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viernes, 26 abril, 2024
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El poder enloquece, enloquecer al poder

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Por: RENÉ LARA RAMOS • admin-zenda • Admin •

Juan Arias, antier domingo, intitula su colaboración, a “El País”, desde una pregunta: ¿Cuántos trozos de trumpismo existen dentro de nosotros? Inicia con un relato:  “Mira lo que te he traído de la Amazonia”, me dice mi compañera, María Martin, corresponsal del periódico en Río de Janeiro, mientras coloca en mis manos una cajita de papel blanco, frágil, como las que construyen los niños en la escuela. La abro con curiosidad pensando que pueda contener alguna broma. Son tres semillas, negras como el azabache. Sabía que María es una magnífica reportera, pero no adivina.”

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Sobre ese encuentro y sus resultados, Juan Arias, construye su colaboración: parte de la sencillez de su regalo y su potencia para reproducir vida, le hace apreciar más las semillas que las joyas: aprecia más la vida que las joyas.

“Volví de Río ilusionado con mi regalo. En el taxi me vinieron a la memoria ecos de mis lejanos estudios bíblicos en Roma. Recordé que en tres de los Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) se dice que Jesús comparó el Reino de Dios (un estado de felicidad y libertad) a la “más pequeña de las semillas”, la de mostaza, que una vez plantada, renace como arbusto, “capaz de dar cobijo a los pájaros del cielo”.”

Por eso, considera atroz al consumismo: “…donde se privilegia lo grande, lo lujoso, lo que reluce. Vean los anuncios de automóviles. Tiempos también de soledad y angustia, de miedos a los Trumps que nos rodean. Somos extraños los humanos y a la vez interesantes, porque representamos una mezcla de semillas fecundas y de pensamientos enloquecidos.” Cuando pasea “por las redes sociales”, dice, “advertir a las personas en plena guerra ideológica, siempre con las espadas desenvainadas y la lengua suelta para el insulto al que no piensa como él.”

De su reflexión pasa a una pregunta: ¿Cuántos pedazos de trumpismo existen en nuestro interior? ¿Cuántas zonas de sombra quedan, donde no puede entrar la luz del diálogo y la comprensión? Las ausencias mostradas el domingo anterior, señalan esas no cualidades de Trump, como necesidad urgente de tenerlas para contener excesos de poder, labor a la que pueden concurrir sus colaboradores o compañeros de equipo, no sólo su familia. La mayoría del pueblo de los Estados Unidos, México y el mundo lo agradecerían como mensaje de paz o posibilidades pacíficas para hacer política y no una guerra en la que quienes más sufrirán serán, los más desvalidos y la humanidad de todos y cada uno, si se genera una conflagración mundial. Mal inicio para el nuevo Gobierno de EUA sería mostrar sólo el lado malo o el endeble y falto de cultura, cuando es un país que se quiere ver a sí mismo como líder mundial y eso pasa por aceptar las diferencias y la existencia de los otros, con fronteras o sin fronteras comunes, quienes de una u otra forma deben, debemos, ser tratados con humanidad y no como botín político de una potencia mundial que coexiste con otras en el planeta Tierra. Los paisanos, ¿a qué van al “otro lado”? Al encuentro de posibilidades para mejorar su existencia y desarrollo, y no siempre las encuentran acá, en su lugar de origen: trabajar, estudiar y crecer, desarrollarse en consistencia y cultura.

Si el señor Trump, continúa como antier, pudiera estar muy ocupado aún, con sus locuras y excesos, plagados de una arbitrariedad política, rayana en el racismo o francamente racista, y con una actuación tan infantil como sería imaginar que bastan un tarro de insecticida y una bomba para deshacerse de los latinos avecindados por largos años en EUA, país también de aborígenes y migrantes. De ellos, una gran mayoría son de ascendencia mexicana; arraigados allá, por generaciones, ellos y su descendencia. La mayoría, llegaron desempeñando empleos modestos, sencillos, hasta ubicarse, por su formación y empeño, en empleos fijos o trabajos más productivos, con mayor o gran complejidad, pues, también estudian y adquieren diversa formación y consistencia técnica, profesional, cultural, científica y académica, además de escalar, según sus deseos y posibilidades, desde lo más sencillo hasta lo más complejo, desde el nivel técnico, al de licenciatura, la especialidad, la maestría, el doctorado o el post – doctorado. Nada detiene su inquietud por formarse, mejorar,  adaptarse y adoptar a la sociedad a dónde han llegado, a sus propios sueños y exigencias, y así, mediante su creciente capacidad para generar en ella incrementos crecientes de complejidad, contribuir a movilizarla de forma permanente, con provecho para todos.

La presión sobre la Universidad Autónoma de Zacatecas continúa, los excesos administrativos, si los hay, deben ser corregidos para que lo académico no sufra, sino se fortalezca, brille y se proyecte en una cotidianidad estatal requerida de lo académico para pensar y debatir asuntos que atañen a todos, como discutir y encontrar alternativas entre la zona natural protegida y una minería respetuosa de la ecología, por ejemplo. ■

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