación universitaria, fue semillero de mentes de gran visión como la del Lic. Lázaro Rivera Hernández. El próximo 26 de febrero se cumplirán 18 años de su muerte.
Hablar de un hombre que trascendió, como lo es el Lic. Rivera Hernández y con quien se compartió un proyecto de Escuela Preparatoria para la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), es doloroso, pero muy gratificante. Él enseño a colegas y discípulos de muchas generaciones todo lo profundamente humano que fue, sobre todo, humano como maestro de la vida y humano como maestro universitario, pues en su intimidad y en su trabajo fue sobre todo un verdadero universitario. Pedazo a pedazo y ladrillo a ladrillo fue edificando lo que hoy es nuestra EP.
Lo hizo con tanta naturalidad que parecía que la naturaleza lo había puesto ahí para eso. Fue amigo de maestros y estudiantes, tendió la mano a quien solicito su ayuda. Era el maestro de la vida y mucha fue su obra y su huella. Es por eso que solicito a las nuevas y viejas generaciones de la EP y a la Universidad en su conjunto que lo recordemos como el pilar que fue de la actual UAZ.
El maestro Lázaro Rivera Hernández realizó sus estudios de secundaria, preparatoria y profesional en el Instituto de Ciencias de Zacatecas (ICZ); presentó su examen profesional el 9 de noviembre de 1957; fue juez primero y juez segundo del ramo penal en la ciudad de Zacatecas; Juez de primera instancia en Jerez y Tlaltenango, Zac. De 1960 a 1968 Secretario general del ICZ; de 1970 a 1972 Director de la EP, en 1972 es reelecto como director; en 1971 tuvo relevante participación en el Simposium sobre Reforma Universitaria; Catedrático en el ICZ, ICAZ y UAZ desde 1954, inicialmente de Civismo y Sociología, posteriormente de Sociología, Ética y Derecho Agrario en la EP y en la Escuela de Derecho.
El Lic. Rivera Hernández era un hombre de profundas reflexiones que no dudaba en compartir, lo que lo hizo un referente en un entorno universitario cambiante. Respecto a la realización del Simposium sobre Reforma Universitaria de 1971, planteaba que “la EP debe pugnar porque se ejerza en la Universidad una verdadera Autonomía que contenga e incluya entidad administrativa, personalidad jurídica propia, patrimonio propio, participación fija en el proceso fiscal y democrática de todos los órganos universitarios de dirección”. “Para lograr un nuevo tipo de estudiante, que se eduque básicamente para que pueda actuar dentro de cualquier campo profesional y que salga de las aulas como un verdadero hombre, se buscará el apoyo de las autoridades universitarias o de los organismos que se pretendan crear para que vigilen a llevar a cabo la Reforma, para la renovación total del plan de estudios, el que actualmente encasilla al estudiante, y lo lleva por un camino determinado en la búsqueda de la titulación que le satisfaga utilitariamente, pero con limitaciones”.
Un complemento para lo anterior, decía el Lic. Rivera Hernández: “Será la elaboración de programas de clase, dosificados, que se den a conocer a los alumnos para que ellos mismos vigilen su cumplimiento”. Para él también sería factor determinante “la integración de las academias de maestros y la actualización magisterial”. Manifestaba. “La EP responderá al propósito de su existencia, sin que sea un mero enlace para las escuelas profesionales, sino la formula efectiva para lograr que el bachiller pueda ocupar desde ese título un lugar dentro de la producción, y, en su caso, poder seguir cualquier carrera profesional”. En el Simposium de 1971, la ponencia más importante de la mesa tres fue la presentada por el Lic. Rivera Hernández, titulada “Revisión de planes de estudio, organización y métodos de enseñanza en la Escuela Preparatoria”.
La Reforma Universitaria fue fundamental para la transformación de la Universidad al transitar de una institución conservadora a una democrática. El Director de la EP, Lic. Rivera Hernández fue uno de los principales impulsores de las trasformaciones de la Preparatoria, que contribuyeron a los cambios democráticos de la Universidad. Las primeras generaciones de la Preparatoria egresaron con una nueva visión y una diferente actitud, originando con ello un movimiento estudiantil dinámico y de izquierda. Así, los estudiantes egresados de la EP al ingresar a las escuelas profesionales, empujaron la democratización de las organizaciones estudiantiles, realizando movimientos que antes eran imposibles.
El 18 de octubre de 1971, Rivera Hernández en su calidad de director de la Escuela Preparatoria acompañado del Rector de la Universidad, el Lic. Magdaleno Varela Luján se presentó en el Auditorio Miguel de Cervantes Saavedra para escuchar las demandas de unos sorprendidos estudiantes reunidos en asamblea. Los asambleístas no esperaban la presencia del Director y Rector dado que no era usual que las autoridades asistieran a una reunión estudiantil.
En el ingreso de agosto de 1976 a la EP fueron rechazados 28 alumnos, ante tal situación el Lic. Rivera Hernández –afirmó– “que las cifras de los resultados del examen de admisión no se darían a conocer y que permanecerían como información confidencial para estudiar cada problema; con esto se pretende evitar que se culpe a las escuelas secundarias de la situación que guardan sus estudiantes al egresar, pues parte de la culpa la podemos tener nosotros”.
Como Director reelecto de la EP expresó: “Los estudiantes deben participar en los problemas de su tiempo, los universitarios tienen un criterio diferente para ver las cosas por el hecho de estar más en contacto con las ciencias; pero esto en ningún momento es subversivo”. Enfatizó la necesidad de dar a conocer lo que era la Universidad y particularmente la EP, pues el que la mayoría de los zacatecanos no tuvieran la suficiente información ocasionaba que se le satanizara.
Su plan de trabajo como Director de la EP retomaba el que había presentado en su campaña como candidato a Rector, se abocaría primeramente a una reforma administrativa, para lo que proponía la realización de un Foro del que surgirían las formas de administración más adecuadas a las necesidades de la Preparatoria. Contemplaba a largo plazo la descentralización de los tres planteles (Prepa 1, 2 y 3) de la EP, de modo que cada uno tuviera su Director y su propio Consejo Técnico, se iniciaría dando el carácter de subdirector a los maestros responsables de los planteles dos y tres; además, se formarían consejos de representantes con funciones similares a las de los Consejos Técnicos. Todo sería coordinado por una Dirección General.
Sobre la admisión de los egresados de la EP en las escuelas profesionales de la Universidad señalaba: “Todos los estudiantes tienen derecho a la educación superior por lo que debe darse el pase automático a todas las escuelas, es difícil pero no imposible ya que el problema no es político, pero al hacer elitista la educación toma ese carácter”.
A cuatro años de la implementación de los resolutivos del Simposium de 1971 en la EP, en su opinión los logros eran pocos, que debía revisarse lo que se había realizado o no, que el proceso de democratización de la enseñanza no debía detenerse, que la Universidad debía dar cabida a los jóvenes de las familias de escasos recursos, mediante una promoción de la misma en el medio rural y entre los hijos de los obreros, que la UAZ debía continuar con las puertas abiertas.
¡Cuánto falta conocer sobre nuestra Máxima Casa de Estudios!
Esta ignorancia es la que ha permitido que se le menosprecie o que se tergiverse su historia.
Se parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes:
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1Docente Investigador de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT.
