Esta 72 edición del Festival de Berlín ha sido marcado por las restricciones impuestas por el gobierno alemán ante el Covid.
Periodistas, agentes de prensa, actores y directores han mostrado su molestia por los test diarios obligatorios para acceder a las áreas del festival y que deben mantener los cubrebocas Kn95 en todo momento.
Estas obligaciones causan retraso en las sesiones de entrevistas y cansancio para todos los participantes, ni siquiera hay cafés a la mano para evitar aglomeraciones en zonas comunes dentro de el Palacio. A esto se le suma las sesiones de entrevistas Zoom-online, más fatigas.
Sin embargo, a todo momento se reconoce el esfuerzo del Festival por mantenerse vivo. Por el tesón de hacerlo este año en el Palacio.
Porque “el cine no está sólo hecho para verse en pequeñas pantallas de ordenador y en internet. Las salas de cine y la industria cinematográfica son más que la producción en serie”, apuntó el director francés, Bertrand Bonello, tras la proyección de su filme Coma el sábado 12 de febrero en una noche fría (0 grados). Una película que comentaremos esta semana.