■ Sectores amplios de la población pasan por estados de soledad: Bello
Antonio Bello Quiroz, docente de la Maestría en Clínica Psicoanalítica de la Unidad Académica de Psicología de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), comentó en entrevista algunas de las situaciones que atraviesa la sociedad, en específico, el de la intolerancia y falta de empatía que han desencadenado los niveles de violencia que se viven actualmente y las que parecieran “generaciones de cristal”.
El seminario se basa en una frase de Jaques Lacan, que se refiere a aquello que aqueja a los estados melancólicos y, por ende, a algunos malestares de la época: apatía, fatiga crónica, dolor psíquico y, fundamentalmente, el dolor de amar.
Bello afirmó que “sectores amplios de la población pasan por estados de soledad, de vacío; paradójico que al mismo tiempo que tenemos comunicación casi en tiempo real con todo el mundo, vivimos sensaciones de estar en un vacío permanente, en un sinsentido, en una apatía”.
Aseguró que los casos son sobretodo en la población joven y la población mayor, que no encuentran un sentido a la vida, a pesar de que en el mercado se pueden encontrar todo tipo de satisfactores.
En la sociedad se refleja a través de la violencia, cuando la convivencia con el otro se vuelve insoportable, así como las expresiones de apatía e indolencia que se encuentran de manera permanente. La depresión y el suicidio se pueden entender como formas de aislamiento social frente a las expresiones mencionadas.
Las adicciones, entonces, se pueden ver como “una forma de estar bien cuando no se puede estar bien con el otro, cuando la convivencia social se vuelve insoportable, difícil de llevar”; los adictos consiguen satisfacción pasajera sin necesidad de los demás.
En el tema de redes sociales, las personas son “como de cristal”, todo se percibe como una ofensa o agresión y, contrario a lo que expresa el nombre de las plataformas en conjunto, son a causa del individualismo. “El aislamiento es la respuesta” para evitar lastimar a los demás.
Aceptó que “el estallido de la violencia está casi a flor de piel y antes de ser agresivos prefieren aislarse” para “preservar cierta integridad, propia y del otro”, lo que implica una ruptura generacional por no encontrar la forma de vincularse.
El diálogo con lo diferente es la clave para generar vínculos y lograr una convivencia, aceptar y tolerar las diferencias y saber que “justamente a partir de saber que porque es más diferente es más rica la charla, es mejor el diálogo”.
Los movimientos sociales son, entonces, expresiones de la necesidad de encontrarse con el otro, de hacerse solidarios. “No sabemos vivir con dos discursos, el del hombre y el de la mujer, es un aprendizaje que debemos emprender todos juntos, juntas”.
