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viernes, 19 abril, 2024
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El Endeble Estado de Derecho y la Gran Alianza por Zacatecas

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

En palabras del jurista Sergio Márquez Rábago, estado y Derecho constituyen un binomio indispensable para el buen funcionamiento de una sociedad, de tal suerte, el estado requiere del Derecho para legitimarse y limitar la actuación de los gobernados. En dicha estructura, el Derecho otorga la fuerza coercitiva al estado para reprimir las desviaciones, incumplimientos y, resuelve, de acuerdo con Rábago, las controversias existentes en el amplio Pacto Social. Rábago menciona que el término Estado de Derecho surge a partir de la Revolución Liberal Francesa de finales del Siglo XVIII y, de conformidad con Pablo Lucas Verdú, previo a dicha revolución, en la Edad Media cristiana, las controversias sobre el constitutivo formal de la Ley, entre voluntariastas e intelectualistas, contribuyen a perfilar las características de la racionalidad de la Ley frente a los caprichos de la voluntad despótica. De igual forma, Rábago señala que el estado de Derecho en Gran Bretaña se identificaba como el conjunto de principios que forman los requisitos fundamentales para una vida social en orden y con libertad. Por su parte, el Dr. Elías Díaz citado por Rábago, decreta como elementos fundamentales para el estado de Derecho: 1. El imperio de la Ley como expresión de la voluntad general. 2. La división de poderes que en nuestro sistema jurídico se plasma en el artículo 49 constitucional. 3. Legalidad de la Administración traducida en una actuación conforme a la Ley y suficiente control judicial y; 5. Derechos y libertades fundamentales o garantías jurídico-formales que en nuestra Constitución Política Federal se encuentran consagrados en los artículo 1º al 29. En este contexto, lo endeble del Estado de Derecho se traduce en mi opinión, en esa ausencia de control para prevenir y reprimir las desviaciones sociales, estas últimas traducidas en delitos que se comenten a cualquier hora del día y que ahora, irrumpen tanto en el sistema judicial como en el académico y el ejercicio del Derecho, circunstancia que a todas luces, muestra una grave crisis interinstitucional y una insultante desarticulación de estrategias que son aprovechadas por cualquier persona. Lo deseable es promover la unificación inmediata de acciones tendientes a garantizar los derechos humanos y las garantías constitucionales que nos son comunes, de lo contrario, las grietas terminarán por desmoronar las tambaleantes columnas que sostienen a la sociedad; así, la justicia, la paz, la seguridad y la Ley, tienen que volver a ocupar el sitio en la cima de los intereses de la Nación, suplantados hasta ahora por la corrupción, la impunidad, la inseguridad y el desequilibrio social que hemos heredado de anteriores gobiernos. Hoy, todos los que hemos hecho como proyecto de vida el ejercicio del Derecho, de la política y la academia, tenemos el compromiso ético, moral e histórico de responder a las presentes y futuras generaciones que aspiran a mejores condiciones de vida en un plano de igualdad, seguridad y prosperidad, más allá de nuestros intereses particulares de continuar en el poder a toda costa sin haber respondido antes a los intereses mínimos de los universitarios o del pueblo de Zacatecas; todavía, podemos recuperar la tranquilidad perdida, la cordialidad ciudadana, la confianza en las instituciones siempre y cuando, dejemos a un lado la simulación, la complicidad y la indiferencia. La inseguridad nos cerca cada vez más, nadie está seguro en Zacatecas ni en México, cualquiera puede entrar a tu domicilio, a tu trabajo o a tu escuela para ultimarte o sustraer tu patrimonio; llegó la hora de que los tomadores de decisión cumplan con su responsabilidad y dejen de actuar con tibieza ante los que contribuyen verdaderamente al resquebrajamiento del estado de Derecho. De igual forma, los ciudadanos y los universitarios debemos llegar a la madurez social y evaluar con calma, nuestro rumbo y lo hecho hasta ahora por nuestras autoridades, cuestionémonos objetivamente para determinar hasta dónde hemos consentido tanta atrocidad contra nosotros mismos y no firmemos un cheque en blanco y, a la hora de votar por un nuevo rumbo, seamos sensatos desde la trinchera de nuestra democracia para promover los cambios urgentes que ya no tienen con certeza un nuevo amanecer. La situación actual de Zacatecas y de México, ya no puede esperar a nuevos experimentos ni a que aprendan los inexperimentados; a grandes retos, grandes operadores y líderes, no dejemos a la voluntad de pocos el presente y el futuro de nuestros hijos. Propongo una Gran Alianza por Zacatecas donde el Gobierno, la Fiscalía, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, junto con la Universidad Autónoma de Zacatecas edifiquemos las mejores tácticas para enfrentar con valor y honestidad los retos más emergentes del ahora para vivir un mejor mañana. Yo me apunto donde mis propuestas puedan prosperar y donde no menosprecien el amor que le tenemos a la UAZ y a Zacatecas.

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*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
[email protected]

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