Es indudable el avance de las mujeres mexicanas en el ejercicio de la participación política.
Los progresos históricos que de manera contundente se han registrado en esta materia, nos permite hacer un recuento de los avances ideológicos de una cultura arraigada hacia el liderazgo varonil.
Nuestro país ha entrado en una dinámica inédita de reconocimiento de la igualdad de trato y de oportunidades, donde las mujeres contemporáneas cosechan los frutos de la lucha sufragista.
Inimaginable llegar a pensar ahora, en las épocas cuando las mujeres necesitaban de un aval para ejercer sus derechos.
La democracia participativa exige hoy en día no sólo la emisión del voto en los comicios, sino también la elegibilidad y la participación igualitaria.
Sin duda, el hecho de que, la igualdad sustancial del ser humano avance de manera progresiva y se materialice en el contenido de cada uno de los derechos fundamentales que norman nuestra vida diaria, constituye, además de un orgullo, en un aliciente para quienes forjan un anhelo en el actuar diario.
La reciente Reforma Político Electoral presentada por nuestro presidente de México, Enrique Peña Nieto, crea un sólido marco jurídico con leyes generales de partidos, de instituciones y procedimientos electorales que sustentan la paridad para el avance de todas las mujeres mexicanas.
Hoy México llama con urgencia a trabajar por la participación política de las mujeres, desde una perspectiva incluyente, desde una postura que exija el reconocimiento del Estado, que sume diferencias y que no predomine una en específico sobre la amalgama de ellas; es decir, que la lucha sea porque las mujeres participen, pero se habrá de luchar a la par por las mujeres indígenas, adultas mayores, e inmigrantes.
Mujeres como Refugio García, quien presidió el Frente Único Proderechos de la Mujer para promover el voto femenino en 1935; o Cristina Salmorán que, a través de su lucha y esfuerzo, logró convertirse en la primera Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, representan un parteaguas en el desarrollo político de la mujer al fungir como pilares fundamentales para el reconocimiento social de la gran capacidad femenina.
Hoy contamos con una extraordinaria participación de la mujer que proviene de la cultura del esfuerzo y de la lucha por la equidad de género, Ivonne Álvarez García, candidata única del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura por el estado de Nuevo León, es un ejemplo claro de referencia para citar a aquellas mujeres que sirven de inspiración a todo ente social por su extraordinario trabajo y compromiso.
Estoy convencido que Ivonne Álvarez, quien se caracteriza por su dedicación, empeño y ganas de superación, en todo momento trabajará para servir a su estado y lograr una mejora continua de las condiciones de vida de los nuevoleonenses.
La notable vocación de servicio y liderazgo, característica de mi compañera de bancada en el Senado de la República, será un acento más para demostrar el alto calado de quien emprende retos y abre puertas con resultados.
Si la transformación ideológica nos dio la oportunidad para cambiar como país, su abrazo es el reto que tenemos para demostrar que podemos capitalizar las ventajas de una esfera moderna y en evolución.
Mi profundo reconocimiento y respaldo total a Ivonne Álvarez, la lideresa que deja la Cámara Alta, para ocupar una responsabilidad mayor, la contienda por la silla gubernamental. ■
En buena hora y felicidades.
*Senador de la República
@ATelloC
